Cuento corto
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La historia de cada día

Somos un pequeño mundo dentro del mundo. Somos el caer de la lluvia, el fluir de los lagos, el caminar del tigre. En nuestros ojos se manifiesta el existir de un mundo que sabe su propio instante de nacer. El tiempo cae como gotas de agua por los vidrios de mi hogar. Tenemos el pensamiento de existir en una fracción de segundo de la existencia. El tiempo forma pequeñas figuras en el mar de la existencia. Sabemos encontrar el paso de los ancestros en ese momento único e irrepetible que vivimos.

El camino a casa está lleno de maravillas, un paso más que damos en el existir de aquello que somos. Logro entonar un silvido que llama la atención de hermosas verdades. Encuentro la forma de llenar la existencia de un poco de amor. Cuando caminé por el misterioso sendero que llevaba al corazón me dí cuenta de la gran fuerza que existe en nosotros mismos.

La forma de nuestros pensamientos es idéntica al mundo físico. Claramente, el mundo físico cambia de forma cada vez que se nos ocurre algo. De manera imperceptible, pero a través de los años nos hemos dado cuenta de cuánto hemos cambiado. Nada permanece inmóvil ante el sentido de introspección, ante el sentido de vida, somos cambio y acción. Somos la realidad dándose cuenta de sí misma.

El camino de la contemplación involucra conocer que el cambio es vívido, con poner un poco de atención uno puede darse cuenta de esto que está en todas las cosas. Cada quien se da cuenta de esta realidad a su forma. Cada quien es creador de su propio mundo. A través de los pequeños instantes creamos grandes cosas. Cada quien cultiva un mundo de pensamientos. Causar buenas cosas es nutrirse de grandes cosas. Buscamos la manera en una realidad que no puede contener su propia belleza. Cabemos un grano de arena, en una gota de mar. Somos el infinito dándose cuenta de su propia existencia. Cada paso es una historia que contar.

Cuando nos llenamos de mar, de nube, de historia, caemos en la cuenta de la existencia de una realidad que supera nuestro pensamiento. Que construimos juntos. Que, propiamente, se deletrea a cada instante sin saber a dónde nos va a llevar. Somos hijos de esta historia, somos parte de los demás. Cada pensamiento es una historia que nos contamos, una forma en la que se expresa la existencia. El paso del universo es una historia que se auto contiene. Que existe dentro de sí misma. Y quiero escribir sobre el universo, aunque personas sensibles se enojen y me den por irreflexivo.

El paso del tiempo nos llena de la sabiduría del lenguaje, de este mundo compartido, que existe más allá, dando una forma en la cual las cosas se desarrollan, dando sentido y verdad a aquello que sucede. Somos lenguaje y esa historia que somos es tan importante como el mundo al cual nos referimos con él, sin el lenguaje no habría mundo, no habría realidad. En sí, sabemos el devenir de las emociones gracias al lenguaje, el sagrado modo en que nos comunicamos con nosotros mismos y con los demás.

Somos hermanos del alma, de las historia que se vive entre un respiro y otro. Caminamos por el sendero del misterio de cada instante. Cada instante nos conectamos con el gran espíritu. Nosotros somos la luz que alumbra el espacio de realidad en el cual existimos. Cuya forma es inhóspitamente luz y sombra. Un mundo de diferentes refracciones. Cual guerrero chino tomando agua de un riachuelo. Cual canguro boxeador. Cual gato en la ventana.

Somos un momento que nunca termina. Una rafaga de viento. Un hipnotista sin arte. Un gran barco de estrellas. En este momento caminamos hacia un mejor mañana, hacia un amanecer sin fronteras, hacia un grandioso instante que recordemos toda la vida. Nuestro actuar se resume en construir un día que valga la pena. Tener techo para amar, alimento para gozar, y algo que construir que nos llene de alegría. Cada día vamos por la vida trabajando por instantes llenos de valor y gozo.


19 de Enero de 2022 a las 06:54 0 Reporte Insertar Seguir historia
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Fin

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Dulce Distorsión Hay una forma de comprender el ocaso.

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