angielyguzman_c Angiely Guzmán

Entre guerras y desidias, la muerte se hace presente. Los caballeros de Athena, buscan su preservación, y la paz entre todos los mundos, así como la protección de los humanos. ¿Podrá el nacimiento de dos jóvenes preservar la vida en esta? Los dioses luchan contra los hombres por conseguir el poder que este mundo emanaba gracias a la creación armoniosa de Gea. Esta es la historia del producto del poder absoluto y la desobediencia de Los Titanes; la guerra desatada contra los hombres; cómo el amor de dos almas es unida y separada por la muerte. Y el inicio de una nueva guerra devastadora para la humanidad y las deidades. Amores florecerán entre tantas tempestades. Secretos serán descubiertos y una muerte cambiará inesperadamente esta historia.


Fanfiction Anime/Manga No para niños menores de 13.

#mitos #dioses #mitología #grecia #Olimpo #asgard
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Prólogo.

EL PRINCIPIO


Dicen que el universo guarda inmensos secretos inimaginables. Dicen que existen seres que van más allá del entendimiento humano; seres llenos de poder absoluto. Algunos llenos de rencor; otros llenos de amor y deseos de paz; y el resto, con cierta crisis existencial…

Desde la era del mito, los dioses han formado parte de las historias de miles de pobladores a lo largo del mundo. Han hecho parte de la construcción de potencias mundiales; han cambiado el ciclo de la tierra; han desatado guerras; han matado, masacrado y con ello, se han vuelto más fuertes.

En el principio, no existía más que Caos; un profundo vacío inmenso. El origen del universo. Entre sus tinieblas, decidió que podía crear más que solo oscuridad. De él nacieron las galaxias, y aquellos puntos de luz apegados al firmamento, a los cuales, los humanos le dieron por nombre, estrellas.

A Caos le hacía ilusión que cada chasquido de sus dedos, creara algo aún más hermoso. Aquella oscuridad desierta, pronto se volvería la perfecta y hermosa armonía sin fin, sin inicio, era eso y cada vez se expandía más y más.

Pero entre tanta belleza, la sensación de soledad y tristeza no desaparecía. Creó una galaxia, tan brillante, que la luz de su centro era inmensa.

Dentro de ella, decidió colocar una de las estrellas más resplandecientes para entonces: El sol.

A él, le siguieron otros cuerpos celestes, denominados planetas. Decidió que sería la primera y única galaxia con un orden, así que decidió establecer cada planeta en una órbita distinta.

Mercurio, Venus, Marte, Júpiter, Saturno, Urano y Neptuno, respetivamente. 7 planetas, que serían completamente desiguales, tanto por su tamaño, como su color, y lo que lo componía.

Sin embargo, aquel orden fue interrumpido por la existencia de un octavo planeta, situado de tercero entre los demás.

Caos, desconcertado, se tomó el atrevimiento de mirar aquel cuerpo celeste. Estaba compuesto de un líquido cristalino que le daba vida a la superficie terrestre. Campos verdosos y diversos tipos de plantas que le daba aún más belleza. Montañas, cascadas; incluso lava y cuevas.

Pero entre aquel líquido cristalino, aquel suelo, y ese armonioso color que poseía; existían seres vivos. Distintas especies, que navegaban el agua, caminaban la tierra y volaban los cielos. Él no había creado eso.

Se quedó ahí a observar, como el sol iluminaba el planeta, mientras la otra parte quedaba en oscuridad, pero, las estrellas que él había creado le daban la suficiente luz. No comprendía qué había pasado, hasta que una voz, dulce habló.

̶ Es hermoso, ¿no es así? ̶ Resonó en gran parte de la galaxia. Caos abrió sus ojos y la miró. ¿Era ese planeta quien le hablaba? Pero él aun sin entender preguntó:

̶ ¿Qué eres? ¿Quién eres? ¿Por qué estás aquí?

̶ Ella es la tierra, y yo soy Gea. Tu creación.

Caos observó algo tan similar a él, que su emoción no pudo contenerse. Por primera vez, no se sentía solo.

La creación de Gea, fue producto de la sensación solitaria de Caos y la unión de la vía láctea. Ella era la concentración de toda la belleza que él había creado.

Caos y Gea se entendieron muy bien. Mientras él seguía expandiendo el universo, ella resguardaba la tierra.

Su amor, se hizo tan inmenso que Caos arropaba a Gea del frío del infinito y ella le daba calma para seguir formando más y más universo.

De ellos nacieron Los Titanes, seres con un poder desgarrador, inmenso y temible. Doce seres con cualidades del universo, como la luz, la oscuridad, el agua, el fuego, el frío. Con un poder fuera del entendimiento.

Temis, Críos, Cronos, Rea, Febe, Ceo, Océano, Tetis, Jápeto, Tía, Hiperión y Mnemosine.

Caos le otorgó a cada uno una parte del universo, pues su cometido en aquel entonces ya estaba hecho. Caos y Gea pronto dejarían de existir y a cargo de sus hijos estaría la expansión del universo y la protección de La Tierra. Cronos, el mayor, debía comandar a sus hermanos al correcto balance que sus padres habían creado, pues ellos, luego del nacimiento de Los Titanes, desaparecieron del universo sin dejar rastro, más que solo su creación y el fruto de su amor.

Los doce Titanes se hicieron cargo y obedecieron, solo por un tiempo.

La armonía del universo estaba intacta, cada parte del planeta era más hermosa que la anterior. Ningún Titán conocía de desobediencia u odio. Ningún Titán buscaba la desgracia de ninguno de sus hermanos.

La tierra entonces empezó a formar otros seres vivos; ellos nacieron del deseo de Febe de querer algo igual a lo que tenían sus padres. Ella intentó crear algo a imagen y semejanza de su padre. Pero de ello, nacieron bestias que se ocultaban a la luz del sol, donde ella no podía permanecer.

Océano por su parte, quiso calmar las aguas del mar. Él quiso crear un ser igual a su madre. Pero de ello, nació una bestia marina, que se escabulló a lo profundo del océano y asesinaba a todo ser vivo que se le acercaba. De él, nacieron infinidades de bestias marinas.

Cada Titán, intentaba desafiar la creación de sus padres. Intentaban crear algo mejor. Pero poco a poco el mundo se fue poblando de bestias y ellos empezaron a sentir frustración, odio, resentimiento.

Cronos y Rea, fueron los únicos Titanes, en unión. Ellos crearon dimensiones, santuarios terrenales. Crearon el Olimpo, y el Inframundo. Se estaban preparando para la llegada del fruto de su amor. Sus tres hijos.

Tres dioses, tres deidades, tres bebés que trajeron consigo la guerra entre los Titanes. Sin embargo, ninguno era suficiente contra Cronos. Él tenía aquel poder de crearlo y destruirlo todo junto a Rea.

Encerró a sus 10 hermanos restantes en un lugar de la Tierra, que él creo y lo llamó El Tártaro. Un profundo abismo, destinado a hacerlos sufrir sin tener la esperanza de salir alguna vez. Cronos deseaba que sus tres hijos no conocieran la desgracia en la que sus hermanos habían sumergido el planeta.

Tras el nacimiento de sus hijos, Rea decidió otorgarles nombres dignos, Hades, el mayor; Poseidón, el segundo, y Zeus, el menor. Ellos poseían divinidad, hermosura, eran perfectos. Sin embargo, Cronos al verlos sintió una extraña sensación de envidia, por lo cual, intentó asesinarlos. De aquellos malos deseos de cada Titán, nacieron los humanos.

El Olimpo era un lugar lleno de luz, donde Zeus, Hades y Poseidón vivían gozando de las frutas de la tierra.

Rea creó ninfas guardianas para cada dios, ellas reguardaban sus vidas y sus poderes. La Titánide había desterrado a su fiel esposo, a quien amaba tras el intento de asesinato de sus hijos. Aun así, Cronos se hacía presente de manera minuciosa en el Olimpo. Y mientras Rea no se encontraba, burlaba a la ninfas y le enseñaba a sus hijos a utilizar sus poderes.

Tomó las tres dimensiones, el cielo, el mar y el infierno para ellos. Les dijo que cada uno sería amo y señor de la dimensión que ganara. Los incitó a una batalla. Quien fuese el triunfador, se quedaría con el Olimpo.

Cronos colocó a Hades y Poseidón a pelear cuerpo a cuerpo. Pero aquí solo había un deseo, ganar el mar. Quien perdiera, debería irse al infierno. Y tras una dura pelea, Poseidón, resultó ganador.

El Titán le otorgó un Tridente, un arma que usaría para comandar el mar y así convertirse en uno de los dioses más poderosos. Poseidón era solo un niño, pero se sentía victorioso. Tomó el Tridente con todas sus fuerzas y se le fue otorgada una armadura llena de escamadas doradas, con una capa fuerte rojiza. Su cabello azul tenía un brillo hermoso, que combinaba perfectamente con sus ojos.

Rea sintió el inmenso poder emanado de Poseidón y al instante reapareció en el Olimpo, portando una vestimenta blanca como la nieve, una corona que cubría toda su cabeza y un cetro dorado con un rubí en la punta.

Pero el poder de su hijo ya había sido despertado. Cronos tomó a Hades de la nuca y miró fijamente a Rea.

̶ ¡Suéltalo y Vete! Es lo único que te pido. ̶ Rea sentía que el Titán desafiaba su poder, pero entre sus tres hijos, el más fuerte era el menor. Zeus, quien sujetaba fuertemente a su madre, estaba lleno de miedo al igual que Hades. Por su parte, Poseidón miraba fijamente el suceso tan bochornoso y soltó el Tridente lleno de miedo.

̶ Ellos se harán fuertes ̶ Dijo Cronos. ̶ Ellos se quedaran con mi poder, ¡NECESITO CONTROLARLOS! ¡YO QUIERO SU PODER! ̶ Cronos sujetó fuerte el cuello de Hades, pero Rea reaccionó agresiva y lo apartó, depositando un choque de centellas sobre él.

Hades corrió hasta su madre, su cuello estaba marcado con sellos y en sus manos apareció una espada plateada llena de signos extraños.

La batalla entre Rea y Cronos parecía interminable. Y era ella quien iba perdiendo. Cronos era el Titán más fuerte que había nacido de Caos y Gea, sin embargo, su hijo, un dios, lo era aún más.

La poca edad de Zeus, fue suficiente para reaccionar en contra de su padre, pero demasiado tarde.

El poder descontrolado de Zeus surgió, como miles de rayos a la velocidad de la luz, pareciera una lluvia de luz. Encendían sus ojos, y salieron en dirección del Titán. Los rayos lograron separarlo de Rea, pero ella agonizada.

El largo cabello dorado de Zeus cayó sobre el cuerpo de su madre tras este arrodillarse para sostenerla en sus brazos. Hades y Poseidón corrieron hasta ella, preocupados. Cronos moribundo como pudo se levantó, no se molestó siquiera en tocarlos, solo uno de ellos era capaz de acabarlo en ese instante. Y tras ver a su Titánide agonizar, sin importarle nada más que su vida propia, desapareció.

Las tres dimensiones fueron otorgadas a los dioses, en el lecho de muerte de Rea. Zeus, al enfrentar a su padre, quedó como la cabeza de la familia; a pesar de ser el menor, era el más fuerte.

El trono del Olimpo, pasaría a sus manos, y él se convertiría en el máximo dios. Rea creó una mujer, una diosa perfecta para él, Hera, con quien tan pronto como se volviese un hombre, concebiría a muchos dioses con poderes extraordinarios. Aquella diosa, era una de las últimas creaciones de Rea, el último suspiro de su vida.

Poseidón por su parte, se volvió el dios de los mares de La Tierra. Con su Tridente, gobernaba casi todo el planeta. Las bestias creadas por Los Titanes, lo obedecían. Era el amo y señor del reino de las aguas, junto a Seraphina, la diosa que lo acompañaría en las aguas saladas del océano.

A excepción de sus hermanos, Hades, era el único que no mostraba gozo por haber obtenido un poder; algo que para él no era prodigio. La espada, era un arma letal, para matar, únicamente. Mientras Zeus tenía dotes de luz y Poseidón era padre de todas las especies marinas. Hades, era quien sería el dios y rey del inframundo, de la muerte, de la desgracia, de la oscuridad, sin una persona que lo acompañara en su vida.

Hades sintió ser desterrado a las tinieblas. Cada dios forjó un Santuario en cada dimensión, formando un ejército, de ángeles, marinos y espectros.

Pero esta historia no acaba aquí, con la creación de los humanos y el nacimiento de más dioses como Athena, Apolo, Abel, Artemisa, Afrodita, Hermes, Hypnos, Thanatos y Ares; surgieron constantes guerras entre humanos y dioses para obtener el dominio de La Tierra. Es producto de estos desastres donde comienza la historia de dos jóvenes, producto de engaños, lujuria y muertes. Sus nacimientos trajeron consigo más desgracia, pero así mismo, mucho más amor.

Guerras que se remontan a siglos atrás, a la era del mito y que aun en el siglo XXI, continúan.

1 de Julio de 2018 a las 05:53 0 Reporte Insertar Seguir historia
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