¡Bienvenidos a Sapin, el encantador pueblo canadiense donde la historia de nuestras protagonistas está a punto de estallar con un estallido de emociones y aventuras! Pero antes de sumergirnos en este emocionante relato, permítanme presentarles a las estrellas de nuestro espectáculo, ¡dos personalidades tan únicas como los colores en un lienzo!
En un rincón del escenario, con su cabello pelirrojo como un fuego ardiente, tenemos a Colette Myrtille, una fotógrafa profesional de 24 años. ¡No es solo su destreza con la cámara lo que la hace resaltar, sino su actitud desbordante y su estilo deslumbrante! Colette es como un torbellino de feminidad y carisma, ¡y su presencia puede iluminar incluso el día más nublado! No olvidemos su pequeña pizca de arrogancia, que solo añade un toque picante a su personalidad.
Y ahora, en la otra esquina del escenario, hagan espacio para la carismática Frank Cerise, también conocida cariñosamente como Frankie. Pero no busquen cabello pelirrojo aquí; Frankie desafía las normas con su cabello teñido de un vibrante cían. Con 23 años y estudiando diseño gráfico, Frankie es la reina de los videojuegos, ¡y puede conquistar cualquier mundo virtual que se le presente! A pesar de las dificultades que ha enfrentado debido a su identidad de género, Frankie sigue siendo una fuerza imparable.
Y claro, no puedo dejar de mencionar que soy Akao, su narrador y confidente en esta emocionante aventura. Estoy aquí para guiarlos a través de las emociones, los desafíos y los momentos memorables que Colette y Frankie vivirán en Sapin.
Así que siéntense, relájense y prepárense para ser testigos de una historia llena de pasión, autenticidad y valentía. ¡La montaña rusa de emociones está a punto de comenzar en este hermoso rincón de Canadá! 📸💙🔥🎮
Los pasos resonaron en el pasillo mientras Colette regresaba a su acogedor departamento, su energía agotada después de un día frenético. Con un suspiro, abrió la puerta y arrastró los pies hasta el sofá, dejándose caer con un suspiro de alivio.
"Me siento cansada, no puedo dar un paso más", murmuró Colette mientras se dejaba caer en el sofá, suspirando aliviada por finalmente liberarse de los atormentadores tacones que la habían acompañado durante todo el día.
En un tono de lamento, ella añadió: "¡Quiero morir, no aguanto el dolor de mis piernas! ¡Estúpidos tacones!" La frustración llenaba sus palabras mientras se desahogaba con el sofá, lamentando la agonía de sus pies adoloridos.
Sus ojos recorrieron la habitación, observando su entorno y murmuró para sí misma: "Es injusto que una jovencita tan linda como yo sufra de esta manera". Colette se permitió un momento para descansar sus piernas, estirándolas y masajeándolas suavemente en busca de alivio.
Con un suspiro profundo, la fatiga en sus huesos se hizo evidente cuando declaró: "Quiero darme un relajante baño caliente", su voz revelando su disgusto por el día agotador que había tenido. Fue en ese momento que decidió liberarse de sus tacones, arrojándolos con desprecio mientras caían al suelo.
No pasó mucho tiempo antes de que su voz resonara nuevamente en la habitación: "¡Frankie, mi vida hermosa, ven aquí!" Sus llamados eran una mezcla de necesidad y ansiedad, buscando la cercanía reconfortante de su amada novia.
Al no obtener respuesta inmediata, Colette elevó su voz en un llamado más enérgico: "¡¡FRANK CERISE!! ¡Ven aquí en este instante, necesito un abrazo!" Su tono era ahora un ruego desesperado, una expresión de su anhelo por la conexión y el consuelo.
Una pizca de humor se filtró en su voz cuando consideró: "¿Quizá mi chica está viendo esas series de monitos chinos?" La intriga se reflejaba en su tono, sugiriendo que tal vez la inmersión de Frankie en el mundo de los videojuegos y las series podría haberla mantenido absorta en su propio universo virtual.
Con la energía y el carisma de una estrella en pleno escenario, Colette dejó escapar un suspiro de cansancio que llenó todo su departamento.
"¡Uff! ¡Hoy ha sido tan agotador que mis piernas parecen estar tramando una rebelión!", exclamó con una pizca de teatralidad mientras se dejaba caer en el sofá, como si estuviera interpretando el papel de una diva exhausta después de una gran actuación.
Sus tacones se desprendieron de sus pies y cayeron al suelo con un susurro de alivio. Colette mantuvo su actuación, ampliando sus palabras con un dramatismo exagerado: "Mis pobres pies están considerando seriamente declararse en huelga. ¡Es como si estuvieran planificando una revolución secreta en miniatura!"
Estirando sus piernas frente a ella, Colette observó sus pies con una expresión cómicamente trágica. "Estas piernas mías merecen ser honradas con un monumento después de soportar este suplicio. ¡Un baño caliente es mi única esperanza de sobrevivir a esta catástrofe!", proclamó con un toque de exageración y un destello juguetón en los ojos.
Con un gesto triunfal y aliviado, se deshizo de los tacones, dejándolos caer con un gesto teatral que expresaba su victoria sobre aquellos opresores. "¡A la hoguera con los tacones! ¡Han sido derrotados en esta batalla por la comodidad!"
Aprovechando la oportunidad para lucir sus uñas recién pintadas de rosa brillante, Colette levantó un pie y admiró el resultado. "Y sin embargo, mis uñas siguen intactas y radiantes, como un rayo de esperanza en medio del caos", murmuró con una sonrisa coqueta, orgullosa de su pequeño toque de glamour.
Con un suspiro dramático digno de una obra de teatro, Colette llamó a su amada en busca de consuelo. "¡Frankie, cariño mío! ¡Necesito un abrazo tuyo más que nunca para sobrevivir a esta tragedia moderna de tacones!"
Ante la falta de respuesta, Colette decidió agregar una dosis de humor a su llamado. "¡Frank Cerise, si no apareces en este mismo segundo, dejaré que el mundo conozca tu amor secreto por las series de monitos chinos!", proclamó con una risa traviesa, segura de que eso atraería la atención de Frankie.
Colette se puso en pie con determinación y se calzó unas cómodas sandalias con un gesto teatral. "Es hora de enfrentar a la intrépida defensora de los videojuegos, sin importar cuán absorta esté en su reino digital", declaró con una sonrisa desafiante y una chispa juguetona en sus ojos.
Subió las escaleras con paso firme y llegó a la puerta de la habitación de Frankie, empujándola con suavidad y una risa traviesa. "¿Puedo irrumpir en el santuario de Frankie o hay algún dragón virtual que me impida el paso?", preguntó con picardía, consciente de que el tesoro que la esperaba del otro lado era mucho más preciado que cualquier tesoro en línea.
Con toda la gracia del mundo, Colette cruzó el umbral de la habitación y se encontró con la vista concentrada de su novia inmersa en una épica partida de Oath Legends.
Con un toque de sarcasmo, colocó su mano en la cintura y se inclinó ligeramente, su voz exudando carisma: "Oh, querida Frannie, estoy tan exhausta que no puedo evitar anhelar un masaje de tus mágicas manos."
Sin previo aviso, una punzada de dolor se apoderó de la cabeza de Colette debido a la intensidad de las luces LED en la habitación oscura.
Observando cómo su novia seguía absorta en el juego, la frustración comenzó a burbujear dentro de Colette. "¿De verdad? ¿Ni siquiera puedes notar mi presencia?", se quejó en voz baja.
De repente, impulsada por una mezcla de cansancio y exasperación, agarró una figura de Siscalypse que yacía cerca y, con un gesto de resentimiento, la lanzó en dirección a Frankie.
El objeto voló por el aire, justo rozando la cabeza de Frankie antes de chocar contra la pared. Con una expresión de incredulidad, Colette giró sobre sus talones y salió de la habitación, su descontento palpable en cada paso.
Sin embargo, la tranquilidad en la habitación se vio interrumpida por un grito repentino de Frankie, quien sujetaba su cabeza con las manos. "¡Ay, por el amor de los monitos chinos, eso dolió como el infierno!", exclamó en un tono entre adolorido y sorprendido.
Colette, al escuchar el grito de su amada desde el otro lado de la puerta, se detuvo en seco y volteó hacia la habitación, con una mezcla de preocupación y culpabilidad. "¿Qué te pasa, cielo? ¿Estás bien?", preguntó apresuradamente, su tono ahora lleno de sincera inquietud.
Con toda la picardía y dinamismo que las chicas irradiaban, la partida de Frankie continuó mientras ella aparentaba no prestar atención al drama que se estaba desarrollando en la sala.
Colette, por su parte, intentaba recuperar la calma mientras fingía un semblante dramáticamente sereno. "Oh, dulce Frankie, anhelo tus hábiles manos para darme un masaje que me haga olvidar este tormentoso día", anunció con una sonrisa traviesa.
No obstante, las luces LED y la oscuridad de la habitación comenzaron a jugarle una mala pasada a Colette, quien se llevó la mano a la cabeza, afectada por un repentino dolor de cabeza.
Pero la paciencia de Colette se agotó al ver que Frankie seguía inmersa en su juego, y en un ataque de frustración, agarró una figura de Siscalypse y la lanzó con resentimiento hacia la cama de Frankie.
Con paso rápido y decidido, Colette abandonó la habitación, dejando tras de sí a una Frankie que finalmente se dio cuenta de la situación. "¡Ouch! Ese golpe dolió de verdad", se quejó con un tono adolorido, llevándose una mano a la cabeza.
Frankie no podía dejar que la situación se prolongara, así que bajó las escaleras con la intención de encontrar a Colette. Y allí estaba, relajándose en el sofá mientras miraba la televisión.
Como un gato sigiloso, Frankie se acercó a Colette por detrás del sillón. Sin previo aviso, le tapó los ojos con sus manos y dejó un suave beso en su nuca.
*Muak*
Un susurro salió de sus labios mientras sus manos recorrían suavemente el contorno de la cabeza de Colette.
Con voz melosa, Frankie susurró al oído de su novia: "¡Cariño, te amo!", antes de morder juguetonamente su oreja.
La reacción no se hizo esperar: Colette sintió cómo su piel se erizaba y su respiración se volvía un poco más rápida.
"Ajam, ¿qué quieres?", preguntó Colette con una mezcla de indiferencia y curiosidad, aunque no pudo ocultar del todo el efecto que Frankie estaba teniendo en ella.
Sin embargo, Frankie no se detuvo. Siguió jugando con la oreja de Colette, chupeteándola de manera juguetona.
"¡Nenis, deja de ser tan acaramelada!", exclamó Colette, fingiendo molestia mientras su rostro mostraba una lucha interna entre la resistencia y el placer.
Frankie suspiró profundamente, sabiendo cómo manejar la situación. "Mi princesa, vengo a pedirte perdón por no prestarte atención", admitió con ternura. "Además, quiero compartir contigo tiempo de calidad jugando la versión de prueba de Akuma Phantasya".
Un carraspeo oportuno rompió la tensión, y Colette respondió con una sonrisa ligeramente expresiva: "De acuerdo, baby, solo dame unos minutos mientras me ducho".
La emoción de Frankie fue palpable cuando gritó: "¡Síííí! ¡Vas a amar este juego, ya lo verás!"
Un rato más tarde, Colette se relajó, dejándose caer en el sofá con un suspiro de alivio. Frankie, con un vaso de soda en la mano, le sonrió y dijo, "¡Nenis, tenemos que prepararnos para jugar a la demo de Akuma Phantasya!"
La emoción brilló en los ojos de Frankie mientras continuaba, "Aquí puedes interactuar con otros jugadores en tiempo real gracias al sistema Absolute Dive."
Colette asintió, intrigada por la idea. "¿Es un juego nuevo?", preguntó mientras Frankie continuaba explicando.
"En realidad, este juego aún no se ha lanzado a la venta, es una versión de prueba", comentó Frankie con entusiasmo. "Pero lo interesante es que puedes jugarlo gracias a un dispositivo de realidad virtual llamado Atmosptia."
"¿Atmosptia? ¿Qué es eso?", preguntó Colette con una ceja alzada, mostrando su confusión.
Frankie sonrió y comenzó a explicar, "Atmosptia es una máquina de inmersión absoluta de segunda generación creada por Data. Es una interfaz que cubre toda la cabeza y la cara del jugador, controlando completamente la conciencia del jugador al redirigir las señales del cerebro y estimular los cinco sentidos."
Colette asintió lentamente, procesando la información. "Entonces, ¿este Akuma Phantasya se juega en Atmosptia?"
Exacto, eso es lo asombroso. Es el primer VRMMORPG producido por Data para Atmosptia", dijo Frankie con entusiasmo. "El juego en línea se desarrolla en una enorme isla llamada Catharsya."
Frankie dio un trago a su bebida y Colette aprovechó la oportunidad para aclararse la garganta. "Mi vida, ¿qué es Catharsya?", preguntó, buscando una mayor comprensión.
"Catharsya es la ubicación dentro del juego", explicó Frankie. "Y lo interesante es que Emilia Schroeder es la directora de desarrollo de Akuma Phantasya."
"Emilia Schroeder, ¿la famosa desarrolladora?", preguntó Colette con sorpresa.
"Exacto", asintió Frankie. "Ahora, regresando a Atmosptia, es la primera tecnología de RV que se ha producido en masa, y Akuma Phantasya supuso una gran emoción para todos los jugadores."
Colette sonrió, capturada por la emoción de Frankie. "¡Definitivamente suena intrigante! ¡No puedo esperar para probarlo!"
"¡Oh, dulzura mía! Ya quiero empezar a jugar contigo", expresó Colette con ternura, sus ojos brillando con anticipación.
"Mi fresita, ¿recuerdas cuando jugamos 'Tale of the Time'? Bueno, la temática de este es muy similar", añadió con un guiño pícaro. "Te lo digo para que te vayas haciendo la idea y te prepares para lo que viene. ¡Va a ser un desafío, lo sé!"
Frankie se unió a la conversación con un toque de sarcasmo en su tono. "Sabes, mi amor, me alegra mucho saber que estarás a mi lado en esta nueva aventura. Aunque... seguramente me ganarás, como siempre", bromeó, su mirada llena de complicidad.
Colette sonrió ampliamente y se recostó cómodamente sobre el sofá, su entusiasmo apenas contenido. "¡Vamos a demostrarles a todos quiénes son las reinas de la realidad virtual!", exclamó mientras se colocaba el dispositivo Atmosptia con determinación.
Frankie, con una sonrisa traviesa, se acomodó en un sillón cercano y también se colocó el Atmosptia. Sus ojos se iluminaron con anticipación mientras sostenía el dispositivo.
Acto seguido, ambas chicas compartieron una mirada llena de emoción antes de encender sus consolas al mismo tiempo. Sus corazones latían al unísono mientras el mensaje "cargando datos" aparecía en sus visores. Se acomodaron aún más en sus asientos, preparándose para la inmersión.
De repente, un sentimiento compartido de anticipación las embargó, y al unísono, ambas gritaron con emoción desbordante: "¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡Link Start!!!!!!!!!!!!!!!"
El visor se iluminó con un destello deslumbrante que las dejó momentáneamente ciegas. El mundo virtual estaba a punto de abrir sus puertas y llevarlas a una aventura inolvidable.
Los ojos de Colette se abrieron de par en par mientras se encontraba flotando en medio de las nubes, como si hubiera sido arrastrada a un lugar de ensueño. En medio de la etérea atmósfera, una voz misteriosa comenzó a hablar con una insistencia que rozaba lo extravagante: "¡Por favor, crea tu avatar!"
La intriga y el temor se mezclaron en su mente. ¿Había atravesado algún umbral en su vida? ¿Había encontrado una puerta secreta hacia un nuevo reino? Pero, ¿por qué no podía ver su cuerpo real? La incertidumbre la embargó, como una tormenta en el horizonte de la realidad. "¡Estoy asustada!", susurró, como si decirlo en voz alta pudiera darle sentido a lo que estaba ocurriendo. "Ojalá mi novia estuviera aquí conmigo", añadió en un tono melancólico, anhelando la fortaleza que su ser amado podría brindarle en momentos de desconcierto.
La voz misteriosa no cedía, insistiendo en su petición: "¿Por favor, dime cómo te llamas?"
Las palabras resonaban en sus oídos como una melodía enigmática, llamándola a explorar más allá de lo que conocía. La voz, casi como un guía en un mundo de enigmas, continuó explicando la situación: "Necesito que definas tu avatar. ¿Qué género es, qué raza, qué color de cabello tiene, qué habilidades posee? ¡Y no olvides los accesorios de moda!"
Ante sus ojos se desplegó un menú de personalización que parecía tan vasto como las estrellas en el cielo. Colette inhaló profundamente, como si estuviera a punto de zambullirse en un mar de posibilidades infinitas. "¡Uf, qué alivio! Por un momento pensé que había atravesado el umbral a... ¿la otra vida?" Se corrigió en medio de su monólogo interno, dándose cuenta de que estaba atrapada en una realidad virtual que prometía aventuras a lo largo y ancho.
Con la mente clara y el corazón latiendo con emoción, tomó la decisión de crear a su personaje. "Bien, hora de dar vida a... Ayaka, sí, ese será mi nombre. Y claro, seré humana, con cabello rubio que brille como un rayo de sol en un día perfecto. ¿Una esgrimista? ¡Por supuesto! Y estos pendientes de aros, porque si voy a luchar en este mundo, lo haré con estilo."
La voz retomó la conversación, como si estuviera impaciente por ver el resultado de su elección: "¿Estás segura de continuar con los datos que has ingresado?"
El desafío en la pregunta solo avivó la resolución de Colette. Con un gesto valiente, exclamó: "¡Absolutamente! Estoy lista y segura de lo que he decidido."
Un rizo de risa se filtró en la voz misteriosa, una risa que resonó en los confines de su mente. "¡Bienvenida al mundo Catharsya, Ayaka!", exclamó con entusiasmo, como si estuviera inaugurando un portal hacia un reino de maravillas.
El suelo desapareció bajo sus pies y sintió que comenzaba a caer desde una gran altura. "¡Cielos, esto es como un salto sin paracaídas!", gritó, una mezcla de emociones y adrenalina retumbando en su voz. "¡Soy joven y bonita para morir en un mundo virtual!", gritó en medio de la caída libre, una pizca de exageración que reflejaba su sorpresa por la vertiginosa situación.
El impacto finalmente llegó, y Colette se encontró en medio del mar, el agua salada salpicando a su alrededor como un saludo refrescante. La brisa marina le revolvió el cabello mientras sus ojos se encontraban con un mensaje de bienvenida en su visor: "Isla Urani".
Con los ojos llenos de asombro y alegría, Colette contempló las gaviotas que volaban por encima de ella, como si fueran guardianas de su nueva realidad. Un suspiro escapó de sus labios mientras la brisa marina le acariciaba el rostro y la sal pegajosa dejaba una sensación agridulce en su piel. "¡Esto se siente tan real!", exclamó con maravilla, como si hubiera sido tocada por la magia misma.
Sus pies se hundieron en la arena suave y dorada mientras daba sus primeros pasos en la orilla. Unos dedos inquisitivos tocaron la superficie del agua, como si estuviera comprobando que todo esto no fuera más que un sueño. "La suave brisa, los sonidos de las olas... ¡es increíble cómo todos estos detalles pueden sentirse tan vívidos!"
Un mensaje de bienvenida en su visor parpadeó nuevamente, esta vez revelando un nombre: "Isla Urani". Colette se quedó mirando las palabras, dejando que la magnitud de su nueva realidad se hundiera completamente en su ser. "¡Isla Urani! ¡Qué nombre tan evocador! ¡Estoy aquí, en este lugar mágico, rodeada por la maravilla y la aventura!"
Entonces, con una risa juguetona, Colette exclamó al viento: "¡Se siente como si estuviera en medio de una película épica de aventuras! ¡Solo espero que no haya dragones a la vuelta de la esquina!"
Un grupo de gaviotas voló cerca, como si quisieran ser parte de la conversación. Colette les dirigió una sonrisa cómplice y continuó su caminata por la orilla. "¡La suave brisa marina y el sol sobre mi piel son como abrazos de bienvenida! ¡Es como si el propio Catharsya me estuviera saludando con los brazos abiertos!"
Un par de corales en la arena atrajeron su atención. Se agachó para inspeccionarlos, sintiendo la textura rugosa bajo sus dedos. "Y estos pequeños detalles... ¡simplemente perfectos! No puedo creer que esté viviendo esta experiencia única."
Colette levantó la mirada hacia el horizonte, donde el mar se extendía infinitamente en tonos de azul profundo y turquesa. Una sonrisa radiante se formó en sus labios mientras se sumía en el momento. "¡Esto es tan emocionante! ¡Ayaka en Isla Urani, lista para descubrir aventuras, luchar contra dragones... o lo que sea que este mundo tenga preparado para mí!"
La voz de la misteriosa narradora regresó a su mente, como si estuviera siguiendo sus pensamientos. "¿Qué nos deparará este reino de maravillas, esta Isla Urani?", pensó Colette con un brillo travieso en los ojos. "¡No importa! ¡Estoy lista para enfrentar cualquier desafío y vivir cada momento con intensidad y pasión!"
Con paso firme y corazón lleno de entusiasmo, Ayaka, la esgrimista rubia de espíritu intrépido, continuó explorando la playa de Isla Urani. ¿Qué secretos y aventuras le esperaban en este mundo virtual lleno de maravillas? Solo el tiempo lo diría, pero una cosa era segura: su emocionante travesía apenas comenzaba, y estaba lista para abrazar cada momento con una mezcla de determinación y alegría.
En ese momento, el sonido rítmico de unos tacones altos se acercaba rápidamente a Colette. Con la destreza de un felino, Frankie se deslizó sigilosamente detrás de ella y rozó su nuca. El grito sorprendido de Colette resonó en el aire, como una melodía que nadie esperaba.
Colette se giró con rapidez, sus ojos amplios como platos mientras veía a su novia, una expresión de asombro y alivio pintada en su rostro. Frankie estalló en carcajadas, como si la risa fuera la respuesta a todas las incógnitas del universo.
"¡Jolines, qué mal caes, cariño!", exclamó Frankie con una mezcla de complicidad y travesura, sus risas como un torrente de emociones incontrolables. "Casi provocas que mi corazón se derritiera en un charco de sorpresa. ¡Y eso que pensaba que ya había agotado mis emociones fuertes por el día!"
Colette no pudo evitar reírse también, un rubor de vergüenza mezclándose con el alivio que recorría su cuerpo. "¡Vaya susto, mi amor! ¡No sabes cuánto te agradezco que estés aquí para mantenerme alerta!", dijo mientras se aferraba a una de sus coletas, como si fuera un salvavidas en medio de un mar revuelto de emociones.
El cabello rubio de Colette, que estaba sujetado en dos coletas, ondeaba con gracia mientras ella reía. En ese momento, la imagen de su novia, Frankie, pelirroja y con un atuendo que resaltaba su figura, se le presentó con una visión nueva y ardiente. "¡Wow, Frankie! ¡Qué ardiente te ves con ese cabello corto pelirrojo!", exclamó Colette, como si sus palabras fueran elogios lanzados al viento.
Dos corazones se formaron en los ojos de Colette, y su tono adquirió una melodía romántica mientras continuaba, "Cariño mío, adoro tu cabello rubio y tu piel delicada. Eres hermosa, mi princesa". Con suavidad, Colette depositó un beso en la mejilla de Frankie, un gesto que sellaba su amor y su conexión en ese mundo virtual.
Frankie se sonrojó ligeramente, una sonrisa juguetona bailando en sus labios. "¡Oh, cariño! No podemos dejarnos llevar por la pasión desenfrenada aquí, ¡tienes toda la razón! No quiero que nos expulsen del servidor por conductas inapropiadas. ¡Aunque me tientes con esa fragancia a frutas que me tiene hipnotizada!", mencionó, sus ojos bailando con complicidad mientras olía el cabello de Colette.
Las mejillas de Colette se tiñeron de un color rosado, sus palabras un reflejo de su timidez. "Basta ya, ¡me estás avergonzando!", exclamó en tono juguetón, aunque en el fondo disfrutaba de la atención de su novia. "Y por cierto, ¿cómo se llama tu avatar?", preguntó con curiosidad mientras movía su trasero de manera coqueta, un toque exagerado para acentuar su juego.
Frankie se inclinó hacia adelante, guiñándole el ojo derecho con un destello travieso. "Me llamo 'Arika'", respondió con determinación, como si su nombre de avatar fuera una declaración de intenciones.
Colette se quedó un poco confundida ante el nombre, pero decidió jugar al juego y le respondió con un apodo cariñoso. "¡Mi caramelito! ¡Explícame cómo puedo ser la mejor en este juego, como aquella vez en Beyond Labyrinth! ¡No quiero ser un estorbo, sino aprender y patear traseros virtuales! ¿Me ayudarás, mi vida?", preguntó, sus movimientos exagerados agregando un toque de diversión a sus palabras.
Arika soltó una risa contagiosa, como si estuviera desvelando un secreto que había guardado con esmero. "¡Idiota! Sabía que estabas tramando algo", exclamó con diversión, admirando la determinación de Colette.
Con una sonrisa traviesa, Arika tomó una postura desafiante y echó a correr hacia el bosque cercano. Por otro lado, Colette inspiró profundamente, sus palabras llenas de aliento y apoyo. "¡Adelante, mi bella señorita! ¡Sé que puedes superar cualquier desafío que te presente este mundo! ¡Que la Deidad Satalya esté contigo!", exclamó con energía mientras se dirigía al gremio de aventureros.
Ayaka, con su nuevo nombre resonando en su mente como una melodía emocionante, se dirigió decidida hacia una vivienda cercana. Con gracia y agilidad, entró y se aseguró de que no hubiera nadie presente. "Voy a ponerme ropa limpia", murmuró, y como un rayo subió las escaleras hacia la habitación. La emoción palpitaba en su pecho mientras se enfundaba en un vestido rosa de tirantes, complementado con unas botas de cuero café que completaban su atuendo impecable.
Al observarse en el espejo, Ayaka no pudo evitar soltar una risa de emoción. "¡Vaya que sí soy linda!", se elogió a sí misma mientras posaba y admiraba su nueva apariencia. Satisfecha con su imagen, salió de la casa y se dirigió hacia el gremio, la emoción y la aventura palpando en cada paso.
Pueblo Flatakaze, siendo una aldea pequeña y pintoresca, no le dificultó encontrar el gremio. Con determinación, abrió la puerta de madera y se adentró en el lugar que emana un aura de oportunidad. Dirigió sus pasos hacia la recepcionista, cuyo cabello plateado y ojos rojizos la hacían destacar entre la multitud.
"Buenos días", saludó Ayaka con amabilidad. "Soy nueva y me gustaría inscribirme como aventurera. ¿Podría ayudarme?"
La recepcionista sonrió, y en su voz resonaba un cálido entusiasmo. "¡Bienvenida a Pueblo Flatakaze, querida! Este lugar es pacífico y acogedor, perfecto para los aventureros que buscan emociones y desafíos. Por supuesto, estaré encantada de ayudarte. Dime, ¿cuál es tu nombre?"
Con una pizca de impaciencia, Ayaka murmuró: "Verás, solo quiero registrarme como aventurera. Me llamo Ayaka. Necesito ayuda para iniciar una misión de clase Z. ¿Me ayudas?"
Un destello travieso brilló en los ojos de la recepcionista mientras reía con alegría. "¡Por supuesto, con gusto te ayudaré! Solo espera un momento, por favor."
La dependienta sacó una tabla con una piedra en el centro, y su sonrisa expresiva llenó la habitación. "¡Lista, querida!", anunció con emoción. "Lo único que necesitas hacer es colocar tu mano sobre la piedra en el centro. Verás tus estadísticas y la clase a la que perteneces."
Ayaka respiró profundamente, sintiendo cómo la emoción la inundaba por completo. Siguiendo las indicaciones, posó su mano sobre la piedra, y esta comenzó a emitir un brillo turquesa que la rodeó en un aura mágica.
*Resplandor*
Frente a ella, un recuadro azul apareció, mostrando su ficha de aventurero:
Ficha de Aventurero
Nombre: Ayaka
Raza: Humana
Tipo de Magia: Agua
Clase: Lv-1
Logros: ???????
Experiencia: ????????
Ocupación: ????????
Una luz brillante envolvió a Ayaka mientras sentía cómo su esencia se conectaba con su nueva identidad en el juego.
La recepcionista finalizó el proceso con una sonrisa. "¡Listo, mi querida amiga! Ahora eres una aventurera oficial. Solo necesitas subir de nivel y considerar unirte a un clan. Te aconsejo que vayas a la Pradera Modwis para eliminar algunos slimes y ganar experiencia."
La emoción era tan grande que Ayaka no pudo contenerse y soltó un grito de triunfo que resonó en todo el gremio. Su corazón latía con fuerza, y sabía que estaba a punto de embarcarse en una aventura épica que jamás olvidaría.
Con toda mi determinación y energía, me lancé de lleno a la pradera modwis, ansiosa por subir de nivel y demostrar que podía sobrepasar cualquier desafío. Al correr a toda velocidad, dejé escapar un grito de emoción hacia la dependienta que me había ayudado: "¡Muchas gracias por tu ayuda, corazón! ¡Me voy a asegurar de subir al máximo todos mis puntos! ¡Te lo agradezco muchísimo, cuídate, cariño!"
Sin perder ni un segundo más, me adentré en la pradera que se extendía ante mí. Era un paraíso de color verde esmeralda, lleno de slimes que saltaban y rebotaban alegremente por doquier. Mi corazón latía con entusiasmo, emocionada por la aventura que me aguardaba.
"¡Dios mío, estoy tan emocionada!", murmuré para mí misma mientras avanzaba cautelosamente entre la hierba. Las gotas de rocío acariciaban mis botas de cuero café, y me sentía como una heroína a punto de embarcarse en una épica travesía. Era asombroso pensar que apenas hace poco tiempo, los videojuegos no eran mi fuerte, y ahora estaba completamente inmersa en este mundo de maravillas virtuales.
Los slimes no tardaron en hacer su aparición, saltando desde los arbustos y desafiándome con sus miradas gelatinosas. Uno de ellos se abalanzó hacia mí, y mi instinto de pelea se activó al instante. Sin embargo, en lugar de un grito heroico, dejé escapar un chillido atemorizado: "¡Un jabalí!" Mis dedos se crisparon y, llenos de valor (y un toque de exageración), lancé una patada que podría haber rivalizado con una escena de película de acción. El resultado fue épico: el pequeño slime fue derrotado en un abrir y cerrar de ojos, dejándome con un sentimiento de triunfo desmesurado.
Como si el juego se complaciera en recompensar mi audaz patada, el slime me obsequió un cristal celeste y cinco preciosos puntos de experiencia. Esa victoria modesta fue suficiente para que soltara una carcajada frenética, como si hubiera ganado una batalla épica en el corazón mismo de la pradera.
Mis pensamientos se llenaron de ambiciones aún mayores. "Qué fácil será subir de nivel", pensé, sintiendo que el éxito estaba a mi alcance. "Muy pronto estaré con mi novia para hacer cositas sucias", agregué con una risa pícara, exagerando la emoción de reunirme con ella en un nivel más alto.
No obstante, mi deseo de superar mis propios límites seguía siendo mi prioridad. Me planté firme, mirando a los slimes que saltaban a mi alrededor. "Pero antes debo intentar subir más allá del nivel 10. ¡No me rendiré!" Las palabras resonaron con un fervor que reflejaba mi determinación inquebrantable, mientras me lanzaba de nuevo al combate, sabiendo que cada victoria me acercaba más a mi objetivo.
Además, cada vez que derrotaba a un slime, no podía evitar soltar una risa juguetona mientras recolectaba los Uins, la moneda del mundo virtual, que brillaban como estrellas a mi alrededor. Parecía que hasta las criaturas virtuales querían recompensarme por mi valor. Quién sabía, tal vez la misma Satalya, la deidad del mundo, estaba jugando a favor mío y dejaba caer esos brillantes Uins para animarme a seguir adelante.
De vuelta en la pintoresca aldea, Ayaka se encaminó hacia el muelle para deleitarse con el espectáculo del ocaso. En medio de la serenidad del lugar, se permitió un momento de relajación al sentarse en una humilde caja de madera. El horizonte se teñía de colores mágicos y vibrantes, mientras las gaviotas jugueteaban en el cielo y la brisa marina acariciaba suavemente su rostro.
Inhaló profundamente, dejando que la calma del entorno llenara sus pulmones. "Vaya, es un día realmente hermoso para tomarse un respiro", murmuró con una sonrisa. Sin embargo, su tranquilidad se vio interrumpida por un bostezo inesperado, como si el cansancio la hubiera alcanzado de repente.
"Oh, qué sorpresa", se rió de sí misma, luchando contra el inevitable sueño que se adueñaba de sus sentidos. "Supongo que descansar un poquito no hará daño."
Sus párpados comenzaron a cerrarse, y en medio del entorno tranquilo, Ayaka se sumergió en un sueño profundo. El cansancio la atrapó, haciendo que sus pensamientos se volvieran un tanto incoherentes mientras se dejaba llevar por la ensoñación.
"Unos minutos más, mamá", murmuró en voz baja, como si hablara en sus sueños. El suave ronquido que escapaba de sus labios apenas se escuchaba, como el canto suave de una melodía dormida.
El muelle, el ocaso y la brisa continuaron su danza, creando un escenario donde los límites entre la realidad y el sueño parecían difuminarse. El cálido sol se hundió gradualmente en el horizonte, pintando el cielo con tonos cálidos y evocando una sensación de paz que se extendió a través de Ayaka, dejando un rastro de magia en el aire.
Y así, con Ayaka sumergida en un sueño reparador, la aldea seguía su curso, preparando el escenario para nuevas aventuras y emociones que estaban por llegar.
Mientras tanto, en el Universo Z, en otro rincón del vasto cosmos, la historia tomaba un giro completamente diferente. El sistema Fuyurenji estaba iluminado por la luz de las estrellas, y en el planeta Okkult, la isla Sakrilexya se erguía en medio de un océano de mercurio líquido llamado "Blasphemous". La atmósfera del planeta estaba cargada de misterio y la promesa de descubrimientos ocultos.
Sistema Fuyurenji
Universo Z
M.I.A., la IA que dirigía la nave de Jacqueline, seguía operando con precisión. Los paneles de control emitían un suave resplandor, mientras M.I.A. monitoreaba los sistemas y proporcionaba información esencial.
M.I.A.: *Voz serena*... Universo Z, sistema Fuyurenji, planeta Okkult. El paisaje aquí es tan fascinante como esquivo. La atmósfera cargada de cloruro de hidrógeno limita la exploración, pero también revela secretos que aguardan ser descubiertos.
La isla Sakrilexya y el volcán Sikhysmus eran lugares que habían visto mucho. La Federación Galáctica había establecido una zona experimental en este remoto rincón del universo. Nuevos proyectos, armas biológicas, la promesa de avances tecnológicos... Todo convergía en este lugar.
M.I.A.: *Voz reflexiva*... La historia de este planeta está entrelazada con los anhelos y las ambiciones de los seres que habitan este universo. ¿Qué secretos esconderá la isla Sakrilexya? ¿Qué maravillas aguardan en el corazón del volcán Sikhysmus? A veces, el conocimiento es un faro que ilumina las sombras del pasado y del futuro.
Mientras M.I.A. reflexionaba sobre el universo que la rodeaba, Jacqueline estaba en otro lugar, enfrentando una situación completamente distinta. La historia de Seto y su lucha por sobrevivir se desarrollaba en otro rincón del cosmos, con sus propias emociones y desafíos.
Jacqueline: *Voz decidida*... Vamos, M.I.A. Tenemos que salvarlo. No podemos rendirnos ahora.
M.I.A.: *Voz solidaria*... Estoy aquí para apoyarte, señorita Rock. Juntos superaremos esta prueba, sin importar cuán difícil sea.
El destino de Seto y la misión de Jacqueline resonaban en el espacio, conectando hilos de historia en un universo de posibilidades infinitas. Mientras tanto, en el Universo Z, la belleza y el misterio del planeta Okkult seguían ocultos, esperando a ser descubiertos por aquellos lo suficientemente valientes para adentrarse en lo desconocido.
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