giovani-leandro1626706866 Giovani Leandro

¿Qué crees que pasa después de la muerte? Para el cristianismo, depende de tus actos vas al cielo o al infierno, para el hinduismo, tienen la doctrina del Samsara, pero en realidad nadie lo sabe... excepto Marco Humblegod. Un pitido retumbaba en mi cabeza, por lo que hizo que abra mis ojos y darme cuenta de que estaba cayendo a un vacío oscuro y infinito. —¡Agh!— grito muy aterrorizado— ¿¡Que rayos es esto!? No paraba de caer , ¿Esto será por siempre? Cielos. Sentía que el miedo me invadía totalmente. —¿Hum?— en solo un parpadeo cambio todo el panorama, estaba tirado en un suelo, y mi cuerpo no me dolía, al rededor se encontraban pilares enormes rodeado de muros de gran tamaño, en ello había tallados de personas que quizá sean... ¿Dioses? -Oh mi querido y valiente guerrero, mi nombre es Brunhilde y estas en el Valhalla, lugar para los mejores guerreros. Marco se quedo en silencio, sabia que desde ese momento, las cosas cambiarian.


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Bienvenido, gran luchador

I

I

Mi filosofía siempre ha sido "cada uno recibe lo que merece" y justamente ahora estoy siendo sentenciado por aquellas palabras. Que irónico, ¿no?

— Cof cof— tapaba mi boca con mi mano, mientras tocia sangre.

¿Con que así se siente, eh? Pronto estaré allí contigo— El solsticio de verano acechaba por todos lados así que necesitaba sombra. Encontré un árbol de roble muy hermoso y me recosté en su tronco, las hojas de aquel árbol daba una brisa y sombra agradable— Es hora de irme, adiós tierra, adiós lluvia, adiós bellos animales, adiós sol, adiós a todo, nunca me arrepentiré de nada de lo que me dieron todos ustedes.—Sonreí por última vez, di mi último suspiro y... morí arrecostado bajo ese hermoso y bello árbol acompañado de una arboleda de robles.

II

Un pitido retumbaba en mi cabeza, por lo que hizo que abra mis ojos y darme cuenta de que estaba cayendo a un vacío oscuro y infinito.

—¡Agh!— grito muy aterrorizado— ¿¡Que rayos es esto!?

No paraba de caer , ¿Esto será por siempre? Cielos. Sentía que el miedo me invadía totalmente.

—¿Hum?— en solo un parpadeo cambio todo el panorama, estaba tirado en un suelo, y mi cuerpo no me dolía, al rededor se encontraban pilares enormes rodeado de muros de gran tamaño, en ello había tallados de personas que quizá sean... ¿Dioses?

—Bienvenido gran einherje—Escuche una voz que provenía desde la parte trasera de donde estaba parado, así que curioso, voltee a ver quien era. Una mujer de unos 30 a 35 años, cabello largo oscuro, montada en un caballo con alas, con ella traía una gran armadura reluciente y una espada en su cintura.

—¿Q-quien eres tu?- respondí con asombro y algo de miedo

—No temas noble guerrero—El caballo aterrizo y ella bajo de él y vino acercándose a mi—Mi nombre es Brunilda, hermana mayor de las 13 valkirias. Vengo a proponerte algo...

—Un momento... aun no lo proceso de todo, ¿Qué hago aquí en primer lugar? se supone que... morí, ¿no?— dije confundido— ¿y además, que es eso de guerrero? Nunca he estado en una guerra.

—Te encuentras ahora en un estado espiritual... y si no me crees— con su mano hizo un puño y lo dirigio a mi rotro.

Recibi el golpe de lleno

— N-no me duele.

Tocaba mi rostro pero no sentia nada.

— Al ser un espiritu no sentiras dolor, hambre, sed o algun tipo de necesidad fisica.

— Con que un alma.

Ella extendio la palma de su mano y menciono algo extraño, pero un libro se empezaba a materializar.

—Te encontré- Menciono ella mientras ojeaba el libro— Marco Humblegod, naciste en Londres, tus padres fueron Julio Loanster y Beatriz Earthart , pero fuiste criado por Robert Vann— Empezó a contar toda mi historia— Falleciste desgraciadamente por una tuberculosis terminal. Y para finalizar... —me mostro una imagen donde yacía recostado en aquel árbol de roble.

— No recuerdo haber tenido una madre... Pero eso es lo de menos ¿Como supite todo eso?

— Es un poco complicado, pero te lo explicare de manera breve: [Registro Akashicos] me muestran los archivos de las almas fallecidas y vivas, y toda su historia. Ademas de que es una habilidad que solo podemos unar las valirkirias— Me explico con pocos detalles y precisos.

El libro, asi como se materializo, se hizo nada en su mano

—Ya veo, ya veo... y yendo al grano¿Qué es lo que quieres proponerme?

—Admiro tu fuerza, tu agilidad y inteligencia al momento de asesinar bestias que son varias veces mas letales. Lamentablemente, la limitación por tu enfermedad ha hecho que nunca desates tu verdadero potencial. Te propongo renacer como parte de un nuevo mundo, muy fascinante, pero atemorizado por las fuerzas malignas del rey demonio.

—¿Rey demonio? Y ¿cual es ese nuevo mundo de que me hablas? Y si soy solo un alma, ¿Cómo puedo luchar?— dije confundido pero también con curiosidad por aquel mundo que mencionaba.

—Si quieres saberlo, tienes que ir. Y Algo mas, claro, te daré un cuerpo extremadamente resistente para ese mundo, fuera de enfermedades. El resto, tendrás que buscártela por ti mismo... Si no aceptas, lamentablemente tendrás que seguir cayendo por la eternidad hasta que caigas en Helheim.

— No tengo otra opción, ¿Eh?. Bien... acepto

Dije de forma seria y concisa.

— Antes de ir, necesitas pasar una prueba

—¿Una prueba?— inclinaba mi cabeza en señal de confusión

—Así es, debes derrotar al...—Alzo su brazo, como invocando a alguien— León de Nemea

Aquel Enorme monstruo cayo del cielo, mostrando un pelaje dorado, incluso asustando a aquel caballo con alas.

— Derrótalo y tendrás un regalo para el nuevo mundo al que vas—

Ella lo dijo sin intimidarse por aquel monstruo. Apartándose un poco con su caballo.

— Pero solo siendo un alma y aun si tuviera un cuerpo, no tengo armas para poder pelear—Estoy asustado por esa bestia, pero no puedo dejar de mirarlo— ¿Me escuchas?

Ella cerro sus ojos, junto sus manos en posición de rezo y comenzó a recitar algo, pero no lo entendía. sentí que desaparecía, pero también reaparecía pero esta vez podía sentir el suelo, mis nervios recorrían todo mi cuerpo, mi sangre circular, el peso de mis huesos y músculos.

— Ya lo tienes y en cuanto a tus armas tengo un método eficiente , tenemos que unir nuestras almas- su cuerpo de ella comenzó a brillar y el mío también— acércate para poder hacerlo.

En el momento que recibía mi cuerpo, había dejado de ver a aquella bestia por solo unos segundos, pero ya no estaba delante mío, donde estar....

—!ahg¡ Maldición— el león apareció atrás mío, pero gracias a mis reflejos solo logro rasguñarme, pero me alejo de la valkiria—Esto tomara un tiempo, no tiene aberturas.—sentía el sangrado de mi brazo que no paraba

si esto sigue así, moriré sin hacer nada... pero lo único que puedo hacer es correr... maldición, allí viene. un solo ataque con sus garras desgarro el piso, si me toca a mi, estaré acabado.

— ¿N-no hay otro método por el cual derrotar a aquella bestia?— no podre aguantar mucho y parece que esa bestia tiene poder de sobra— ¡al fin!—una abertura se había abierto cuando el león empezó a atacar así que aproveche rápidamente aquella distracción para poder ir hacia Brunilda.

Corrí lo mas rápido que pude, y así pude tocarle la mano, pero fue suficiente para que nuestras almas se juntaran.

[Advertencia][Advertencia][Advertencia]

En mi cabeza no dejaba de sonar aquellas palabras que también invadía mi vista. No entendía lo que era o es un efecto de fusionar mi alma con la valkiria.

¿¡Que caraj...!? Aquella fiera corrió con una gran velocidad hacia mi, levantando una pata con la que me iba a atacar, misteriosamente logre reaccionar mas rápido que antes, pero solo levantando el brazo para defenderme. Por un momento pensé que lo iba a perder, pero estaba allí, sosteniendo la pata con la que ataco el león, pero era algo extraño, estaba rodeado de una armadura brillante como la que tenia Brunilda. Tome aquella pata del León, pero extrañamente no era tan pesado y pude alzarlo sin problemas. Lo lance unos metros por los aires, pero no era suficiente con solo lanzarlo. No me había percatado pero en mi cinturón tenia dos dagas de tamaño mediano con los que eran perfectas para mi. Después de tocarlas aparecieron otras advertencias
[Aumento de velocidad: +10]
[Aumento de fuerza: +10]
[Aumento de inteligencia: +10]

No lo entendía, pero podía sentir los cambios en mi cuerpo, mi vista, mis músculos, mi cerebro de adaptaron rápidamente a esta situación... tengo que aprovechar esto

— ¡Ven aquí!—

Exclamaba, comenzaba a provocar a aquella bestia, y funciono... me puse en posición de ataque...

[Destello veloz: Activado]

Esta advertencia era diferente a las otras, hizo que mi cuerpo se balanceara rápidamente contra la bestia. Aunque recibí un poco de daño porque no la controlaba, parece que esa León también... no, no lo esta. Pero analizando mi pelea hasta ahora, llegue a la conclusión que esa bestia tiene una piel impenetrable, sus garras son como espadas ultra filosas que desagarran fácilmente el piso o lo que toque... las únicas maneras para derrotarlo si ni mis armas funcionan son: ahogarlo cuando este cansado o hacer que con sus propias garras se corte así mismo y termine desangrado. Cualquiera de los dos serán una apuesta arriesgada, pero optare por la segunda opción.

Luego de unos minutos recibiendo y dando golpes, esa bestia ya parecía cansada, pero yo también.

— Mírate, luces muy demacrado—

Le decía a aquella bestia, aunque si me viera a un espejo tendría el mismo aspecto, pero estaba sonriendo pues nadie me había llevado hasta mis limites en mi vida anterior.

Me prepare para mi ultimo ataque y el León también.

Luego de impactar, quede de rodillas, pero el León estaba tirado en el piso casi inconsciente.

— Hasta que finalmente caíste— dije hablando agitado y adolorido por los golpes— T-tienes mis respetos, León de Nemea.

Caí nuevamente por el cansancio que conllevo pelear con el León... Aun respira, ¿Tengo que realmente matarlo?

Observe mi brazo y vi que la armadura se desvanecía, y al poco tiempo se convirtió en Brunilda.

— Gracias por tu ayuda...

— Mátalo, tienes la fuerza suficiente para hacerlo, hazlo mientras esta inconsciente— Dijo ella ignorando mi agradecimiento y con tono de superioridad—

Ahora se pone de arrogante, no me escucha...

— No puedo hacerlo— Dije en tono serio—

— ¿¡Que caraj... por que!?— Se empezaba a molestar—

— Escúchame... Aunque tenga un aspecto de bestia, tiene sentimientos y un alma como cualquier ser— Me pare lentamente y fui hacia donde estaba tirado el León agachándome, observando y tocando su rasposa cabeza— en esos ojos de lleno de furia pude observar que el necesitaba ayuda y libertad. ¿Realmente ustedes se hacen llamar Dioses? Cuando no tienen compasión de sacrificar a alguien sin su permiso, ¡no tienen ningún derecho de hacer eso!

— ¿Odias a los dioses?— su tono arrogante se había ido y empezó a hablar seriamente—

—No los odio, pero tampoco estoy de acuerdo con ellos— Mire al cielo— Pero si odiara algo de ellos, seria su arrogancia y su egocentrismo...

— Ya veo, con que tu también ¿eh?

Dejamos esa conversación allí sin mas, retome mi postura observándola directamente... hasta que sentí un pequeño escalofrió detrás mío. Los dos nos asustamos un poco.

El león nuevamente se levanto pero ahora parecía diferente a hace un momento, su mirada furiosa se había desvanecido, parecía que quería agradecer e incluso se inclino a mi como una señal de respeto.

—Un rey no necesita arrodillarse, necesita ser libre— forme una sonrisa leve en mi rostro— pero ¿Realmente lo será?— Dirigí mi pregunta hacia Brunilda—

Ella solo suspiro y me respondió calmadamente.

— Desde el comienzo ellos tenían dos opciones: morir o vivir, dependiendo con quien les toque pelear. Si morían, simplemente su alma se destruía, pero si vivían, pasaban al siguiente luchador. Pero claro, esta no es la única bestia que hay, existen miles de ellas. Y en todo este tiempo que ha pasado, nunca he visto que pasara esto, una bestia mostrando respeto a un humano e inclinándose como tal.

— Dime algo ¿"su alma se destruía"?, ¿Qué pasa si yo moría aquí en esta pelea?

— Cuando tu alma es destruida, ya no queda nada de ti, no podrías reencarnar en ningún lugar, solo serias como polvo en el espacio,

Ella dijo sin titubear y yo me puse un poco nervioso, menos mal "gane" esta pelea.

—¡Uff!—mencione con tranquilidad

III

En un momento como en un par de parpadeos, el salón se lleno de una luz muy brillante que hizo que cerráramos los ojos, y al instante desapareció.

—¿Qué pasó?— Dije desconcertado mientras miraba a todos lados—

Note que el León había desaparecido con la luz fugas que ilumino a todo el salón.

Luego de que pasara ese pequeño acontecimiento, ella susurro algunas palabras pero no logre escucharla.

— ¿Dijiste algo? No pude escucharte bien

— N-no dije nada... cof, cof— interrumpió con una pequeña tos— tu, Marco Humblegod, has pasado la prueba impuesta por la valkiria Brunilda. Y como te dije antes, te daré un regalo.

Claramente se nota que esta ocultando algo...

Ella chasqueo los dedos, y así como se materializo el libro con los Registros Akashicos. Apareció una mesa de tamaño mediano rectangular, y un libro antiguo sin ninguna portada, solo decía "Vapen"

— En este libro yacen todas las armas que han existido en los diferentes mundos. Algunas son poderosas, destructivas, defensoras, letales. Ten cuidado con lo que eliges, te puede perjudicar de una manera u otra.

"Diferentes mundos" ya no parecía desconocido para mi ya que ahora voy hacia otro.

Tome el libro, era un poco pesado. Me puse a ojear rápidamente las armas que habían, ¿Qué tantos mundos diferentes hay? Son demasiadas armas, pero ninguna me llama la atención.

Solte un suspiro desanimado.

— ¿Has encontrado ya tu arma adecuada?

— No hay nada que realmente me interese

Seguí ojeando el libro, casi lo dejaba pero encontré un arma que me llamo muchísimo la atención. Un par de dagas de doble filo, su hoja curva sujetado a su empuñadura excelente al tacto. Definitivamente estas fueron las dagas que uso mi padre en mi vida pasada.

— Parece que ya encontraste tu arma...

— Estas armas son las que usaba mi padre

Un sentimiento nostálgico acechaba mi cuerpo, mis ojos se estaban humedeciendo, pero me mantuve firme.

— ¿Entonces esa serán tus armas?— Dijo con duda

— Cuando estaba vivo— Memorias vinieron a mi— siempre entrenábamos, pero nunca me dejo portar sus dagas, siempre me decía "Ya tendrás tu oportunidad de portar las tuyas" a veces creía que era un poco egoísta, pero ahora lo entiendo completamente

Era inevitable no soltar algunas lagrimas por el, mi padre quien siempre me cuido y me enseño todo lo que se.

— Bueno, ahora tu puedes poseerlas, nada ni nadie te detiene.

— No— con un poco de esfuerzo cerré el libro— realmente no quiero portar sus armas, de seguro vendría y me las quitaría...— La señale inesperadamente— prefiero que tu lo seas.

— ¿¡Eh!?— dio un pequeño paso para atrás en señal de sorpresa— ¿Por que yo? además, yo creo que eso no se va a poder.

Quizá no lo demostraba, pero realmente esta feliz ¿Acaso esperaba que la eligiera?

Se me puso la piel de gallina y seguramente a Brunilda también cuando escuchamos un sonido estruendoso que parecía provenir de arriba de donde estábamos.

Nuevamente esa luz iluminativa y cegadora apareció, pero en vez de llevarse a alguien, trajo algo... O lo que parecía, alguien.

Brunilda dio una expresión tacita, sus ojos se llenaron de sorpresa, miedo e inquietud. No podía expresar palabra alguna.

En mi vida, así como nunca había estado tan feliz por una pelea como esta, nunca había estado tan atemorizado como ahora.

— ¡Heimdall!—

Ella exclamo el nombre de quien parecía ser el personaje intimidante que se presentaba ante nosotros.

— ¿Q-quien eres tu?

El miedo no dejaba que mi boca articulara normalmente las palabras.

— Hace un momento acabo de pelear contra, quizá la bestia mas feroz que haya existido.

El miedo estaba consumiendo mi cuerpo y mi mente, trataba de mantenerme tranquilo; era una lucha interna también. Si peleara nuevamente en este estado, no la cuento, desapareceré como me dijo Brunida.

— Tranquilo los dos, no los voy a comer, ni mucho menos pelear. Me presento ante ti humano, soy Heimdall— las palabras eran dirigidas a mi, pero su mirada estaba en Brunilda— soy hijo de Odín y 9 doncellas Jotun (gigantes)...

Aquellas palabras no me dejaron tranquilo, pero retomaba mi postura. Y nuevamente salía a florecer el nombre de Odín... si el es hijo de Odín, entonces Odín es un Dios también. Debería incluso ser mas poderoso ¿Qué mierd...?

De pronto Brunilda refunfuño entre dientes.

—¿¡Que mierda haces aquí!?

Parecía que la presencia de aquel hombre le molestaba a Brunilda pero ¿Por que?... hasta que ella menciono

— Te dije que nunca mas volveré, no hasta que haya cumplido mi misión.

¿A que se refiere con misión?... y también parece que quede en segundo plano.

— No esta en tu querer Brunilda. Odín ha dicho que vayas a verlo, y si no quieres, tendré que llevarte a la fuerza.

Su voz gruesa y seria, y su aura intimidante me ponían los pelos de punta, como si en cualquier momento me aplastaría.

Ella no se veía para nada bien, estaba apretando los puños con mucha fuerza, como si quisiera hacerlos sangrar. Debía hacer algo.

— ¡Ella vendrá conmigo!

Grite fuerte, acaparando las miradas de esos dos individuos. A pesar del miedo, tense mi cuerpo y también di una mirada seria

El aura de Heimdall, paso de intimidante a ser la de un asesino despiadado. Sentía que si me movía de aquí, me cortaría la cabeza, me aplastaría el cuerpo o simplemente atravesaría su grande espada y removería mis entrañas hasta hacerlas salir como una explosión.

— ¿¡uhm!?

Me dio una mirada banal, como si no estuviera a su alcance. Malditos dioses arrogantes.

Me acercar a Brunilda, su corcel con alas (Que por cierto es un Pegaso) estaba también atrás de ella, defendiéndola.

Carraspee mi garganta, imposte mi voz y exclame fuertemente.

— !Ella vendrá conmigo, quieras o no¡

— ¿!Quien te crees que eres¡? Humano insolente. No eres nada

Aquella voz rasposa y gruesa intimidaría a cualquiera. Incluso Pegaso se veía que tenia mucho miedo.

— ¿!Por que no quitas ese maldito tono de superioridad¡? ¡Ustedes no son dignos de portar el nombre de Dioses!

Su arrogancia comenzaba a chocarme y el miedo hacia que hablase mas fuerte de lo normal.

Parece que por fin me pone atención. Dirigió su vista hacia mi, no podía verlo a los ojos aunque quisiera.

— Un humano no puede vencer a aquella bestia, El león de Nemea. Solo un humano lo hizo tomando prestado el poder de un Dios. ¿Acaso esa valkiria te dio un tipo de ayuda?

— ...

Me quede en silencio, pero afirme lo que dijo, si, obtuve la ayuda de ella. pero ¿Qué tiene que ver?

— Hmm... con que ese es tu plan, hermana mayor de las 13 valkirias, Brunilda.

— ¿D-de que estas hablando?—Ahora la confusión acechaba mi mente.

— Lo que hizo ella contigo no fue nada mas y nada menos que tu perdición. Cuando uniste tu alma con la de ella se le llama [Ultima voluntad]: Unir 2 almas en el mismo cuerpo, y luchar hasta el final. Ella habitara en ti hasta el ultimo de tus días y cuando mueras, simplemente ella tomara forma espiritual repitiendo el ciclo, deshaciéndote por completo. Y además parece que te esta usando para escapar de este lugar. ¿No es así, Brunilda?

Ante sus palabras, quede muy desconcertado, la mujer que estaba protegiendo... me estaba usando.

Solo atine en encontrar a Brunilda, pero su silencio afirmaba que lo que el había dicho, era cierto. Pero parece que hay una historia de trasfondo.

—Ella suspiró— Marco, tienes el derecho a dudar de mi, pero les contare lo que sucedió realmente, para que yo haya tomado esta decisión— Fijo su mirada a aquel hombre grande— Esto ocurrió hace cientos y cientos de años atrás, tu Heimdall, aun no habías nacido. Nuestra labor era agocijar a aquellos guerreros caídos en batalla ofreciendo comida e hidromiel:Gugr, Rota, Norn, Skuld y otras cinco desempeñan esta función. Desde que llegamos aquí, esperábamos para luchar en el tan esperado Ragnarok, como marcaba la profecía. Pero nunca esperábamos que ocurría ese desenlace. El mismísimo diablo se apareció ante Asgard. Lideraba una gran y enorme horda de demonios que destruían todo a su paso, quemaban vivas a las personas, las partían por la mitad y se comían sus entrañas, a los niños y ancianos les sacaban los ojos y las orejas para luego decapitarlos. Fue una masacre. Como era de esperar, fuimos invocadas por Odín y con ello traer a todos los guerreros que habían. A pesar de que lucharon valientemente, perecieron ante la gran horda de demonios. Un mar de sangre se formo en Asgard. Hasta que llegaron los Dioses mas fuertes: Thor con su Mjolnir, Odín con su lanza Gungnir, Balder con su arco de luz. Cambiaron la situación rápidamente a su favor, pero aquel diablo era muy poderoso. 12 de mis hermanas hicieron un ritual para poder sellar el poder de aquel tenebroso ser, sacrificando sus cuerpos y una parte de sus almas. Ellas se convirtieron en 12 objetos, que junto con ese Diablo, fueron al decimo mundo,Gea. Desde ese momento, yo vengo reclutando a guerreros mas fuerte que lo de antes, haciéndolos pasar por una prueba. Marco, tu has sido el guerrero mas esplendido que he conocido nunca, discúlpame pero, prometí que iba a recuperar a mis hermanas cueste lo que cueste...— Su voz empezó a quebrarse, como si quisiera llorar— ¡Por favor, ayúdame a recuperar a mis hermanas!

— ¡Si tan solo lo hubieras dicho desde el principio! ... ¡Claro que voy a ayudarte, cuenta conmigo!

Sus ojos empezaron a brillar, pequeñas gotas caían de sus ojos, ella me estaba agradeciendo desde lo profundo de su alma...

— ¿Por que aceptas? A pesar de que solo te esta usando. ¿eres un idiota?— Dijo Heimdall enojado— De todas formas, mi deber es llevarte donde Odín, aunque use la fuerza.

Las piernas me temblaban y un escalofrió corría en mi nuca. Este ser monstruoso es demasiado para mi, ¿Cómo hago ahora para vencerlo? Maldición.

Su mano se dirigía al mango de su espada que estaba sostenido en su cintura, empezó a empuñar su espada, tomándolo con sus dos manos. la hoja era de doble filo, muy dorado como el sol.

Se empezó a dirigirse hacia mi, solo le bastaron 5 pasos. Alzo esa espada tan pensada sin problemas... en un segundo vi toda mi vida pasar ante mis ojos.

¡BUUUUUUUUM!

Mientras resguardaba mi cabeza con mis brazos, escuche un fuerte golpe que provenía de arriba de mi, Brunilda y Heimdall habían chocado sus espadas. Sus caras serias intimidarían incluso al gran John Cena. Debía salir de en medio. Tan solo con la presión del aire habían resquebrajado las paredes del salón.

Es impresionante que ella equipara la gran fuerza de ese "Dios".

— Súbete a Pegaso y aléjate de aquí.

Murmuro ella. así que asentí sin decir ni una palabra. Corrí hacia donde estaba el Pegaso, con dificultad. Por sus ojos, también estaba muy asustado y por el miedo estaba un poco torpe, pero logro extender sus alas blancas como la nieve y nos fuimos volando. Pero a pesar de estar relativamente lejos, su presencia no parecía desvanecerse.

Ellos seguían chocando sus espadas sin flanquear, ninguno de los dos cesaría hasta cumplir su objetivo.

La espada de Heimdall se tornaba de un tono amarillento, y la de Brunilda un tono azulado. Estaban incrustando su aura en sus espadas, parecía que se querían matar de una vez por todas, Pero tampoco era el caso, sino mas bien estaban... ¿¡Sonriendo!?

Nuevamente se separaron dando un paso atrás los dos. Pero esta vez era diferente, sus caras decían que este iba a ser el ultimo ataque.

Cuando chocaron finalmente, se formo un remolino devastador entre ellos dos, destruyeron los muros y el piso. Ese viento nos mando mas lejos.

Solo uno estaba erguido... era Heimdall. Brunilda estaba en el piso arrodillada jadeando del agotamiento producido en su pelea, y no podía ni sostener su espada.

— Tenemos que ir a recuperarla.

Le hable a Pegaso como si fuera a entenderme, pero si parece que lo hizo. Se dio media vuelta y fuimos a toda carga contra Heimdall, aunque nuestro objetivo era recoger el cuerpo de Brunilda.

Su vista se fijaba en mi, pero no podía dar marcha atrás, me pare en el lomo de Pegaso, prepare mis piernas para saltar.

[Asalto: Activado]

Involuntariamente mi cuerpo se lanzo a gran velocidad contra Heimdall, cayendo al centro de su estomago y haciéndole retroceder. Caí por suerte en el lomo de Pegaso que próximo me dejo en el piso.

— Brunilda, Brunilda... vamos— Me agache, pase su brazo por mis hombres y la levante—

— Marco... yo, no puedo hacer nada— Lagrimas recorrían su rostro— Fui vencida fácilmente.

— ¿Qué dices? ¿Quieres ir a recuperar a tus hermanas con esa actitud? Eres fuerte, me dejaste sorprendido como enfrentabas a Heimdall, no tienes nada que lamentar... tienes mi total admiración.

En sus ojos retomaron esa esperanza que yacía perdida, nos levantamos... pero esa figura enorme estaba ante nosotros.

— ¿Maldición, que hacemos ahora? Estas herida...

— jahh— Suspiro con cansancio y alivio— Has pasado la ultima prueba. Marco Humblegod.

— ¿!Que¡?

Brunilda y yo gritamos al unísono, ¿esto también es parte de la prueba? Estábamos totalmente sorprendido.

— ¿N-no me digas que esto es parte de tu plan?... Heimdall

Solo nos dio una mirada para luego desviar su vista a otro lado, aceptando lo que había dicho Brunilda.

— Les explicare... pero antes— hizo una reverencia de disculpa— discúlpame Brunilda, creo que me sobrepase con todo esto, pero entiéndeme, era necesario.

Brunilda lo miro con recelo, pero al final logró aceptar su disculpas.

— Como les decía— prosiguió a contar— necesitabas tu "despertar" Marco. Estuve investigando la magia de Gea y al parecer usa una magia extraña que ni en Asgard y ni en el Olimpo hay, y eso no es todo, también existe la posibilidad de que un multiverso exista allá. No puedo explicarlo con muchos detalles... pero tenemos que irnos de aquí.

Brunilda se veía confundida y yo no soy la excepción. ¿Multiverso? ¿"Despertar"? ¿"Magia extraña"? Son muchas pregunta que me rondan por la cabeza, pero parece que aquí no encontrare respuestas, tengo que ir a Gea.

¡Chas!

Heimdall chasqueo los dedos de su mano y al instante, todo empezó a dar vueltas pero solo fue por un momento.

Todo el lugar cambio. Aunque los diseños de los pisos y paredes parecían igual, formas uniformes y geométricas recorrían alrededor. Tallados se mostraban en los altos muros. La iluminación era un poco pobre, solo unos 4 candelabros se hacían alrededor de esta sala. Pero lo que mas resaltaba era una plataforma que se alzaba del piso y que se podía llegar a ella únicamente con las escaleras que habían alrededor.

— Sean bienvenidos a mi sala. desde aquí custodio el Bifrost y también desde aquí van a ir a Gea. Por favor, diríjanse hacia la plataforma.

Asentimos y empezamos a subir las escaleras... No son muchas, pero por lo menos son 50 escalones.

Llegamos hacia la plataforma, se podía divisar lo que seria el "espacio", muy oscuro pero aun así se sostenían en el muchos mundos.

Alrededor de la plataforma se formo un aro con los colores del arco iris que se extendía por todo ese espacio resaltando con sus colores encendidos, es un hermoso espectáculo visual.

Estaba perdiendo la consciencia, mi vista comenzaba a ser borrosa, estaba cayendo en un sueño profundo... eche un ultimo vistazo, estaba en los suelos junto con Brunilda.

— ¡Suerte en su travesía! ¡Tengan cuidado!

Escuche los últimos gritos de Heimdall y cerré mis ojos y caí dormido profundamente.




4 de Agosto de 2021 a las 15:40 0 Reporte Insertar Seguir historia
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