Solo somos amigos. Seguir historia

Un tipo común, normal, con sueños rotos, llegando a la mediana edad.

Desde mi juventud, anhelaba encontrar el amor de mi vida.

Desconocía en aquellos tiempos, que tal cosa solo existía en mis sueños, en mis pensamientos y en mi corazón, después de tantas desilusiones, de tantos desengaños y desencantos, decidí dejar de lado aquella idea tonta, de encontrar el amor, de mi vida, por el contrario, empecé a disfrutar el momento, pues me había dado cuenta, que estaba empleando mucho tiempo, mucha energía, en algo que probablemente no exista. Empecé a involucrarme en organizaciones de carácter social, qué me permitiera convivir, con muchos tipos de personas, fue ahí donde ingrese como miembro activo de la escuela dominical de mi iglesia, en esta instancia, se me permitía orientar a los nuevos miembros y jóvenes por los caminos que señala el Dios de los cristianos.

Para ser parte de esta organización, necesitaba una vez al mes, asistir a un tipo de seminario, donde se nos formaba sobre temas y estrategias pedagógicas, qué nos facilitaría en el proceso de enseñanza y orientación.

Después de varios años de asistir a estos seminarios, empecé de una forma inconsciente a relacionarme con colegas, de otras comunidades, dónde básicamente nuestra función o actividad particular era pasar el rato y entretenernos platicando y filosofando sobre nuestras vidas.

Y fue ahí donde empezó esta historia, una bonita y accidentada casualidad, entre el montón de gente, apareció ella. Una chica con una sonrisa tímida, pero al mismo tiempo una actitud, bastante pícara, ell,a me miraba y hacia comentarios burlesco de mi aspecto, decia que yo era un engreido, arrogante y que no era de su agrado.

No recuerdo con exactitud, cómo pasaron las cosas, pero ella se mostraba cada vez más interesada en mi persona.