oyukf Oyuki Ferreira

Cada vida tiene una historia, cada historia tiene una marca, cada marca forja un destino. Y no obstante cada vida es valiosa, cada vida vale mucho, cada vida merece vivir. Historias cortas sin relación entre sí, pero que te ayudarán a ver la vida con otros ojos. #CampNaNoWinner2017


Historias de vida No para niños menores de 13. © Todos los derechos reservados

#vida #tristeza #dolor #mujer #derecho #aborto #respeto-amor-desamor
Cuento corto
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Derecho a nacer.

Karen lo quería. Ella casí creyó amarlo, por eso en su mente no podía apartar las palabras de su novio.


Él quería la confirmación de su amor, le decía que si no se la daba significaba que no lo amaba.


Karen lo quería; ya habían pasado por mucho. Hace poco cumplieron un año de relación, en los cuales habían terminado, discutido; pero al final seguían juntos.


Y sin embargo, eran muy jóvenes, por eso ella lo dudaba, ¿en verdad era él el indicado para entregarle el bien más preciado de una mujer?


Tomó una decisión, lo iba a aceptar, después de todo ella creía amarlo. Pero, ¿qué es el amor a los trece años? ¿Una ilusión pasajera? ¿Un capricho del corazón?, en esa corta edad ella creyó que él era lo mejor, que su amor era lo más grande que podía existir, el más intenso. Ella creyó que jamás volvería a enamorarse así de nadie, creía que podía superarlo todo, que ya conocía todo.


Caminó con paso seguro al lugar convenido, él estaba preparado; ambos creyeron que nada pasaría si se cuidaban "adecuadamente". Ésta es la historia de un par de jóvenes inexpertos que creen que por un par de clases de educación sexual, conocen todas y cada una de las formas para cuidarse, creen poder comerse el mundo.


Y al fin, en ese día, "consumaron su amor", ella le entregó todo, y aunque no resultó como ella lo esperaba estaba feliz, pues lo había hecho con el hombre que amaba. Después de aquello todo iba de maravilla, seguían como dos tiernos tortolitos enamorados.


Dos meses transcurrieron cuando ella comenzó a sentir mareos, a sentir náuseas, a sentirse mal; lo imposible se estaba haciendo posible, en lo primero que pensó fue en el embarazo y tenía razón, estaba embarazada.


¿Qué haría con su vida ahora? ¿Cómo un par de niños podrían cuidar de un bebé? Sus padres la matarían, de eso no había dudas. Pero, nada de ésto importaba, pues era del hombre que amaba.


Estaba embarazada de aquel hombre al que le había entregado su primera vez, por amor.


Karen, nerviosa fue a buscar a su novio; sabía que desde ahora todo se volvería un poco más difícil. Pero sólo pensaba en que juntos podrían salir adelante, al fin el amor lo puede todo, ¿verdad?


Le tomó mucho trabajo confesarle lo de el embarazo y cuando al fin se atrevió la reacción no fue para nada lo que ella esperaba. Él se puso furioso, le gritó que ella lo había engañado; todas y cada uno de las palabras que antes eran cariñosas se convirtieron en cuchillos que se fueron enterrando uno a uno en su pecho, era doloroso todo lo que salía de la boca del hombre que más amaba.


Le decía que ella quería amarrarlo con un hijo. Pero, que él no era ningún tonto, y sabía que ese hijo no era suyo.


Le siguió diciendo mil y un cosas más y cada una aún más dolorosa que la anterior. Karen no podía creer como aquel chico que era cariñoso y tierno, le estuviera haciendo tanto daño. Su mundo se derrumbó enseguida, su vida se detuvo y su corazón se rompió en mil pedazos.


El bebé sentía el dolor de su madre, por alguna razón estaba triste y asustadizo; había escuchado gritos y hubiese querido decirle a su madre que todo estaría bien, que de ahora en adelante se tenían el uno al otro. Pero, no le podía decir nada, aún no aprendía comunicarse, aunque sentía todo lo que sentía su madre.


Esa tarde Karen se fue a caminar, pensar, llorar, arrepentirse de lo que habia hecho. Renegaba de la vida. No tuvo más remedio de contarle a sus padres, deseando tener de ellos aunque no su aprobación, sí su ayuda.


Su padre la golpeó, su madre la miraba decepcionada. ¿Qué harían? ¡Su hija de tan sólo trece años estaba embarazada!


Al día siguiente se levantaron muy temprano, por la mañana; la madre la acompañaría, su padre no podía ni siquiera verla a los ojos, por lo menos hasta que se "encargaran del problema". Una amiga de su madre le había dado la dirección, "la prima de una amiga", la había necesitado, era garantizado que todo saldría bien.


El bebé no comprendía nada de lo que su abuela decía, pero seguía asustado y su madre seguía llorando, él también estaba triste.


En pocos minutos fue sintiendo como algo lo oprimía. Algo, le rompía poco a poco sus pequeños huesitos, le hacía trizas su cabecita, y así se apagaba su vida...


Karen no comprendía el daño que le había hecho a esa criaturita, pues los doctores y su madre le habían dicho que él no sentiría nada, que sólo era un montoncito de piel que aún no se desarrollaba.


Intentó seguir con su vida, hasta que un día en la clase de biología vieron el procedimiento de un aborto, así como imágenes de pequeños fetos destrozados. Karen ahora comprendió que había a su hijo asesinado, que aquél pequeño que ninguna culpa tenía, fue el que mas sufrió por sus decisiones y lloró, lloró hasta que ya no hubieron más lágrimas...



Los años pasaron. Karen se volvió a enamorar, quiso borrar el pasado, fingir que nada había pasado. Pero el pasado tarde o temprano te alcanza, y a ella la alcanzó.


Su esposo quería un hijo, irónicamente sus padres también querían un nieto. Fueron a ver a los médicos, y la respuesta fue:


—Debido al aborto mal realizado que ella tuvo en su adolescencia, no podrá concebir hijos.


Los viejos fantasmas regresaban a su vida, recordándole aquel dolor, aquella agonía.


Lo qué Karen no sabía es que su bebé era un precioso varon, de tez blanca y ojos café miel. Aquél pequeño podría haber crecido, haber sido un buen poeta, un buen pintor, un buen licenciado, o sencillamente un buen hijo...




Dedicado a una vieja amiga, de la cual fui testigo presencial de los hechos. Éste relato no lo he hecho para agredir a nadie, sino para concientizar a las personas de que toda vida, así sea la más pequeña tiene derecho a vivir. Sé que ella estaría de acuerdo con la publicación de esta historia a fín de evitar que otros sufran lo que ella vivió.

16 de Marzo de 2018 a las 07:16 4 Reporte Insertar Seguir historia
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Nerea N Nerea N
Me gustó mucho tu historia. Es importante escribir sobre este tema. ¡Gracias Oyuki!
March 30, 2018, 17:17

  • Oyuki Ferreira Oyuki Ferreira
    Gracias a ti por tomarte el tiempo de leer mi historia. March 30, 2018, 17:21
Leonardo Rubin Leonardo Rubin
Oyuki, me encanto la historia, me fascino. Lo pude leer con mi mamá y la verdad es que nos ha conmovido, es una realidad que en este caso cualquier chica puede pasar. Les deseo la mejor suerte del mundo :)
March 16, 2018, 20:38

  • Oyuki Ferreira Oyuki Ferreira
    Hola. Muchas gracias por tomarte el tiempo de leerla y por comentar. En verdad valoro mucho ello. March 16, 2018, 20:56
~

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