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josue briceno


David Escarting, un joven psicólogo de 22 años, estará envuelto en sucesos inexplicables, poco a poco la toma de decisiones le será fundamental para saber ¿QUE ESTA PASANDO?


Suspenso/Misterio No para niños menores de 13. © causto
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Capitulo: 1 Inicio algo incómodo

Como olvidar, cuando por casualidad olvide las llaves dentro del departamento de Edgark, estaba un poco nervioso por las situaciones que han ocurrido en ese momento. Por extraño que parezca, mi mano me temblaba por tan solo estar en ese lugar y mi cuerpo sudaba. Sentía escalofríos, una sensación ya extraña he inquietante que impedía pensar cualquier cosa con tranquilidad. solamente existía un pensamiento muy claro y rotundo en mi mente, era una sal de este lugar.


Haber, recapitulemos, primero empezamos por lo primero. Soy David escaring , un chico de 22 años, soy psicólogo en el pueblo de minefot, está al sur algo escondido por sping, un país pequeño y muy poco habitado. acá en este país, no es muy común encontrar jóvenes que tengan una visión de establecer un futuro a largo plazo y mucho menos en el pueblo donde estoy, donde todo parece salido de una película de comedia, todo es un chiste, la policía funciona, no existe cola para facturar eh incluso, si pides dinero ¡te lo regalan! Así es, este pueblo está repleto de señores mayores, que aburrido. bueno ¿Qué hago yo aquí?, estudio el comportamiento de los lugareños. Para ver cómo se relacionan entre ellos, que hacen para divertirse, cómo se ganan la vida etc.


El caso es, un lunes por la mañana me visitó un señor, algo peculiar, pantalones ajustados beige, camisa manga larga vino tinto, zapatos deportivos, su altura era aproximadamente 1.72, tenía una cicatriz en el ojo izquierdo y otra en el cachete derecho, no tenía cabello, era calvo. le gustaba fumar puros, tenía una mirada algo incómoda, penetrante con ojos color café oscuros, como si absorbiera el alma de la gente que ve y las almacenará ahí, para dios sabe qué.


La cosa está, en qué el fue a mi consultorio, para pedirme ayuda, con unos muebles que lo tenían loco, porque los colocara, donde los colocara, el siempre terminaba quitándolos y creía que tenía una especie de problema compulsivo por el orden:


—¿Golpean la puerta—¿puedo pasar?—era un paciente con una mirada perdida.


—Adelante—le respondí.


—Hola David, un gusto soy Frank Edgark.


—Hola, cuéntame qué te trae por aquí.


—Estaba pasando por el lugar y vi el aviso de psicología y estudios que Ofreces. y bueno me anime a verte—lo dijo con una media sonrisa forzada.


—Claro Frank siéntate y ponte cómodo,


—Gracias.


—Bueno Frank, cuéntame, ¿Cómo te has sentido?


—Bueno, últimamente he estado comiendo mucha comida condimentada, creo que me está cayendo algo mal, me dan muchas ganas de ir al baño últimamente —lo dijo presionando su estomago levemente.


—Bueno Frank, creo que a todos nos caería mal la comida condimentada si la comiéramos con mucha frecuencia.


—Si, pero creo que está en particular esta algo rara. porque mire…


—Frank, si tienes problemas digestivos, estoy muy seguro que un psicólogo no te ayudará en estos casos—lo dije con un tono firme mirándolo a los ojos.


—… Bueno tiene razón…


—Bueno Frank, ahora sí, ¿me quieres contar lo que en realidad te pasa?


—Mire, últimamente he estado como ansioso, quiero tocar todo, hacer todo y me da por arreglar mi casa. Pero ponga dónde ponga las cosas me causa como un fuerte ardor y problema en el estómago, es como si tuviera un impulso para colocar algunas cosas de un sitio a otro y volver a intentar ponerla en su lugar de nuevo —lo dijo con la misma sonrisa con la que entro y sus ojos no paraban de señalar las cuatro esquinas de el consultorio.


—¿Bueno Frank tienes pareja?—lo dije con una voz tenue para calmarlo.


—No—lo dijo estando muy quieto y con la mirada fija al vacío.


—¿Tienes animales?—quería ver si se relacionaba con algo.


—No —lo volvió a decir de la misma manera, estando muy quieto y con la mirada fija al vacío.


¿Discutiste con alguien en la última semana?


—Ummm...—ya la mirada parecía volver en si al presente.


En ese segundo de murmuro y silencio, vuelven a tocar la puerta, era mi secretaria, quería avisarme que mi compañero Luis había llegado para recogerme, íbamos a un bar que quedaba por los alrededores, se rumorea por la gente, que es muy bueno. Le dije a Frank, que dejaríamos la sesión hasta aquí y que por favor me disculpara con mucho gusto lo atendería el miércoles.


Salí de mi consultorio, me despedí de mi secretaria y me subí al vehículo de mi amigo Luis, me preguntó cómo estaba y esa clásica charla de bienvenida que todos nos damos cuando nos vemos con alguien, en esa charla salió un tema que casi nunca suele dejar pasar por alto, tenía la manía de preguntarme:


—¿Hoy si te divertiste?—lo dijo muy sarcásticamente.


—Que va Luis, esto es siempre lo mismo, párese una simulación sacada de el videojuego de los sims.


—Jaja, pero mira como hablas.

.

—¿De que hablas?.


—¡No te has dado cuenta que siempre respondes exactamente igual!.


—Estás loco…bueno, aunque si lo dices tú puede que sea cierto.


—Mira fíjate bien, somos los dos únicos jóvenes que siempre estamos juntos, ¿porque?.


—Será porque nos conocemos desde hace mucho y tenemos una bonita amistad.


—Si claro tu eres Robín y yo Batman


—Eso se puede mal interpretar Luis.


—¿Y lo que has dicho tú no?, Lo que trato de decir es que, ya todos tenemos nuestra vida predefinidas, es muy raro establecer nuevas amistades en este pueblo, es por eso amigo mío que hoy vamos a romper con ese tabú que existe acá, eh iremos por un par de chicas.


—Suena interesante, La verdad es que si, no existe mucho que hacer, a no ser, que tú te pongas tu agenda de Recreación.


no lo había visto así, creo que Luis no sería un mal psicólogo después de todo.


Luis me dejó en la puerta de mi casa, me dijo que pasaba por mi en unas 4 horas, son las 3 de la tarde, quiere decir que estará en mi casa a las 7, le dije que estaba bien, así, me da tiempo de comer y alistarme. Al darme la media vuelta y ver mi casa, era como de película, siempre me asombraba ver las dos plantas, dos ventanas al frente, una hermosa puerta de madera, perilla dorada el percho es color cremita, madera roble, un jardín muy hermoso con baldosas grises asentando el camino diagonal mente ala puerta. lo que faltaría es una esposa con un hijo menor en brazos y el grande al nivel de sus rodillas, con un carrito y pelo honguito, diciéndome bienvenido papá… pero no todo es una película., la casa están grande que se siente vacía, como si no tuviera muebles, incluso el sonido del viento se puede apreciar si le pones atención, el recorre desde la entrada, pasa por el corredor, sube las escaleras, vuelve a bajar, pasa por la cocina y sale por el jardín, Con toda libertad.

Paso el tiempo y la hora de encuentro con Luis llegó, tocó corneta avisando que ya estaba en la puerta de mi casa esperando que saliera de la puerta para partir.


—así mismo, ese es mi psicólogo— dijo Luis con muchos ánimos


Me halago por la vestimenta que llevaba, un par de zapatos color crema sin medias, un pantalón de seda color gris, una correa gris con una hebilla pronunciada color negro, una camisa manga larga color blanco con unos lentes colgados del cuello.


Mi amigo Luis siempre tenía buen gusto para vestirse, sabía que ponerse para cada ocasión, el llevaba puesto una camisa de nubes moradas y naranjas muy llamativa, un blue jeans azulejos oscuro algo ajustados y nos zapatos de vestir negros muy casuales, la verdad le quedaba bien.


Me monte al vehículo y pasamos unos 30 minutos del viaje hablando y planeando como abordamos ala gente, como teníamos que entrar al el Bar, que hacer y que no, pero todos sabemos que eso nunca pasa así y la mayoría del tiempo todo ocurre en el medio de la marcha.


Llegamos al bar y la verdad es que no estaba nada mal, era una cabaña que te daba la bienvenida con unos automóviles algo lujuriosos y modernos, provocativos ala vista, provenían desde dentro de ellos hermosas mujeres, conservadas para tener tal edad y adultos mayores algo simpáticos también, la mayoría de mujeres iba en escote y vestidos ajustados al cuerpo, mientras que los hombres parecían sacados de baywatch, en sandalias, chort y playeras, la entra al bar tenía dos antorchas, una alfombra roja muy elegante, un letrero de bienvenida con el nombre del club, sweet club Bahamas nigth., Todo quedaba perfectamente acoplado y en armonía con el cielo estrellado que tenía esa noche.


Al entrar la primera impresión fue algo pegajosa y húmeda, ya tenía una temática de una especie de spa, al instante por no decir que en milésimas de segundo todo encajaban, las chicas tenían escotes y vestidos pegado al cuerpo porque le facilitaba el cambio de vestimenta para lo casual y el estilo playero, por si gustaban entrar a una piscina que tenían en diferentes lugares del club, tanto adentro como en las afueras del club. y los hombres, bueno, ya se entendió.


Valla sorpresa ver nuestras caras de shock, cuando dos nuevos extranjeros llegaban al club. todo lo contrario, a lo planeado, pero ya estábamos ahí. Decidimos entrar y sentarnos, pedir una ronda de ron En las rocas con algo para comer y pasar el rato.


Teniendo un tiempo y con algunos tragos encima, decidimos visualizar el entorno y buscar con quién íbamos a hablar, el localizó a una chica ala izquierda y yo otra ala derecha, nos pusimos de acuerdo y sin dudarlo para no tener una cabeza llena de preguntas cada uno se fue con su respectivo objetivo.


Mi primera mirada con la chica fue una bella cadera muy bien definida y las hermosas piernas que tenía, la chica morena como la azúcar y dulce que todo le queda bien, llamo mi Atención muy disimuladamente:


—¡Hey! acá arriba… Mis ojos y mi cara están a unos pocos centímetros más arriba de donde estás mirando—lo dijo la chica muy sutilmente levantando la mano al nivel de mis hombros.


Al instante percate que mi mirada disimulada tenía unos binoculares y un letrero de direcciones que se ajustaban Alos movimientos de mis ojos.


—Disculpa es que estaba viendo si eso que está debajo es un billete, y me estaba preguntando si es tuyo—estaba muy apenado y sonrojado.


Rápidamente saque un billete de mi bolsillo derecho, en lo que ella voltio a mirar si en verdad estaba un billete en el suelo.


—No veo ningún billete.


—Claro que no está porque ya lo recogí, es este—intente quedar como si fuera el mismísimo houdini.


La chica exaltó la mirada y abrió sus cuencas muy bruscamente por unos segundos y con una mirada pícara y un tono algo burlista dijo:


—Si, es mío, justo lo que estaba buscando, Gracias.


Segundos después que ella tomo el billete se escucho un grito de una chica diciendo baboso, me volteo ala derecha y era Luis, venía frunciendo enseño con la mejilla hinchada y roja, parecía como un golpe de dibujos animados. Me tomo del hombro y dijo.


—nos vamos ya, acá están puras locas—estaba muy alterado.


mientras me jalaba voltee rápidamente a mirar a la chica que le había entregado el dinero, la vi levantando la mano para despedirse con el billete entre sus dedos, al son del movimiento de su mano vi un uno, conté un cero, dos ceros. Mientras mi amigo Luis me llevaba hacia la salida a arrastras. mi cara era de asombro, desespero eh irá, por Ver qué le había entregado un billete de 100$ a esa chica gratis.

16 de Septiembre de 2021 a las 03:42 3 Reporte Insertar Seguir historia
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Juanito L Juanito L
Super Genial, Me encanta la trama. Continua así
September 29, 2021, 14:03
Me llaman Romeo Me llaman Romeo
excelente
September 10, 2021, 01:57
Haize Mallma Cruz Haize Mallma Cruz
Buenísimo
September 09, 2021, 14:25
~

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