Te has ido.
Tu cuerpo dejó de funcionar,
y te apagaste.
Te velamos para decir adiós,
y más de 100 personas se presentaron
desde todos lados
para despedirse también.
Después de eso, todo fue confuso.
No supe en qué momento
dejaste de ser mi abuelo,
y te convertiste en
una pequeña caja con cenizas.
Te fuiste.
Te fuiste y nos dejaste aquí,
ahogados en los recuerdos,
añorando uno de tus abrazos,
deseando con todas nuestras fuerzas
que aquella persona
abriendo la puerta y diciendo “hola”
seas tú;
añorando que al abrir tu habitación,
bien ordenada siempre,
te encontremos sentado en el sillón,
preparándote con ganas para ver
tu novela de las siete;
ansiando con todas mis fuerzas que,
al llegar a las reuniones familiares
pueda verte ahí,
recibiéndome con una cálida sonrisa.
Te busco, y no dejo
de buscarte en todos lados.
¿Cómo te digo adiós,
si no quiero que te vayas?
¿Cómo te digo adiós,
si en realidad ya te has ido?
Gracias por leer!
Nosotros procesamos todas nuestras transacciones con PayPal. Por favor no cierre esta ventana, y espere a que sea redireccionado…