En el viaje del dolor, mi cuerpo ha sido vencido por el señor
El fuego acaricia mi convicción, amenazando con aumentar el calor
Me mira directo a los ojos, mofándose de mis lamentos
Corrompiendo mis sueños y mi esperanza
No hay cabida, en esta enorme cueva repleta de añoranza
Las enormes montañas que él domina, parecen bañadas por el deicidio
Que el hombre de las siete cabezas, destrozó por capricho
Las nubes en el cielo parecen genitales abrazadores
Me elevan con sus extremidades, cada vez más aterradores
En el agujero de su piel, me escondo y arrastro hacia la luz
Ya no hay nada que hacer
Su voz y sus lamentos arañan la seda de mis muslos
Cada vez con más dolor, cada vez más desgarrador
“Bienvenido al valle de los esqueletos, donde las almas impías navegan por el mar de sangre
Maldiciendo al bendito, bendiciendo al maldito
con sus lanzas perforan el himen, aquel que, de la oscuridad, con su sombra te protegía
ya no hay rincones donde aquel que domina, jamás te encontraría “
Esta noche es cada vez más helada, más triste, más desolada
Los jinetes han sido enviados a por mí
Con la cabeza en alto, se dirigen hacia mí
La tierra y polvo crean olas de llantos
Las risas y las burlas, se escuchan como cánticos
Las rameras extasiadas por el oro de mi pasado
Bailan y enseñan su piel, al pastor olvidado
“Bienvenido al valle de los esqueletos, donde las almas impías navegan por el mar de sangre
maldiciendo al bendito, bendiciendo al maldito
con sus lanzas perforan el himen, aquel que, de la oscuridad, con su sombra te protegía
ya no hay rincones donde aquel que domina, jamás te encontraría “
Veo las antorchas, escucho los relinchos, no hay donde esconderse, ya no hay donde esconderse
Ahora que viajo hacia sus tierras, solo pienso en aquellas sonrisas
Que una vez, hace ya muchas tardes, alegran a mi ser, a mi pobre amanecer
Si ya no te vuelvo a ver, solo pienso que una cosa debes saber
Desde donde sea que mi destino me espere, desde ahí, con mi canto, cuídare de tu presencia
Nunca me olvides, o dama de la sabiduría, a mí, aquel joven manso
Que, por el señor de los muertos, con su espada, enterrado en la grava, ahora descanso
“Bienvenido al valle de los esqueletos, donde las almas impías navegan por el mar de sangre
maldiciendo al bendito, bendiciendo al maldito
con sus lanzas perforan el himen, aquel que, de la oscuridad, con su sombra te protegía
ya no hay rincones donde aquel que domina, jamás te encontraría “
Gracias por leer!