L
Leyla Gorner


Desamores y un poco mas, relatos que entrelazan amores, tragedias, la luz en medio de la oscuridad, desencuentros, tropiezos y amigos. ¿sos la persona que realmente quisiste ser siempre?


No-ficción Todo público.
1
5.2mil VISITAS
En progreso - Nuevo capítulo Todos los viernes
tiempo de lectura
AA Compartir

Llegar tarde

Con esto me despedido de lo que no pudo ser ni será.

Lo conocí una tarde, cayó de repente como invitado de un conocido, sin saber quién era, sin haber observado muy bien su presencia en medio de tantos chicos en una juntada de merienda. Se llamaba Tomas y solo lo registraba por el chico de la gorra, pero es así como entro a mi vida, sin saber todo lo que impactaría tiempo después. A las semanas comenzamos a charlar, por tener una amiga y conocidos en común, salimos de fiestas justos, al cine, meriendas, siempre con amigos. A él le comenzaron a nacer sentimientos hacia mí, hasta que un día conversando sobre la vida, terminamos hablando sobre si nos gustaba alguien o no, el me preguntó si me pasaba algo con alguien, mi respuesta inmediata fue un no y él lo dijo, a mí me gustas vos. Yo, al frente de mi pantalla, impactada por que no me lo imaginaba, o quizás sí, pero me negaba rotundamente a que alguien realmente sintiera cosas verdaderas hacia mí.

Paso el tiempo, nada pasó, pero se sentía una tensión y atracción de por medio, quería su atención pero a la vez tenía miedo. Si, miedo a sentir cosas por alguien y salir lastimada o decepcionada una vez más, entonces no le di importancia a la química que sentía presente entre los dos, siempre peleábamos, pero sabía que prefería que peleáramos a no dirigirnos una palabra.

Una noche de salida con amigos y alcohol de por medio, conocí a un chico, que me pareció atractivo, terminamos besándonos, y sabia ser que era amigo de Tomi, pasaron los días, no nos dirigíamos la palabra, esperaba sus mensajes y jamás llegaron, la culpa me pesaba, y fue cuando me di cuenta que algo realmente me pasaba con él. Lo hablo, hago mención de lo sucedido y me responde con un no pasa nada, estaba molesto pero decía que no podía reclamarme nada y que en otras palabras lo que se daba, se terminó, aunque jamás haya pasado algo. La culpabilidad que sentía era tan pesada que llegue a pedirle perdón, nos despedimos con un que estés bien y no volví a saber de él.

Comenzaron a pasar los días, semanas, meses y yo seguía pensando en él y mi tonta estabilidad emocional, Tampoco volví a cruzarlo, hasta en momentos creía verlo y cuando me fijaba era cualquier otra persona menos el, así fue el nivel de impacto que tuvo en mí. Jamás hice mención a mis amigas o mejores amigos sobre lo que sentía, sé que quedaría como la tonta que cuando tuvo algo no lo aprovecho y ahora lo quiere de vuelta.

Es 31 de diciembre, son las 12 de la noche y yo mirando al cielo preguntado a mi abuelo que hacer, si hablarle valiera la pena o no, decido no hacerlo y me voy a festejar con mis amigas, llego a casa ya es Enero, diez de la mañana sin haber dormido, estoy en mi cama pensando en él, ¿habrá salido? ¿cómo estará? termino por hablarle, le digo que fue una de las mejores personas que conocí durante el año que acababa de terminar, y me duermo. Recibo una respuesta adecuada que quedo ahí sin contestar, y no volvemos a hablar. Con el transcurso del tiempo pude dejar de pensar en él y superar lo que sentía, o eso creía, un par de días de haber tenido ese saludo, le mando una foto suya que era graciosa como excusa para poderlo hablar, charlamos un poco y sentía que estaba todo bien, no de la forma que yo quisiera pero bien al final.

Finalizando Enero tengo un accidente, estoy llena de moretones, a los días veo a mi mejor amigo, nos sacamos una foto y la subo a una de mis redes sociales, donde se puede contemplar una de mis piernas moradas y entonces llega, un mensaje de Tomi preguntando que me paso, charlamos, el hablar con él hizo que el dolor de los moretones, y mi corazón ya no se sintieran tan duros. Nos volvimos a ver, dos o tres veces de casualidad, charlamos un poco, mis ganas de abrazarlo era insostenible, pasan los meses, no hablamos, lo hablo, le respondo fotos, hacia cualquier cosa para llamar su atención.

En una noche de Junio, mi mejor amiga me dice de ir a tomar algo con su amigo y otros conocidos de él, entre ellos Tomas. Nos pasan a buscar él y un amigo de mi amiga, llegamos y durante el tiempo que estuvimos sentados frente a frente, trataba de no mirarlo pero se me hacía imposible, y en momentos chocábamos miradas, nos perdíamos hacia los costados disimuladamente, por debajo de la mesa hacíamos un choque entre piernas como jugando, y yo sentía que el tiempo no había pasado. Luego de estar en el bar un par de horas, nos vamos a la casa de uno de los chicos y seguimos bebiendo algo, jugando y riéndonos. Él me toma de la mano y el tiempo pasaba lentamente mientras observaba como se enlazaban y solo sabía que no quería soltarlo.

Se hace hora de ir a casa, Tomi se encarga de llevarnos, y con la oportunidad de dejarme a mi primero ya que mi casa quedaba más cerca, sin decir nada, opta por dejar primero al resto, durante el camino, cuando ya íbamos a casa, los semáforos se pusieron de acuerdo para ponerse en rojo y sin decir nada, en cada parada solo nos mirábamos mientras yo acariciaba su pelo y su nuca. En un semáforo en rojo que solo le quedaba 10 segundos para ponerse en verde, y avanzar, sucedió. Finalmente nos besamos, sentí un choque de mundos y a la vez no lo creía, estaciono en un momento y durante unos minutos solo nos besábamos y mirábamos, y yo solo le pedía a dios, al destino o quien estuviera presente que detuviera el tiempo, quería quedarme ahí, con él.

Llegamos a casa, nos besamos como despedida y le pido que me avise cuando llegara a la suya porque manejar luego de haber tomado, está mal, y ambos no estábamos del todo bien a causa de esos vinos. Llega, me avisa, nos mandamos unos emoticones y me fui a dormir. Al otro día no hablamos, paso una semana y yo me preguntaba porque no me habla, me quejaba con mi mejor amigo mientras él me insistía que lo hable, que no perdía nada, a la vez me daba intriga porque pasó lo que pasó, hasta que perdí la paciencia y nuevamente lo hable, charlamos un par de días, hasta que tocamos el tema, palabras vienen y van, yo digo que por algo hice lo que hice, el me pregunta el porqué, y le dije POR QUE ME GUSTAS, mi corazón latía a mil, fue tan loco que los roles se hayan cambiado, y era yo la que ahora estaba jodidamente enamorada y perdida.

Ya es principio de julio y no nos volvimos a ver, y estoy acá, escribiendo esto para desahogarme y despedirme entre lineas de lo que no va a ser jamas. comprobé que el karma existe, y pega donde mas duele. 

Y sí, mi mejor amigo tenia razón, no perdía nada al decirle lo que sentía, por que llegue tarde y ya lo había perdido.

6 de Julio de 2018 a las 19:22 0 Reporte Insertar Seguir historia
1
Leer el siguiente capítulo Hijos de una Puta

Comenta algo

Publica!
No hay comentarios aún. ¡Conviértete en el primero en decir algo!
~

¿Estás disfrutando la lectura?

¡Hey! Todavía hay 3 otros capítulos en esta historia.
Para seguir leyendo, por favor regístrate o inicia sesión. ¡Gratis!

Ingresa con Facebook Ingresa con Twitter

o usa la forma tradicional de iniciar sesión