Fatum: Un Nuevo Mundo Seguir historia

Varios siglos atrás los dioses estaban preocupados por la avaricia y el egoísmo de los humanos, quienes destruían la naturaleza para satisfacer sus placeres. Zeus usó su poder dándole vida a las Dríades, las cuales nacieron del Árbol de las Hespérides. Ellas debían proteger los bosques y árboles ligados a las Hamadríades para evitar la muerte de estas.

Sin embargo, las ninfas nacidas de aquel árbol deseaban conocer lo que existía más allá de los bosques, algunas de ellas desobedeciendo a las órdenes de Zeus se acercaron a los humanos; pero siendo descubiertas por los dioses del olimpo fueron castigadas. Aquellas que dejaron de cuidar los árboles fueron expulsadas de su hogar y obligadas a vivir junto a los mortales; pero Hera se compadeció de ellas concediéndoles dones ligados a la tierra y creando un lugar en el cual pudieran seguir con sus costumbres sin ser molestadas por los hombres.

Al pasar de los años las ninfas empezaron a interactuar con los humanos y a reproducirse, su descendencia comenzó a manifestar habilidades diferentes al manejo de la tierra. Todo parecía ir bien para las Dríades, hasta que Zeus sintió celos de los mortales quienes disfrutaban de los dones de aquellas criaturas; así que les ofreció regresar al bosque junto a las Hamadríades y el resto de sus hermanas.

Algunas decidieron quedarse en la tierra, entonces el dios del Olimpo se enojó por la respuesta de esas ninfas, quienes deseaban seguir junto a los humanos y quitó la protección al lugar especial que Hera había creado para ellas en el mundo mortal. La diosa al darse cuenta evitó que los hombres lograran percibir el lugar.

Las Dríades no querían desatar más la furia de Zeus, por esa razón se establecieron en el hogar regalado por Hera; permitiéndole a pocas ninfas quedarse junto a los humanos para proteger su linaje.