Mirando el lunar de la alusión Seguir historia

¡Oh, melancolía de mis sabores de los sueños profundos!

Necesitarás música para poder sentir lo que más extrañas, lo que más amas sin conocer.

Con ella, toparás con los amigos, con tu ser tan brillante que vienen de tus alusiones, sólo con ella.

¡Sophie, eres mía en mis hazañas más recurrentes! Mira aquel que te ha hablado con labios secos, ojos cafés y ojeras.

Tus delicadas manos sin sentir como transparente para mi vista, tú eres así. Tú.

Yo puedo conocerte con la canción más melódica, hermosa, serena como la mar en su puesta de sol anaranjado que pueda escuchar. 

No podrán lastimarte porque te llevo en mi más profunda amistad. No confundas con obsesión, eso no es amar con vigor, no es amar con querer.

Te recuerdo en tiempos de mi niñez, en tiempos de juegos inocentes, en tiempos de una inocencia de un niño.

Vives por los recuerdos cuando toca el piano con dedicación.

«No me ames, no me extrañes. 

Sólo quiero que seas feliz con recordarme, como la última vez que te sonreí al conocerte.»

                                                                                           —Emmanuel Shinkai