S
Sakkawakai


una rey dragonoide, raza proveniente de los dragones con forma humanoide, sin talento en negocios o administración se va de aventuras por orden de su tío para aprender estas habilidades tan importantes para reinar.(Actualmente en pausa)


Aventura Todo público.

#comedia
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I

Estoy que me arrepiento de la decisión que tome, caminar sin rumbo en un extenso desierto que rodea el bosque de mi hogar, el reino dragonoide del Oasis, solo por su nombre ya es claro donde esta situado, inesperablemente un bosque rodeado de desierto, y aquí estoy, a pesar de ser reina de una raza tan poderosa como los dragones, aguantando hambre y sed tras creo que casi un mes de camino.

Fui una ilusa al pensar que el tiempo que tardaba en volar en la espalda de mi padre en su forma de dragón era el mismo que necesitaría para atravesar el desierto a pie. No calculé la distancia ni el peligro que me esperaba en ese páramo inhóspito.

En lo que seguía caminando, solo era capaz de ver el cielo despejado y arena, y luego de otro día caminando en lineal recta seguía viendo un cielo despejado y un cambio increíble entre paisajes de solo arena y arena con cactus, rendida me tire al suelo como un montón de tablas, solo podía ver con los ojos entrecerrados al cielo despejado con sol, aunque al menos podía disfrutar viendo una minúscula nube que podía tapar hasta con mi dedo meñique imaginando que forma tendría, como por ejemplo la forma de una nube o la mas interesante de todas, la forma de una pequeña nube dividida en dos. Quedándome ahí divagando en mis pensamientos mientras la nube solo desaparecía en el horizonte de las montañas de arena, podía sentir como la arena temblaba, algo raro, nunca escuche que las arenas de un desierto inhóspito y con menos vida que la vida social de mi tío Oblack pudiesen temblar, de forma que me hicieron levantarme de mi cómodo sitio, para poder ver en el suelo justo a tiempo unos gigantes colmillos que salían de la arena con intención de atravesar mi abdomen, por poco pude esquivarlos girando a mi derecha.

viendo aquel gigantesco lagarto en el aire por la velocidad en la que salió de las arenas, muchos abrían visto peligro, tenido pánico e iniciar a correr, pero yo... yo vi increíblemente una oportunidad de oro, un pedazo de carne fresca que podía devorar.

Cuando el lagarto intentó caer sobre mí, abriendo su boca para tragarme de un bocado, extendí mis brazos para agarrar dos de sus dientes que sobresalían como espadas y detener en seco a ese monstruo. Lo hice con tanta fuerza que me hundí en la arena hasta la cintura, dejando a la criatura flotando en el aire, sostenida por mis brazos. Rápidamente lo desvié y lo dejé caer a mi izquierda, justo cuando sentí que sus dientes se soltaban por el peso. Sin darle un segundo de respiro al animal, salí de la arena y lo pateé como si fuera una pelota en mitad de un torneo o una piedra en mi camino. Se oyó el rugido o el gemido de dolor del lagarto o reptil gigante que tenia enfrente, mientras yo sentía cómo sus escamas y placas de hueso se rompían en mi pierna. El gigantesco reptil reaccionó violentamente, tratando de escapar y hundiéndose en la arena antes de que yo pudiera propinarle otra patada. Salté para agarrar su cola, que se movía frenéticamente buscando liberarse. Pero yo me aferré con más fuerza sin ninguna intención de soltarla. Mis pies se hundían lentamente en la arena que no resistía mi peso al tirar de la criatura. Como un último intento de sacarla antes de que me arrastrara al fondo del desierto, cedí durante una fracción de segundo, recuperando aliento, para luego tirar de ella con fuerza explosiva hacia la superficie. Arrastrando al lagarto junto con grandes cantidades de arena varios metros arriba.

la arena tapaba ligeramente mi visión, mientras caía sobre mi cuerpo dándome pequeñas sensaciones de picor, saltaría con fuerza, la suficiente para evitar ser enterrada por la arena que fué arrastrada junto a la criatura y al mismo tiempo acercarme a ella, propinando otra patada, otra vez aquella sensación de crujidos de escamas y huesos invadía la planta de mi pie.

Ignorando la desagradable sensación, empuje a la criatura más arriba en el aire para poder alejarme de esta y tener tiempo de respirar profundamente, sintiendo aquel calor en el interior de mi ser, que pasaba a mis pulmones, que se calentaban lentamente de una forma agradable, pero de la misma manera rara e incomoda, empezaba a sentir el hormigueo en mi garganta, sople en dirección del gigantesco lagarto como si estuviese escupiendo aire, de mi boca salía disparada de forma potente y salvaje, aquellas llamas azules que caracterizaban mi linaje de origen.

pasando barios segundos en los que la criatura era bañada en llamas y calor, sus rugidos cada vez se hacían mas débiles y su cuerpo dejaba de retorcerse sin poder liberarse del calor de las llamas.

ambos caímos a la arena, cada uno hundiéndose ligeramente por la velocidad de caída, sin dar segundos de espera, busque acelerar en dirección a la criatura, deslizándome en varios pasos atraves de la arena, al acercarme lo suficiente deje de dar pasos, cediendo mis rodillas para caer arrodillada y deslizarme sobre la arena con la velocidad que había alcanzado, me detuve al chocar suavemente con el cuerpo del monstruo quemado, empezando a arrancar sus quemadas escamas para poder llegar a su carne, sacando un pedazo de carne de una de sus patas que aun seguían intactas, se sintió como arrancar un pedazo de de tela solo que aun mas desagradable, pero la recompensa valía la horrible sensación, al ver el pedazo de carne aun cruda, respirando profundo, escupí mis llamas lo mas lento y gentilmente que pude, hasta poder empezar a ver como esta tomaba una vista dorada con las orillas y esquinas quemadas, cuando lo mordí, fue cuando por fin entendí la frase que mas repetía mi tío cuando rechazaba la comida "todo sabe bueno cuando tienes hambre". Ya que a pesar de que la carne estaba semi cruda por dentro, dura y simple, de alguna forma la disfrutaba como la carne que devoraba cuando estaba en mi hogar.

después de estar satisfecha con mi comida, me dispuse a sacar la carne que pudiese del lagarto y guardarla en mi bolso para seguir con mi viaje no sin antes también llevarme parte de la piel y escamas para cubrirme del despiadado sol, aunque la horrible sensación de arrancarla no era cómoda, prefería eso a tener que aguantar mas semanas sin comer nada o siendo cocinada bajo en bendecido sol que probablemente me odiaba, en ese momento solo podía pensar en mi tío que siempre me sermoneaba con frases de "algún día entenderás lo que vale la comida" o "en algún lugar del mundo debe haber un ser vivo deseando la comida que tu estas rechazando".

Lo bueno es que el no esta aquí para verme con esa mirada clásica que me saca de quicio, suspirando algo agotada por los recuerdos, seguí con mi camino y meta de salir del desierto.

lentamente se me olvidaba contar los días que llevaba y las horas que recorría en mitad de la nada del desierto, todo lo demás ni siquiera vale la pena contarlo, hasta que encontré al fin unas montañas azules a lo lejos, podía sentir como lentamente mi pecho se llenaba de felicidad y una energía en mi garganta me obligaba a gritar de alegría y celebrar mientras que mis piernas sin yo darme cuenta o dar siquiera la orden empezaban a moverse mas rápido por la emoción de por fin salir del desierto, todo empezó en un trote leve, luego pase a correr con alegría, para forzarme a frenar en seco de un momento a otro, luego de poder divisar un barranco que guiaba a una caída libre, mientras que la velocidad con la que estaba corriendo me obligaba cada vez a acercarme mas al barranco, mis piernas perderían todo el agarre en el momento en el que el suelo dejo de ser arena, pasando a una piedra rojiza lisa y luego aire, dejando caer todo mi cuerpo, mis manos reaccionaron instintivamente, agarrándome con los dedos, los mismos que evitaban que todo el resto de mi cuerpo callera al precipicio, empecé a mirar a mi alrededor buscando otro lugar en el cual poderme adherir, como si fuera por simple acto de odio o broma, la piedra en la cual me agarre, que era al menos tres veces mas grande que yo, se desprendió ligeramente, lo suficiente como para no caer, pero si hacerme perder el agarre de mis dedos, sin mas por hacer solo me dispuse a apreciar la bella y hermosa caída que me esperaba.

Sentía como la brisa acariciaba mi piel y cabello antes de estamparme contra el piso, me preparaba para sentir el horrendo dolor que sentía cada que caía de una gran altura, aunque esta altura no me fuese a matar, no significaba decir que mi forma humanoide resistiría esta caída sin tener daños, cada segundo mis instintos me gritaban que el suelo estaba mas cerca, cerrando fuertemente mis ojos, como si por dejar de ver ya no sentiría dolor. los abriría rápidamente, al sentir como me hundía en algo suave, lentamente tenia la sensación de rasgar la tela, que pasaba a aplastar algo suave y por ultimo el duro y seco golpe de chocar contra el suelo acompañado de astillas de madera.

A pesar de lo que me había ocurrido, de atravesar madera y tener un seco y duro golpe contra el suelo, solo podía agradecer que el primer impacto fuera con algo suave, solo sentía como mis costillas se regeneraban ante el impacto y como mi espalda traqueaba cada que me intentaba mover y levantar, luego de unos agonizantes segundos lograba levantarme como una especie de no muerto, dandome cuenta que mis piernas seguían regenerandose preferí mejor quedarme sentada en los escombros, luego de medianamente estar consiente de donde estaba, note delante mío una silueta que tapaba el resplandeciente sol de mi vista.

Levantando mi mirada, mis ojos lentamente se aclaraban segundo tras segundo, la silueta que aún observaba borrosa y desenfocada, se enfocaba y aclaraba, para notar un chico humano, con unos notables ojos color naranja flama, pelo negro y una expresión raramente confiada y neutra como el agua calmada de un lago de poca profundidad, baje mi mirada para analizar su cuerpo, vi una cicatriz en su mejilla que bajaba ligeramente hasta el cuello, para ser tapada por una bufanda rojo carmesí y una camiseta gris oscuro y una armadura plateada manchada por la tierra y el desgaste, su brazo derecho estaría tapado por una capa carmesí, y su brazo izquierdo acompañado de las mismas placas metálicas que su armadura del torso oscurecidas por la tierra y el hollín de la suciedad, pero no tan desgastadas al llegar a su cintura, mis sentidos buscarían reincorporarse mas rápido, al ver una espada mediana sostenida por una vaina oscura a la izquierda de su cintura y una lanza de casi la altura de aquel chico en su espalda.

Este abriría la boca y me diría de forma neutra en lo que se terminaba de disipar el polvo: -ese era el carruaje donde dormíamos...- mientras terminaba de observar los alrededores de madera rota que antiguamente eran supuestamente "un carruaje para dormir" exclamaría de una forma tan neutra y despreocupada que parecería hasta ridícula y graciosa - ahora esta roto-

tras aquella respuesta solo lo mire a los ojos, para que los suyos encontraran los míos, nuestras muradas se conectaban en lo que parecía pasar una eternidad.

<<hola, soy el creador de esta historia ficticia, espero que les haya gustado el primer capitulo de mi historia, a pesar de que haya sido corto.

En fin esperen el próximo capítulo si les gustó este, si quieren pueden seguir la historia y darle un corazón asi sabré si debería concentrarme en terminar esta, ya que el momento en el que termine este cap me estoy concentrando en terminar "Normalidad" pero como buen escritor... :D

creo... -.-

me concentraré en la historia que más guste a mis seguidores y lectores :)

En fin ahora sí me retiro>>

6 de Junio de 2023 a las 00:58 0 Reporte Insertar Seguir historia
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Continuará… Nuevo capítulo Ninguno.

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