Contaban los cuentos de Hadas sobre los monstruos ocultos en los castillos, de un día al otro ese lugar apareció como los castillos fantasma. Altas custodiaban la entrada con una mirada amenazante.
El club del círculo rojo llamaba la atención de los lugareños, si tenían más de 21 podrías entrar, consumir alcohol y tal vez marihuana, entre las pocas drogas permitidas, las reglas eran claras y concisas, era normal ver sexo explícito entre omegas, alphas y betas, sin embargo si tocabas a alguien o más bien anisabas de este, no volverían a ver rastro alguno de ti. Controlaban todo lo que entraba y salía, en cada sala había 3 guardias sumando un total de 60 hombres y una que otra mujer alpha.
Al dueño de este lugar lo conocían como la bestia del círculo rojo, nadie había visto su cara, los guardias no hablaban de él y muchos admitieron jamás haber siquiera hablado con este. Decían que era cruel y despiadado todos le temían con cada célula de su cuerpo.
Algunos guardias admitieron también temerle, pronto llegaron más mafiosos, y gente mala, ofreciendo algo por el club nadie logró tirar a la bestia, pero poco a poco todos los grupos de mafiosos fueron devorados por el mismo club dejando claro a los externos lo poderoso que era aquel monstruo.
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