Jungkook y Taehyung tenían un gran relación, a sus cortos diecinueve y veintiún años ya estando en la universidad. Pero si había algo que decir era que desde que tuvieron su primer encuentro sexual, ambos le habían tomado el gusto.
Tanto el gusto que en ese mismo momento el peligris se encerraba con el pelinegro en un cubículo del baño, luego de cerrar la puerta.
—T-tae...—gimió Jungkook entre medio de los besos.
—Shh... Recuerda que no podemos hacer tanto ruido—le susurró separándose un par de centímetros de su pareja.
El pelinegro asintió sumiso, volviendo a los tan ansiados besos y toqueteos. El mayor tenía una gran fetiche con acariciar y apretar sus muslos, incluso hasta morderlos y dejarlos llenos de marcas, obligándole a llevar pantalones durante semanas.
—E-en el cuello n-no—demandó Jungkook sintiendo como Taehyung bajaba sus besos a ese lugar.
Él obedeció, entendiendo a lo que se refería y sólo se alejó para atender esos botones rosados, expuestos con anterioridad.
Lamió y mordió mientras que sus manos apretujaban sus muslos y su trasero. Jungkook estaba haciendo un gran esfuerzo para no soltar los intensos gemidos, mordiendo sus labios o el dorso de su mano.
—B-baby... Fuck me...—dijo el pelinegro cuando Taehyung se detuvo y alzó su mirada para ver el sonrojado rostro del menor.
Los otros del contrario se oscurecieron por el placer que le ocasionó esas simples palabras. Taehyung no le contestó, solo de lanzó a besarlo en un beso más apasionado. Lengua contra lengua, morder, chupar.
Sus hábiles manos no tardaron en desabrochar el pantalón negro y bajarlo. No pensándolo ni dos veces para adentrar una de ellas en el bóxer y tomar el pene de su pareja. Acariciando lentamente para grabarte el tacto de cada mínimo detalle. Caliente, estaba tan caliente. Los movimientos tomaron ritmo en un par de segundos, de arriba a abajo, haciéndose más fácil a medida que el presemen comenzaba a salir, lubricando la piel.
—Jo-joder...—gimió Jungkook con sus ojos cerrados, sus cejas fruncidas por el placer que le estaban proporcionando—. M-más...
Taehyung sonrió de lado, le encantaba ver a Jungkook en ese estado. Pero fue malvado y detuvo el vaivén.
—¿Q-qué?—se quejó Jungkook abriendo sus ojos, algo llorosos.
—No te correrás con mi mano, Bambi—susurró, su voz más grave de lo normal.
De su propio pantalón extrajo dos sobres, un preservativo y lubricante.
—¿Quieres hacer los honores?—le tendió el sobre cuadrado.
Jungkook lo tomó, desabrochando y bajando los pantalón del peligris para luego hacer lo mismo con el bóxer. Miró a su pareja antes de tomar el miembro con una de sus manos y delinearlo. Jugando un poco con él antes de abrir el cordón y agacharse, tomando por sorpresa a Taehyung.
—¿Q-qu... Oh, Jungkook....—gimió gravemente.
El menor había presionado la punta del látex con sus labios, se ayudo con sus dedos para bajar un poco lo enrollado, para después completarlo con su propia boca, teniendo cuidado con sus dientes. Bajó y subió un par de veces para luego separarse dejando escuchar un pequeño "plop".
—Girate—ordenó el mayor cuando Jungkook se levantó. Sin perder más tiempo, bajó el bóxer del contrario y rompio el último sobre untando un poco de lubricante en sus dedos para después dirigir estos hacia el anillo de músculos del pelinegro.
Hizo círculos antes de introducir uno sorpresivamente, casi no dándole tiempo a Jungkook de retener el jadeo. Lo arqueo y penetró con este antes de ingresar otro, ahora moviéndonos como tijera.
—¡Ahí!—chilló Jungkook cuando sintió su próstata ser tocada.
—Silencio, Bambi, no queremos que nos atrapen—regaño el mayor.
Lo estiró lo suficiente, ya sabiendo cuanto necesitaba para que lo siguiente no le doliera tanto. Lo que quedó de lubricante lo embarró en su pene, ubicando la cabeza de este en donde anteriormente sus dedos estaban.
Jungkook sollozó de placer por lo bajo, sintiendo como lo expandía hasta detenerse, dándole un par de segundos para acostumbrarse. Movió sus caderas cuando se sintió cómodo, echándose un poco para atrás. El peligris entendió y comenzó el vaivén, lento y duro, pero no tardando mucho en hacerlo rápido.
Las manos del pelinegro estaban apoyadas en una de las paredes mientras era follado deliciosamente. Sus gemidos siendo retenidos y ojos estando cerrados fuertemente. El sudor en sus cuerpos hacía presencia, recorriendo sus pieles hasta tocar algo de ropa y desaparecer. El sonido de sus pieles chocando era algo que no podía ser tan disimulado, pero a ese punto ya no podían detenerse.
—M-más—se atrevió a decir Jungkook, segundos después, si es que fuera posible, sentir que se adentraba más.
Taehyung mordía sus labios ahogando sus gemidos, el interior de su pareja lo apretaba lo suficiente para correrse en cualquier momento. Sus embestidas fueron cada vez más fuertes y rápidas al sentir su climax acercarse, y sabía que Jungkook también lo haría ya que apretaba sus manos en puños.
Con una de sus manos atendió el pene de este, haciéndolo llegar al orgasmo antes que él, ensuciando su mano y algo del retrete. Segundos después se vino en el condón, Jungkook jadeó cansado.
Taehyung salió lentamente, quitó el condón y lo amarro antes de botarlo, tomando algo de papel higiénico para limpiar el resto de lubricante que quedó y también para él.
—Tene sexo en la universidad, completado—bromeó Jungkook sintiendo sus piernas temblorosas. Subió sus prendas con algo de ayuda de Taehyung.
—Aun tenemos muchos lugares que experimentar, mi precioso Bambi—correspondió Taehyung, antes de salir del cúbico para lavarse las manos y echarse agua al rostro, quitando un poco el calor.
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