Corrup-tonto:
Es aquel que a pesar de no ser muy espabilado, es consciente de que está cometiendo un delito, y como no podía ser de otra forma, su falta de inteligencia hace que lo pillen siempre con las manos en la masa.
Corrup-total:
Es el desvergonzado completo, donde hay dinero (público sobre todo), ahí mete la mano. Lo mismo le da que sea en la construcción de una autopista (por la que no va a pasar ningún coche), o de un aeropuerto (en el que no va a aterrizar nunca un avión, ni tan siquiera una avioneta), incluso un palacio de los deportes (que no se va a utilizar nunca, porque hay goteras permanentes, eso en el mejor de los casos, ya que lo más probable es que se hunda el techo al día siguiente de la inauguración).
Corrup-tocayo:
Es el que está rodeado de otros tan sinvergüenzas como él, y por lo tanto comparte el mismo nombre de Corrupto.
¡Vamos a completar la lista electoral que aquí hay chollo para todos!
Corrup-tostada:
Es aquel que cuando lo descubren, y sale a la luz su cara pringada con la mantequilla de la inmoralidad, le da la vuelta y presenta para disimular su otra cara, la que aparentemente le hace parecer honrado. Aunque tarde o temprano cae, porque las tostadas si las dejas demasiado tiempo en el tostador se acaban quemando.
Corrup-tordo:
Es de esos que cuando son descubiertos cantan como pájaros, y son capaces de delatar a su propia madre, con tal de salvarse. Además de chorizos, también son cobardes, lo cual debería de suponer un doble delito.
Corrup-toro
Es ese que está tan ocupado robando el dinero de los contribuyentes, que no se ha dado cuenta de que le han salido unos cuernos enormes. Eso es lo que ocurre, cuando en vez de atender a su mujer (en todas sus necesidades) lo único que le preocupa es estar contando los billetes que sisa.
Corrup-torpedo
Es aquel al que la carga explosiva de su indecencia lo lleva cual proyectil directamente disparado y a toda velocidad, a su nueva vida entre rejas, que obviamente, siempre es el final merecido para los delincuentes.
Corrup-torcido
¡A Manolín, ya de pequeño se le veía que no iba por el camino recto, y ahora de mayor, que es Don Manuel y concejal, se creyó que era el Rey del Mambo, y se torció más todavía!
Corrup-tomate
Él mismo se delató, cuando lo acusaron de corrupto, y se puso tan rojo, que no había duda de su culpabilidad.
Corrup-tonel
Robó a manos llenas y su patrimonio engordó tanto, que la obesidad de la corrupción fue su perdición.
Corrup-tormento
¿Eres un cargo público y no te has comportado honestamente? ¿Te está pasando factura la conciencia? ¿Vives atormentado por tus pecados? Pues ya sabes lo que te queda, confiesa, devuelve lo robado (hasta el último céntimo), pide perdón y cumple tu pena (la de cárcel sobre todo).
Corrup-topo
Son esos que siempre van de listos, nunca dan la cara y se sumergen en el mundo subterráneo de las falsas apariencias, para chupar todo lo que pueden, y como son tan egoístas, siempre quieren más y acaban asomando la cabeza, para recibir el estacazo que los lleva directamente a chirona,
Corrup-topless
Al Excelentísimo Señor Gobernador, le gustaban demasiado los puticlubs, algo que puede ser muy peligroso para un corrupto, sobre todo cuando paga ciertos servicios (o vicios, para hablar claro), con dinero del ciudadano (¡Oye que al ciudadano, también le gustaría ir de putas (algunos) y no puede porque no tiene ni para pagarse una mamada!).
Corrup-todopoderoso
¡No me lo puedo creer, pero si era un Ministro! ¡Da igual, como si fuera el conserje del ministerio, nadie está por encima de la ley!
Me dirijo a ti que ocupas un cargo público y que has sido elegido por unos votantes que confían en tu gestión, y que esperan de ti, lo mejor. Lo mismo da que seas el mismísimo presidente del gobierno, un ministro, un secretario de estado o un simple concejal de Villaburros del Condado Da igual, si te empiezan a entrar dudas y la tentación de meter la mano en la caja de los dineros públicos ha comenzado a rondar por tu cabeza, has de hacerte una PREGUNTA:
¿De verdad estoy preparado para desempeñar el cargo que ocupo?
Es obvio que no te vas a cortar la mano, para eliminar los malos pensamientos, aunque en otros países (más bien salvajes y fanáticos), la separarían de tu cuerpo de un certero hachazo y sin más miramientos, así que lo mejor y más honesto (siempre y cuando que te quede algo de honestidad), es que dimitas antes de que el germen malvado de la corrupción te lleve a realizar actos delictivos, que una vez cometidos, ya no tienen remedio, salvo que tengas una cara tan dura, como muchos de tus colegas (da igual el partido, pues los corruptos, tienen todos la misma ideología), de los que no vamos a dar nombres, pero que todos conocemos…
Y recuerda siempre que: ¡El que avisa, no es traidor!
Gracias por leer!
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