Un nuevo juego de realidad virtual fue anunciado exactamente hace quince meses. Un juego en donde podrías tener una segunda vida, escoger una de las tantas profesiones distintas que el mismo juego ofrece; tener una casa, un gremio, caballos, armas y ¿por qué no?, tal vez hasta una segunda familia. Sin duda una oportunidad que los amantes de la aventura no desaprovecharán, entre los que estamos mis amigos y yo.
Somos un grupo que formamos desde hace poco más de diez años, mientras estudiabamos la preparatoria. En donde forzosamente tuvimos que crear un círculo de amistad ante la carencia de personas en el instituto, algo que al inicio vimos como un infortunio, pero que con el paso del tiempo aprendimos a valorar.
Cuando el anuncio de “100 Niveles” llegó a nosotros, nos sentimos una generación afortunada, ya que los más jóvenes no tienen dinero para comprar algo tan costoso, y a los más viejos, simplemente no les interesa.
Y aquí estamos, nerviosos y esperanzados de lo que puede llegar a ser nuestra nueva adicción en los videojuegos.
“¿Están listos para la próxima semana?” preguntó William.
“Estoy más que preparado, he estado analizando todas las profesiones, una por una, para ver cual puede ser la mejor a largo plazo.” Respondió Luke.
Los jueves solemos reunirnos para ver partidos de fútbol, jugar juegos de mesa o simplemente, tomarnos unas cervezas entre pláticas. Esta vez, solo William, Mark, Adrien, Jayden, y yo estábamos presentes.
“¿Y cuál escogiste?” Cuestionó William, de nuevo.
“Mago. Empieza algo débil, pero puede llegar a ser bastante fuerte, con una estrategia adecuada.”
“Yo pensé por un momento escogerlo también, pero me decidí más por el Druida. En la información que estuve leyendo el Mago tenía muy malos comentarios, mientras que el Druida, al hacer pociones puede construir una fuente de ingresos importante. Estaba solo debajo del comerciante, en pronóstico económico, con la diferencia de la capacidad de estar en combate.”
“Tiene un arma a distancia, ¿cierto?” Dijo Luke intrigado.
“Si...una cerbatana” Se detuvo ante la risa burlona de Mark. “Pero no importa, los niveles no suben solamente cazando monstruos. Tal vez, tenga que matar algo para cosas de crafteo pero no será indispensable para mi nivel.”
“Creo que leí lo mismo que tu, Willy. Y por lo mismo iré por la profesión de comerciante.” Añadió Jayden. “Pero, Luke. ¿Que no el Mago fue catalogado como el más débil por casi todos los analistas?”
“Estaba rankeada como la peor de todas, pero creo que simplemente la gente no supo valorar la profesión. La poca cantidad de vida que acumula por nivel es lo que hace a la gente decir que es una mala elección y tal vez, la falta de combate cuerpo a cuerpo...o lo lento que puede ser cazar...como quiera, se que será una sorpresa.”
“Uno de vida por nivel. Es decir, que requerirán de cincuenta niveles para llegar a cien, ya que todos los personajes inician en cincuenta. Un golpe de lo que sea, te mata.” Replicó Jayden.
“Ya veremos. Para eso los tendré a ustedes.” Guiñó. “Serán mis escudos rellenos de tacos y cerveza.”
“Salud por eso.” Dijo Mark levantando su cerveza.
“Pues yo solo jugaré por convivir con ustedes.” Balbuceó Mark. “En realidad no estoy interesado por cual es la mejor profesión, así que me iré por algo que sepa hacer comida. Tengo curiosidad de los sabores que puedo encontrar ahí. Podría probar comida japonesa sin ir a Japón.” Pensó en voz alta.
“Tienes mentalidad de gordo, amigo. Aunque, si, hay una profesión de Cocinero.” Le respondió Luke.
“Esa será la mía, entonces.”
“¿Y tu, Adrien, pudiste decidirte?” Inquirió Luke.
“Sí, creo que me iré por el Ingeniero.”
“¿Tu? ¿Ingeniero?” Le contestó Mark mientras daba otro trago a su tarro. “Si eres el más sediento de sangre en cualquier cosa que jugamos juntos.”
“Lo se, ¿Han pensado, que al ser realidad virtual, y así como dice Mark, de sentir sabores, olores, y otras cosas, también sentirán dolor?”
Los demás callaron.
“Bueno, yo no había pensado en eso. Pero supongo que no estará en un nivel muy elevado de sensación, si no, perderían a muchos de sus jugadores por la intolerancia al dolor” Argumentó Luke.
“Por si acaso, prefiero algo que esté a distancia. O que simplemente no tenga yo la necesidad de estar en calabozos, montañas o fortalezas, para subir de nivel o conseguir oro. El solo pensar la cantidad de pasos y molestias que me ahorraré, me convence cada vez más que vale la pena.”
“Hasta en un juego eres flojo.” Le recriminó Luke.
“Efectivamente. Hasta en un juego.” Dijo Adrien.
“En fin, no creo que haya necesidad de ser tan intensos” Añadió William. “Habrá dos millones de jugadores con nosotros. Y aunque la mecánica del juego es derrotar los cien jefes, al ser derrotados por cualquier grupo, podemos repetir la misión las veces que queramos, claro, con una disminución en vida, daño, defensa y lo que sea. El punto es, que no tenemos que buscar ser el primer grupo que lo haga, podemos ir a nuestros tiempos, venciendo a los jefes ya derrotados.”
“Ah, tampoco que no quiera sentir dolor y estar bajo la lluvia quiere decir que no me concentraré en subir de nivel.” Le interrumpió Adrien. “Quiero ser de los primeros lugares, y aunque tu, Mark y Otto, que no está aquí, no les interese la competencia del juego. Yo si tengo la intención de competir. Son solo dos millones de jugadores, podríamos llegar a la cima si trabajamos en equipo...pero bien trabajado. No con sus idioteces de gastar dinero comprando pasteles de media tonelada. Como hicieron aquella vez en Tu otra vida.”
“Ese fue Luke”. Aclaró Mark.
“Si, ese fui yo.” Afirmó Luke.
“Fue Luke, pero bien que le seguiste el juego, Mark. Si bien los conozco, nos caerá algo de dinero y ya buscarán alguna manera de malgastarlo.”
“Aún no sabemos si habrá ese tipo de objetos.” Dijo Luke en su defensa.
“La publicidad del juego decía que será el juego más impactante del siglo.” Añadió William mientras aventaba un pedazo de carne al asador.
“Ponme uno más a mi Willy, por favor” Le gritó Mark.
“Hace veinte años, ni siquiera existía la realidad virtual, es imposible que pueda llegar a conquistar el siglo entero.” Reflexionó Jayden. “Simplemente llegarán otros con más tecnología.”
“A todo esto, ¿por qué Otto compró el juego? Pensé que no le interesaba.” Intervino William
“Eso es lo que había dicho. Pero el último día de preventa se animó a comprarlo. Parece ser que Dane lo convenció.” Respondió Adrien.
“¿Y en qué ciudad empezará?” Indagó Luke.
“En Andon, con ustedes. Dane le comentó que él, Nikolai, Juan y yo comenzaremos en Effeoss, pero no le convenció la cantidad de jugadores de la ciudad, Andon tenía espacio de registro para un millón doscientos mil jugadores, tiene más que Effeoss y Friel juntas. Creo yo que está buscando a algún otro grupo de amigos. Porque algo por ahí no me cuadra.” Explicó Adrien.
“Seguramente escogerá algo relacionado con alcohol, apuestas o mujeres” Río Mark
Luke rió en voz baja. “Si, creo que Mark tiene razón. No podemos contar con Otto para hacer misiones o pelear contra jefes, irá por su satisfacción personal.”
“Al final de todo, iremos por lo mismo. La satisfacción personal de estar en un mundo virtual RPG.” Añadió Jayden.
Una semana había pasado desde aquella reunión. Se acordó que no se juntarían un día antes como acostumbran para poder descansar y disfrutar el estreno del día viernes.
Los jugadores podrían conectar sus diademas a la red a partir de las 7 de la tarde hora local. Y después de 3 horas, una vez que los jugadores realizaran una exploración primaria de la ciudad, sus alrededores, y encontraran a sus compañeros de juego, un aviso del servidor aparecería en los centros de las ciudades. Un aviso que no solo quedará grabado en la memoria de los dos millones de jugadores. Sino, en la historia de una nueva era.
Gracias por leer!
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