Historias de mi profesor Seguir historia

Eran tiempos. Tiempos, lo que ahora vemos como pasado, lo que antes era futuro, y lo que ahora contare en presente.

Eran dias largos de verano, en esos tiempos la moda era ser boy-scaut, así que como muchos, decidí unirme.Cada dos fines de semana, se hacia un campamento en los bosques, en la propiedad de una escuela-orfanato
De niños no queridos, o huerfanos.
Ese edificio era enorme
Y se desabitaba los findes,
Asi que yo y mis amigos
(Cuyos nombres no son relevantes para el relato)
Nos pusimos las botas, y aprovechando que el maestro/coordinador, estaba dormido, entramos al edificio.

Todos los estudiantes, e internados, se habían ido a la tarde del dia anterior, junto con todo el personal.

Al entrar, nos asombro la atmosfera, y el sentimiento de encierro,ese era un lugar donde no había niños ni adultos, alli eran prisioneros y carceleros, como unica muestra de libertad en ese entorno, estaban los graffitis y frases escritos en las paredes de los baños, mesas, camas, sillas y puertas, todos eran dibujos pintarrajeados, simples mamarrachos.

era un gran misterio ese lugar, que dos fines de semana al mes, se volvía un sitio de placer y libertad, para tres jóvenes y sus almas.

Un día, de los muchos campamentos, encontramos en el dintel de una cama, una corona, pulcra, bella, bien pintada. Aquello nos asombró, ¿quien podría tener tal espiritu, espresividad e imaginacion, para dibujar arte en ese lugar con olor a carcel?.

Los días pasaron, y en eso estabamos, recorriendo, y haciendo ese lugar, mas nuestro de lo que ya era, vimos otra corona, y otra, y otra mas, al ver tantas, se nos ocurrio la idea de que tal vez, guiaran a algun lugar.

Así que la noche siguiente, las seguimos.

nos desconcertó el laberinto de coronas, puertas y pasillos, así que decidimos dejarlo para otro día, pero yo, me di cuenta de que en estas coronas habia siempre, al lado, una frase. Al recopilar todas en un cuaderno, quedó algo así:

cuando nesecites ayuda, "sigue el camino, y arma la corona del tirano, para llegar a la bondad que se haya debajo"

Al final de la que decidimos ultima, de aquellas coronas y frases, había una puerta, que llevaba a una sala, con tres puertas, cada una de ellas tenía una corona y un par de letras, las puertas estaban cerradas con llave así que,antes debuscar el modo de abrirlas, intentamos armar la corona, intentamos miles de miles de veces, pero era imposible, finalmente nos dimos cuenta de que lo que había que armar era la frase, no la corona. La frase era: "debes entrar" asi que lo hicimos, agarramos una piedra, y golpeamos la cerradura hasta romperla. Adentro era un deposito de sillas, muebles, camas, etcetera. Abrimos la segunda puerta, y lo mismo. Cuando estabamos intentando abrir la tercera, Llego un coordinador y nos retó, y instó de mil maneras a que le dijeramos que hacimaos merodeando por ahi con piedras, una linterna y un cuaderno de notas. Pero a pesar de todo, no dijimos Nada, nada, nada. Nos quedamos literalmente mudos, el coordinador, coml castigo nos quito el pañuelo rojo, muestra de orgullo y valentía , la mayor deshonra para un boy-scaut.

Al siguiente fin de semana, el coordinador nos dijo que este era el ultimo, porque los propietarios iban a cancelar el contrato con el camping. Así que era la ultima oportunidad de saber algo. Pero para nuestra mala suerte, se largo a llover, y como todas las veces que llovia nos refugiamos en el edificio. Ahora habia que burlar a los coordinadores ya que siempre había uno vigilando. A la noche, gritamos y le dijimos al coordinador que habiamos visto una araña, muy muy grande. El que hizo el grito, actúo tan bien su papel de cagado de miedo que cuando pidió permiso para ir al baño a lavarse la cara nos dejaron ir con él, de esa manera fuimos a la tercera puerta, y al entrar, era tambien un cobertizo, pero había una compuerta que llevaba al sotano con una corona grabada encima. Alli estaba lleno de comidas y jugetes, mucha comida y jugetes. En ese momento no lo entendimos, pero despues, ya de adultos fuimos, al lugar y nos contaron que trataban tan mal a los chicos de alli, que los alimentaban a pan y agua. Y ni hablar de muñecas y lapices. Asi que los celadores, que se apiadaban de los pobres chicos, escondían comida y jugetes para que los niños los buscaran y no pasaran hambre ni tristeza. Eso ocurrio en 1985 cuando yo tenia 12 años. Entonces entendí el valor de una persona que te cuide de esa manera.