Hoy tampoco pude dormir, hoy tengo la nueva esperanza de no encontrarla, de no tenerla, de no hallarla y me tumbo a los pies de la desidia; al levantar sé que nada cambiara, la habitación, desordenada, como ella la dejo, como si nada de esto hubiera importado, entro en un sueño letárgico cuando miro delante mío y, mis pisadas me llevaran por un poco de agua aunque el vino que lleno con sus ilusiones estará bien, sé que ya ha pasado mucho tiempo y yo aún me enfrasco en la condena diaria de recordarla; salgo al balcón y siento como el cuerpo tambalea, y otra vez la experiencia se vuelve a repetir y que creo que también lo hará en mi mente; el vino corroe mi saliva y lleva dentro lo que puede significar un poco de paz, y hacer que las gotas lagrimas sean rosadas y el mundo entero valgue una mierda; y otra vez me he hundido en el llanto de solo recordar que prueba del fruto que antes era prohibido y ahora, lejos, le da vida; y si me levanto y destruyo todo seré un idiota, si dejo que la nada y la nostalgia abra mi total penumbra seré débil, puedo al menos aliviarlo con golpes y gritos; parpadeo y el cielo ahora rosa como el sonido de su nombre, como el rosa del tacto de su presencia, también dibujan universos, lunas, estrellas, planetas, aunque todo sea difuso; también advierto que vuelve a aparecer el lobo que aúlla a la caída de cada gota lagrima, decido vagamente que debo resistir... al carajo todo, ella no vendrá aunque la veo ahí frente mío, tan lejos que puedo sentirla, tan feliz por cada beso en que me hiere, por cada caricia, y vuelvo en mí y explota mi mente en mil insultos que nunca oirá, levanto y corro hacia ella mientras se difumina en tonos rosáceos, en gotas de lágrimas y ante mi mirada se vuelve polvo cósmico; otra vez el mismo recuerdo vivo que siento, que vivo, maldito vino, maldito recuerdo, maldito cielo rosa; solo quedamos yo y el lobo que nunca me abandona en ningún sueño, que de los sueños es el guardián, que en sus ojos soy yo, y escucho el sonido de las olas como si de un ciclo repetitivo de exhalaciones se tratase; el lobo se sienta junto a mí, me acaricia con su hocico y aúlla, también comparte mi dolor, mi pena y mi gozo, lo miro, sonrió y me encariño con él, acaricio cada centímetro de su pelaje y parece ser la única sustancia primigenia que siento en mí y en cada aullido puedo escuchar aún más su corazón, sus latidos, sus quejas y el cuanto me quiere, yo sobre exaltado caigo y ella, interrumpe sus aullidos, tan solo se limita a mirarme, ahora lo entiendo, siempre me quiso, siempre me amo pero nunca existió, se da la vuelta y comienza a correr y en cada aullido puedo escuchar aún más su corazón, parpadeo y la veo, ya convertida en humana, con unos ojos tan solo comparables al cielo estrellado de esa noche, melena carmesí, y un rostro tan hermoso, tan finamente inconmensurable todo su ser; parpadeo y aquella loba que nunca existió sigue huyendo de mí, vuelve el hocico hacia mi ser, con aquella mirada suscita la última estocada de la noche cruda que padecí, de aquella noche donde todo fue en tonalidades rosa, donde me dijo : "algún día, solo espérame"
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