Las Mazmorras, un evento que provoco en el año 2022 una conmoción a escala planetaria, donde las personas se vieron cara a cara con seres que creían existir en la fantasía, dragones, demonios, goblins, insectos gigantes entre otras criaturas, todo esto gracias a puertas que llevarían a mundos diferentes y de extremo cuidado.
Después de la grave catástrofe en el que un virus asolo dos años antes al mundo, y una serie de desastres ambientales que destruyeron muchos paisajes, múltiples portales comenzaron a aparecer y junto a estos, los seres humanos experimentaron una evolución radical.
La Generación que nació después de la aparición de estos portales, obtuvo habilidades de fantasía, control físico, así como elemental y mucho más.
Con el correr del tiempo las naciones acordaron reglas, y crearon la Asociación Mundial de Aventureros, donde se imponían normas, además regulación para evitar corrupción y que se puedan organizar, también que no se use con fines militares a los llamados Aventureros más fuertes.
Es el año 2040, y el mundo se ha adaptado tan fantásticamente a los aventureros que prácticamente se han convertido en profesionales, así como un oficio por sí mismo. Los más fuertes de cada país se convirtieron en celebridades, y disfrutan de leyes más benevolentes por sus contribuciones a su tierra.
Todos los países disfrutan de los frutos obtenidos por sus mejores Aventureros y los recursos raros que obtienen en las mazmorras, todos…a excepción del sur más próximo de Sudamérica, donde Argentina a pesar de esforzarse por reclutar a Aventureros fuertes, apenas llegan a rango B+.
Debido a sus crisis alimenticias y problemas genéticos, los habitantes de Argentina que son considerados Aventureros, apenas llegan a ese rango, situándose junto con Cuba, Somalia, Letonia y Bután, como uno de los países más débiles en términos de rango de sus cazadores.
***PARTE II***
Un niño de apenas 6 años, llamado Martín Felucci, alegre y enérgico, mira un portal que se ha abierto en la Ciudad de Tandil, en el centro de Buenos aires, principal provincia de Argentina, uno de los países más débiles en términos de la potencia moderna como lo es la actividad de conquistar Mazmorras.
Al lado de él, su madre le toma de la mano intentando no demostrarle nervios, porque frente a ellos dos se encuentra su padre alistándose para entrar a trabajar. Tristán Felucci, un aventurero clase E+ de 32 años se prepara junto con cinco compañeros, de clase C, clase F, clase B y clase B+.
Tristán se acerca a su esposa, Carla Manon de 27 años, la besa y luego abraza con sus fuertes brazos, adoptando una actitud que cada vez que debe entrar a una mazmorra, debe realizar como un ritual para poder entrar y no perder la cabeza al recordarla todo el tiempo, teniéndola presente. Luego mira al pequeño Martin y lo alza entre sus brazos para despedirse de él. A pesar de saber cuál es el empleo de su padre, siendo uno de los mejores pagos del mundo, lo cierto es que su rango no le permite obtener un pago bueno, pero aun así puede sustentar a su familia y pagarle una buena educación para su hijo.
Lo baja al suelo y con una sonrisa se despide de su familia.
El niño ve como su padre junto a sus compañeros avanzan hasta entrar a la mazmorra.
Casi habían pasado cuarenta minutos desde que los cazadores se adentraron a la Mazmorra de bajo rango que en los estándares internacionales puede manejar Argentina con su pobre nivel.
Carla se agacha en cuclillas y le pregunta a su hijo mientras observa asombrado al portal:
—¿Y bien cariño? ¿Pudiste entregarle el amuleto que hiciste en la escuela? — le pregunta Carla a su pequeño hijo.
—Oh…me olvide mama — se lamenta el niño, al punto de llorar inocentemente, pensando que, si su padre no posee tal objeto, no podría ser protegido del peligro dentro del portal.
—Estoy muy segura que él ha recibido tu buena energía. No te preocupes, cuando salga se lo darás, para la próxima vez— intenta calmar con sabias palabras maternales.
Apenas se lo piensa, porque a los pocos segundos de la respuesta de su madre, el niño se desprende del brazo de ella y a toda prisa corre hacia el portal, sorteando ágilmente el control policial y las cintas para evitar el avance de la prensa, aunque solo los familiares de los cazadores pueden entrar, la seguridad es muy fuerte en caso de no contener la emoción por los cazadores.
Carla intenta perseguirlo para impedir que cometa una locura, pero es detenida por la policía, y ante la vista de todo el mundo que enloquece de terror, el pequeño Martin entra al portal, provocando el llanto y grito desconsolado de su madre, quien maldice una y otra vez a todos los lados, inclusive a la policía.
***PARTE III***
Dentro de la mazmorra considerada muy débil para los estándares internacionales, Martin mira a su alrededor, antes de dar un pequeño paso.
Al principio no ve nada por la nula preparación del niño, pero sus ojos se acostumbran con el correr de los segundos a la oscuridad del lugar, revelándose el lugar como túneles de roca, cubiertas por banderas y muchas estacas.
Una misteriosa sensación lo lleva a caminar muy lento y temeroso, hacia un leve resplandor a varios metros de su posición.
Después de casi una hora llega a lo que parece ser el centro mismo de la mazmorra, cubierta por tiendas de campaña, con huesos adornando y cubriendo sus techos, calaveras y columnas formando muros con intenciones de advertencia.
Ya al borde de las lágrimas, Martin trata de regresar, pero a lo lejos, desde uno de los túneles que lleva al otro extremo de la mazmorra, se escuchan voces y risas.
Seguro de que su padre esta allí, decide tomar una enorme bocanada de aire y corre en dirección de donde provienen los ruidos.
Sin embargo, lo que se encuentra en el camino, es con los cuerpos desmembrados de unos goblins de muy bajo rango, muchos cazadores o, mejor dicho, la mayoría desestiman a estas criaturas por su bajo valor en el mercado actual. Estas criaturas en dicho mercado, se encuentran entre los peores puestos y sin duda el pago es escaso.
Al comienzo de la era Mazmorra, en la década del 2020, los primeros cazadores, se aventuraban a las mazmorras más débiles y probar su suerte, y aunque al principio muchos morían por desconocer a tales criaturas, con el correr de los años los masacraban a los goblins muy fácilmente al punto de obtener cientos de miles de millones en ganancias con lo que se obtenía de estas criaturas.
Actualmente el hueso de un goblin de excelente calidad solamente se paga menos que un pedazo de carne, y aunque sean tan poco redituables esas mazmorras, los tesoros que ocultan son mucho mejores.
Martin llega al final del túnel y se encuentra con un panorama macabro, donde todos los aventureros yacen muertos en el suelo de un terreno rocoso mucho más grande que al anterior donde estaba el grupo de goblins.
El rostro del niño se desdibujo ante el shock de ver a su padre con su pecho atravesado por una espada.
Se apresura a hacia donde se encuentra, aferrándose a su cuerpo ya frio, pero con la mirada puesta hacia el techo:
—¿Papá…papá…levántate…por favor…no me hagas esto…papá? — Le suplica con lágrimas —. Mira…te traje esto— le muestra una piedra con dibujos—. Esto podrá curarte…papá…por favor— las lágrimas no dejan de caer, pero el pobre niño no comprende que le pasa a su héroe.
Toma el brazo de su padre y lo intenta levantar, pero sin éxito. Mientras trata una y otra vez, su mano izquierda se abre revelando una pequeña esfera con múltiples colores brillando en su interior.
Viendo que no funciona, cae en la cuenta de que su padre, su héroe, ha fallecido y no hay nada que se pueda hacer al respecto.
Entre su tristeza se percata del orbe, y trata de tomarlo, pero cuando lo toca con la yema de sus dedos, esta brilla hasta romperse como la cascara de un huevo, convirtiéndose en pura energía que brilla con aun más intensidad.
Se desliza por los aires como un ave feliz por su libertad, dejando también con su cola pequeñas estelas sobre el cuerpo de Tristán.
Martin retrocede sin entender que pasa movido por el miedo y el dolor de la pérdida de su padre, pero de repente se comienza a escuchar sonidos provenientes de uno de los tantos túneles que rodean al lugar.
Mira a todos los rincones donde esconderse, hasta que avista una roca apropiada para irse detrás.
Después de ocultarse y guardar silencio, un cazador rango B+, el más fuerte del país llamado Fabio López se acerca al cuerpo de Tristán y lo patea muy enojado:
—Me cago en ti bastardo, me dijiste que podría encontrar ese asqueroso tesoro, pero solo me diste problemas con más y más goblins — refriega la suela de su zapato cubierta de sangre contra el pecho de Tristán para limpiarse.
Fabio mira más de cerca la mano de Tristán y se percata de que tenía algo con cascara en su posesión. Llega a la conclusión de que el, tenía lo que buscaba, pero ya no existe:
—¡Eres un hijo de puta traidor! ¿A caso querías quedártelo para ti y poder mantener a tu familia? ¡Eres un asqueroso fracasado! — dice Fabio mientras patea con violencia el cuerpo de Tristán, ante la vista oculta de Martin que impotente no deja de llorar al ver tal maltrato contra el cuerpo de su mayor héroe.
Incapaz de poder mantener su compostura, deja escapar un breve gemido de temor, acompañado por su incontrolable vejiga que durante una hora trato de aguantarse dentro del lugar.
El ruido de Martin lo lleva al asesino a sospechar que hay alguien espiándolo, entonces extiende su mano abierta, de la cual se forma una bola de fuego y con su vista en la roca que sirve al pequeño para esconderse intenta arrojarla, pero otro ruido lo interrumpe, alguien se encuentra tosiendo a apenas metros.
Martin lo mira y murmura en voz baja con lágrimas en sus ojos:
—Señor Sebastián— deja escapar el pequeño, cuando reconoce a aquella persona en el suelo y cubierta de sangre.
—Quédate ahí…no hagas ningún ruido…y espera a que se vaya — le aconseja el hombre que alguna vez fue gran amigo de su padre con su rostro cubierto de sangre, pero con una sonrisa para calmar al niño.
Sebastián que aun continuaba con vida, produjo un sonido que atrajo la atención de Fabio, con la intención de salvar al niño y honrar a su amigo que yace sin vida en el suelo.
Con la mirada fija en Sebastián, el asesino más fuerte de Argentina se acerca con una sonrisa inclemente. Lleva su mano a la espada que tiene en la espalda, y con un ágil movimiento la saca para apuntar a su ex compañero de grupo:
—No pude hacer esto bien, pero no te preocupes…no dolerá— dice Fabio, en un tono desalmado y burlón.
Fabio decapita a Sebastián sin piedad, y ya sin más distracciones, se voltea y camina hacia la roca, pero cuando llega hacia allí no encuentra a nadie, preguntándose si había algo realmente o fue producto de su imaginación.
Mientras tanto Martin corre hasta que sus pulmones no den más, a través de un largo túnel oscuro, alumbrado apenas por antorchas. Pero que cada paso lo lleva más y más a la penumbra misma, y con el peligro también de encontrarse con goblins renegados.
Bajo los efectos del miedo, mira una y otra vez hacia atrás, preocupado porque pueda aparecerse aquel sujeto que masacro a sus propios compañeros.
En un descuido se tropieza y cae completamente agotado.
La oscuridad se hace cada vez más fuerte, y eso comienza a asustarlo, con ambas manos tapa sus oídos pensando que hay voces queriendo asustarlo.
Su corazón se agita a enorme velocidad, sin darse cuenta se orina encima de nuevo mientras solloza sin control, pero sin emitir un solo sonido.
Poco a poco es engullido por la oscuridad que no tiene piedad ante los débiles.
Sin embargo, una luz cálida, llena de colores proveniente de aquel orbe que se había roto momentos atrás se presenta ante el brindándole la calma que el necesita en tal terrible y oscuro lugar de muerte:
“Eres le encarnación de la voluntad…aquellos que velan por la humanidad y enfrentan a los que la han abandonado…eres quien recibirá el poder máximo…bajo mi estela te convertiré en el Emperador…bajo el poder del emperador…tu palabra…y voluntad…son la Ley en esta selva de monstruos…tu poder se elevara más allá…te convertirás en el amo supremo del mundo de los monstruos…Martin Felucci, prepárate para ser…el Cazador más fuerte de todos”
***PARTE IV***
12 años después.
Una mujer, muy joven de cabello plateado y estatura promedio para sus 18 años de edad, ojos extrañamente amarillos, pero de mirada sincera y dulce, piel tan clara como la leche, belleza que fácilmente atrae la atención de todo hombre que posa sus ojos sobre ella, se acerca preocupada a un joven de su misma edad, con mirada triste, ojeras pronunciadas en sus ojos, gran y atlético porte, de cabello largo y un rostro muy atractivo con capucha ocultando la mayor parte de su rostro, y que está sentado en una banca de madera en el centro de un parque enorme de la Capital Federal:
—¿Hola…hola…hoooolaaaaa? ¿Martin? — lo llama la Joven, mientras toma al muchacho del hombro y agita para sacarlo del trance.
—Oh, lo siento mucho Estela, estaba…bueno…solo pensaba en cosas. ¿Y bien, ya estamos listos? — pregunta Martin al volver en sí.
—Si, pero será peligroso, no es nada correcto creo yo el que un Rango F+ este dentro de una mazmorra para Rango C— dice Estela, indignada de que Martin esté en peligro.
—Descuida, prometo no molestar a nadie— dice el joven para calmar la ansiedad de ella.
—Bueno señores y señoritas, ya saben la formación. Los dos Tank clase C, Matías y Marcos irán al frente, los sanadores clase D Florencia y clase C Alejandro irán en el centro, los lanzadores de hechizo clase D, Marcelo y Augusto irán en la retaguardia, los guerreros combatientes clase D, yo y Leo, iremos al frente. Y tú…Martin…eemmm— Claudio lo mira reacio junto con los demás cazadores—. Por favor procura evitar que te maten, no sabemos qué clase de aventurero eres— le pide para evitar su muerte.
—Prometo no estorbarles — se rasca la cabeza y sonríe.
El grupo se adentra a la mazmorra que recién acaba de abrirse. La expresión de Martin se torna seria y una oscura sombra sale de su ojo izquierdo, mientras todos continúan avanzando hacia la mazmorra que promete ser muy peligrosa.
Nicolas Falcon
