Ciudad de Cataleya
Paola estaba sentada debajo de un árbol mientras leía un libro de historia de la edad media, que era una de sus favoritas, para un trabajo que le habían dejado en la universidad. Ya estaba en tercer semestre de historia en una de las mejores universidades del país: Universidad de Cataleya, en donde le fue fácil aprobar el examen de ingreso ya que su educación había sido muy estricta ya que su padre la estaba preparando para que fuera su próxima sucesora en el clan demoníaco Kuro, uno de los mas fuertes del inframundo, donde muchos pensaban su padre seria el próximo señor demonio.
En cuestión de dos horas terminó su ensayo y se dedicó el resto de la tarde a pensar en que llevaba mucho tiempo en esa ciudad y a pesar de que era hermosa no encontraba algo que realmente le gustará, ni que decir de los humanos; ellos siempre la veían hermosa por sus grandes ojos café oscuro, su piel morena y su cabello rojizo, su imagen fue un poco modificada para no asustarlos ya que el color de sus ojos era rojo. Ella de verdad quería vivir nuevas aventuras y experimentar una vida de universitaria normal ya que su padre le dijo que esa era la mejor manera de entender a los humanos y poder hacer tratos con ellos para así terminar con sus almas. Estaba tan cansada de leer que poco a poco se fue quedando dormida mientras estaba recostada al árbol mientras caía la noche.
-¡Señorita!- Escuchó una voz a lo lejos - ¡Señorita despierte!
-¿Quién es?- dijo adormitada
-Es muy tarde como para que este dormida aquí sola y en la oscuridad- escucho más detenidamente una voz masculina
Mientras abría sus ojos de una manera lenta y tranquila, Paola veía como un hermoso rostro estaba justo en frente de ella: ese chico tenia unos hermosos ojos azules, piel blanca como la nieve, cabello rubio y labios rosas.
-Que hermoso eres- fue lo primero que pudo decir al verlo.
El chico bajó su mirada mientras en sus mejillas se veía un sonrojo pronunciado, pero poco a poco fue subiendo su cara hasta quedar de frente con los ojos de ella. Se miraron el uno al otro y sus corazones palpitaban rápidamente.
-¿Eres real?- dijo ella mientras con su mano tocaba el rostro del joven
-¿Que...hace señorita...?-dijo nerviosamente el chico de ojos azules
-He quedado embelesada por tu belleza- dijó Paola mientras se acercaba aún más a él- tus labios... se ven tan suaves.... quiero probarlos....-
-¿Que....?-
El chico no pudo terminar la oración pues ella ya había juntado sus labios con los de él, uniéndolos en un tierno beso. El joven se sentía un poco mareado ya que tras de que había corrido cuando vio a una chica acostada en el árbol ahora ella lo estaba besando, pero lo más increíble era que eso no lo molestaba y más cuando ese era su primer beso. Ella tenia un aroma frutal que lo embriagaba, tanto que no podía pensar con claridad, era como si perdiera la conciencia.
Ella por su parte estaba también embelesada por su olor a vainilla, que cada vez fue intensificando más el beso pero ahora con un poco más de propiedad ya que lo abrazó sintiendo que al tocar su espalda el muchacho parecía retorcerse.
Después de unos minutos ella se alejó y vio la imagen mas sexy que nunca había visto; ese chico de ojos azules ahora tenia la cara roja, la respiración agitada y los labios ahora rojos.
-Mi nombre es Paola ¿Cual es el tuyo?-
-Richard....- dijo hablando un poco despacio.
-Richard desde hoy serás mío-
Al instante que lo dijo, le volvió a dar otro beso luego se paró y se despidió con un gesto en la mano.
-¿Te vas?- dijo confundido
-Si, estoy segura que nos volveremos a ver-
Fue lo último que dijo mientras se alejaba al caminar hacia la calle.
Richard estaba muy confundido ya que en su primer día en la ciudad en donde el siguiente día comenzarían sus clases de historia, que fue el objetivo principal por el cual su padre lo envió, había visto a una hermosa chica de rojos cabellos dormida en un árbol que para su sorpresa ella lo besa no una sino dos veces para luego irse y dejarlo con el corazón acelerado. Estaba seguro que por más que le contara a alguien nunca le creerían que una chica como esa le haría algo a un chico tan tímido como él y menos sin conocerlo.
Gracias por leer!
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