Todo irá bien, por supuesto que sí.
Miro hacia todos lados, intentando relajar la compostura. Lo último que necesito es que el médico note mi tembleque de niño de quince años.
Suspiro a la vez que me limpio una de mis manos a los pantalones, que parece no querer dejar de sudar.
Recuerdo las palabras de mi hija Lola, el cariño de Lucas, su hijo más pequeño, y la mirada más cariñosa de Carmen, mi esposa. Ellos me infundan el valor suficiente.
Soy valiente, claro que sí.
Tan pronto el médico entra por la puerta lo miro con determinación y una sonrisa, pero eso se va difuminando cuando aprecio su rostro compungido. No son buenas noticias.
Comienza a hablarme de mil cosas, pero lo cierto es que ya no consigo escucharlo, no quiero hacerlo.
Después de mil intentos por qué lo entendiera me ofrece un sobre, y es al abrirlo cuando me doy cuenta de la magnitud del asunto: Demencia senil de tipo Alzheimer (DSTA).
Gracias por leer!
Podemos mantener a Inkspired gratis al mostrar publicidad a nuestras visitas. Por favor, apóyanos poniendo en “lista blanca” o desactivando tu AdBlocker (bloqueador de publicidad).
Después de hacerlo, por favor recarga el sitio web para continuar utilizando Inkspired normalmente.