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El Trabajo de Chai


Chai trabaja para unos chamanes que viven en una isla. Para llegar tiene que soñar que va remando en su kayak. Rema fuerte y siente las gotas de agua que caen en todo su cuerpo. En el instante que se da cuenta de que está soñando llega a una playa tranquila. El agua es salada por supuesto y completamente cristalina, la arena es prácticamente blanca. Deja el kayak atrás.

A solo unos cuatro metros de la playa empiezan las colinas de musgo donde viven los chamanes. Son como bolas de algodón verde oscuro y se siente pegajoso cuando se camina sobre él, pero Chai como viene en kayak nunca lleva zapatos. Es una alfombra interminable con olor a savia dulce que llena todo el ambiente, especialmente los lugares que Chai va pisando, en el momentos que tocas los capullos salen unas esporas que llevan el olor y la sensación pegajosa. Solo lleva un par de minutos caminando cuando se encuentra con el chaman que la recibe hoy.

Todos los chamanes llevan un hábito de yute café, parece muy fresco. Siempre lo llevan sobre la cabeza también, para cubrirse del sol. Rara vez se ponen de pie, están permanentemente sentados en alguna colina junto a una narguile que como están sentados es del mismo alto que ellos. Hay un chamán en cada colina. Las narguiles son todas de diferentes colores. El trabajo de Chai es limpiarlas.

El chamán que recibe a Chai está de pie y lleva con él un balde de metal con un pareo y una especie de mapa dibujado en color negro en una pieza cuadrada del mismo yute con el que se visten. Chai toma el balde con el pareo y el mapa y empieza su recorrido.

Con el mapa Chai puede localizar las colinas que tienen narguiles que no están siendo usadas ese día por ningún chamán. Primero pone el pareo en el suelo para sentarse y llena el balde con agua. Desarma el narguile y pone las piezas en el agua. Debe esperar 5 minutos y luego puede botar el agua sobre el mismo musgo y secar las piezas muy bien antes de volver a armarlas. El tiempo vuela mientras trabaja.

Cuando termina regresa al mismo punto donde encontró al chamán que la recibió. Le devuelve el balde, el pareo y el mapa. El chamán se lo lleva y tarda unos 5 minutos en regresar con un frasco de vidrio con tapa de corcho que le entrega a Chai como pago.

Chai camina hacia la playa donde está su kayak. Siempre despierta en el momento que se sienta, nunca tiene ganas de remar. Despierta boca arriba en su cama con la mano derecha sobre su panza y un frasquito de vidrio con tapa de corcho en la izquierda. La almohada empapada en sudor.

28 de Marzo de 2022 a las 22:16 0 Reporte Insertar Seguir historia
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