El inicio de todo se remonta a miles de años atrás, en el año 680 cuando los gatos ya éramos vistos como domésticos y solo podíamos pertenecer a la realeza por ser animales “de un alto rango”. La realidad era que yo era un gato callejero al cual su madre abandono en medio de un cultivo de maíz o eso creí yo; Años más tarde me entere de que en realidad mi madre fue capturada por enemigos de la realeza, personas malas que creían que todo el poder que ellos poseían provenía de nosotros y por consecuencia estaban buscando matar a cada gato.
Un día en el que yo también era correteado por uno de esos hombres malos, me desvié en un callejón perdiéndolo de vista, estaba empapado y sucio porque cuando trataba de huir caí en un charco que ensucio mi hermoso pelaje blanco.
Ahora que releo mi narración anterior me doy cuenta de que no te he contado como luzco. Bien pues yo soy un gato gordito, blanco y de ojos azules delineados de negro como si usara maquillaje ¡Sí! Como ya lo imaginas parezco un gato salido de Pinterest.
Retomando el centro de la historia estoy sucio y con mucho frío quizás pienses “¿Quién no ayudaría a un gato?” Pues en pleno siglo VII ningún humano querría acercarse a un gato por temor de salir herido de algún modo, así que solo me quedo caminar con mis hermosas, pero sucias patas hasta encontrar un lago y poder darme un baño, agradecía que hiciera calor porque o si no habría podido morir gracias a lo que llamamos hipotermia. Llevaba caminado varias horas hasta que vi un lago gracias al cielo. Justo cuando iba a saltar un niño me vio y para completar mi acto salte a la espera de que cuando saliese no hubiera nadie. Dure alrededor de 15 minutos hasta que supe que no podía respirar y no supe de más.
Cuando desperté era de noche y estaba en una suave manta que quería seguir durmiendo hasta que recordé lo que había pasado en el lago ¿Qué hacía allí? ¿De quién era tan suave manta? Y aún más importante ¿Cómo seguía vivo? Y ahí fue cuando vi entrar a un anciano que le decía algo al niño que vi antes de saltar al agua.
“Él estará bien, es solo que no sabemos que reacción puede tener esos químicos en él”.
“¿Podría morir?” Pregunto el mocoso.
“En el peor de los casos, pero…”
“¿Pero?”
“Podría ser un arma de doble filo, él puede morir pronto o por el contrario su vida durará más de lo que debe”
El anciano salió y el niño que al parecer salvo mi vida se quedó viéndome.
“Lo siento mucho gatito, espero que puedas vivir mucho tiempo, creí que habías muerto ahogado así que te saque del agua y le pedí a un hechicero que hiciera algo para salvarte”.
Me acerque a él y sobe mi cuerpo alrededor de sus piernas, agradeciendo que salvara mi vida.
Los años pasaron y resulto que él era el príncipe, fue mi primer amo y yo su mascota. Descubrimos que producto de la poción del mago era conectar el habla mentalmente, pero él fue el único con quien logre desarrollarlo, ninguno de mis amos siguientes pudo lograrlo. Terminamos siendo mejores amigos que dejo de contar como un amo y yo como mascota; hasta que envejeció y murió. Una perdida dolorosa. Más que la de mi madre.
Desaparecí por muchos años y fui un gato callejero hasta que llego el primero.
Oh y por cierto, mi nombre es Neil. Ese pequeño príncipe decidió ese nombre para mí y yo estuve de acuerdo.
Gracias por leer!
Podemos mantener a Inkspired gratis al mostrar publicidad a nuestras visitas. Por favor, apóyanos poniendo en “lista blanca” o desactivando tu AdBlocker (bloqueador de publicidad).
Después de hacerlo, por favor recarga el sitio web para continuar utilizando Inkspired normalmente.