EL GIGANTE MOC Seguir historia

Nadie conocía con certeza desde cuando estaba allí, pero todos sabían de su presencia. Se podía decir que pasaba desapercibido, si no fuera por los comentarios que se escuchaban algunas veces. Sin embargo los mayores del pueblo se acostumbraron a su presencia en los bosques cercanos al pueblo, especialmente cuando pedían su ayuda para obtener alimento o ganar su sustento, a lo cual él accedía con nobleza. Nadie daba razón tampoco del porqué de su nombre, pero todos lo llamaban el gigante “Moc”

-¡Moc!..... ¡Moc! ….¡Moc!.... solían llamarle a gritos cuando necesitaban su ayuda. Llamado al cual respondía con presteza.

- Ayúdanos a conseguir comida, o a conseguir con que sostenernos. Eran

muchas veces los pedidos que le hacían, a los cuales nunca se negaba.

Su descomunal tamaño podía despertar temor entre las personas, pero sus gestos nobles le hacían digno de confianza, y hasta los niños acudían a pedir su ayuda con tranquilidad. Otras veces, debido a su gran fuerza le pedían colaboración para adelantar trabajos en la población, en los cuales fácilmente ejecutaba la labor de cien hombres juntos. De esa manera transcurría la vida en aquel poblado.

Pero un día el alcalde reunido con el concejo planteó la idea que desde tiempo atrás venía cavilando:

- Señores, debemos aprovechar la presencia de Moc, y obtener ganancias para el pueblo,. Busquemos generar ingresos con la curiosidad que despertara entre la gente el poder observar de cerca un ser de ese tamaño. Montaremos un espectáculo que nos proporcione ganancias.

-¿Pero como lo haremos? - preguntaban los ediles.

- Sencillo – respondió el alcalde- construiremos una jaula gigantesca y meteremos a Moc en ella. Luego encerramos el lugar y colocamos una taquilla para cobrar la entrada. Seguro que obtendremos mucho dinero, ya que es el gigante más grande de la región, y tal vez en este lado del mundo.

-¿Cómo haremos para meterlo en la jaula? – inquirió otro de los asistentes.

- Eso no representa ningún problema. Le aplicamos medicamentos para sedarlo, y luego lo trasladaremos a la jaula, la cual cerramos con gruesas cadenas para asegurarnos que no se escape.

El plan expuesto despertó la ambición de los miembros del concejo, quienes veían llenar las arcas municipales con el dinero depositado por los visitantes que asistirían a esa función circense. Contrataron e iniciaron los trabajos para la elaboración de la jaula gigantesca en la cual habitaría Moc por el resto de sus días, y el recinto en el cual la ubicarían.

-Cómo no se nos ocurrió antes ? – se decían los señores concejales-, mientras los trabajos avanzaban a un ritmo acelerado, y adelantaban la publicidad para atraer visitantes para ver esa curiosidad.

Una vez terminada la construcción de la jaula y del local que serviría de teatro, procedieron a hacer el montaje necesario. Fue así, como mediante engaños hicieron entrar al noble Moc a su prisión, con el pretexto de hacer unas reparaciones y requerían su ayuda, a lo cual él no se negó. Una vez adentro le aplicaron unos sedantes y lo condujeron al lugar donde sería exhibido.

Pasadas unas horas, y cuando estaban listos los preparativos para iniciar la función Moc despertó, y contrario a los cálculos hechos por los constructores, retorció los aceros de la gigantesca jaula y buscó recobrar la libertad para retornar a los bosques donde había habitado por muchos años, generando muchos daños a su paso.

Las personas del pueblo siempre recordarían y lamentarían por mucho tiempo lo sucedido y prometieron no volver a molestar a aquel noble gigante.

FIN

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