J
Jhomira Loredo


Años atrás vivió un infierno, hoy solo busca la manera de ayudar a los demás. En este caso al alfa de una manada vecina, tendrá que salir del territorio que la protegió por algunos años. Ya no es la misma niña perdida, ahora es una de las mejores guerreras de la manada. Hará todo lo que está en sus manos para acabar con la amenaza que afectara a todos, en el proceso formara un vínculo con el alfa, pero… ¿Será un vínculo predestinado? ¿O un simple enamoramiento pasajero? Lo descubrirá en el proceso, al igual que fragmentos de su pasado y antecesores.


Paranormal Hombres lobo Sólo para mayores de 18.
0
127 VISITAS
En progreso
tiempo de lectura
AA Compartir

Capitulo 1

2013


Con el aliento agotado sigo corriendo por el bosque, no puedo dejar que ellos me encuentren, me mataran. Ya es de noche, no sé cuánto tiempo ha pasado, ya no es su territorio puedo sentirlo, entrar aquí es una sentencia de muerte, pero tengo que hacerlo, si vuelvo no viviré, si sigo puede que exista una posibilidad.


Me subo a un árbol, en la copa a lo lejos puedo ver sus linternas alejándose, decido quedarme toda la noche arriba, despertando cuando el sol se asoma, tengo hambre no sé cuándo fue la última vez que comí algo, necesito cazar algo.


Algunos metros caminando logro divisar un árbol de frutos, por lo menos me podrán hidratar algo. Guardo algunos en mi bolsa, cuando salí no traje nada conmigo, solo lo que tenía puesto, de cualquier manera, no tenía nada propio, todo era de ellos. Después de encontrar un lago me doy un baño y enjuago mi ropa, vigilando que no haya fisgones.

Cuando el sol está en su punto más alto, a lo lejos puedo escuchar un llanto, no debo dejarme engañar pueden ser brujas tratando de engañarme, desde pequeña he escuchado leyendas acerca de que en el bosque habitan seres sobrenaturales, a pesar de mis instintos sigo el sonido del llanto.


Ya casi estoy cerca cuando miro que es un niño no más de 10 años, llora, cerca de las raíces de un árbol que sobresalen de suelo con sus piernas abrazadas a su pecho, me trato de acercar lo más lento posible, no quiero espantarlo.


Él se percata de mi presencia y se pone de pie, me escondo antes de que me mire, escucho que comienza a oler el aire — ¿Quién está ahí? Puedo olerte. — salgo con las manos en alto para hacerle saber que no lo dañare — ¿Qué eres? — su cara es de curiosidad.


— Mi nombre es Luna, te escuche llorar, — ¿Estas herido? — niega con la cabeza — Entonces estas perdido, yo también, puedes decirme como se llama donde vives, talvez cuando salgamos del bosque pueda llevarte a casa —.


— Soy Theo, Creo que estamos demasiado lejos, no puedo seguir el rastro para llegar, vivo en la manada, Claro de luz, está cerca de las montañas... — Alto ¿dijo manada? — solo tenemos que seguir un rio.


—Espera, ¿dijiste manada? — asiente afirmando — ¿manada de qué? —.

Me mira dudoso — de licántropos — no sabía que pensar, de pequeña creía en las historias, pero solo pensé que era para no entrar al bosque.


— ¿eres un hombre lobo? —


— algo así — hace una mueca— pero no pienso hacerte daño — añade de forma rápida.


— explícate — trato de sonar firme.


Parece tener un duelo interno, para ser pequeño, habla como todo un líder— ¿prometes no decirle a nadie? —


—Si es un secreto, ¿para qué contarme? No me conoces. — expongo, no se puede confiar en cualquiera.


— Porque eres diferente, no eres del todo humana — me mira de manera curiosa, luego agrega — pero eso tú ya lo sabías, no tienes olor, en cambio yo, dime cuál es mi olor.


Inhalo profundo su olor llega en instantes — bosque y tierra húmeda — me anima a seguir, vuelvo a inhalar más profundo el olor metálico llega a mi nariz — hueles a sangre, eres un... —


Él se adelanta — un vampiro, bueno, más específico un híbrido —.


— ¿tú sabes que soy? — todo esto es tan loco.


— no, no tienes un olor distintivo como todas las criaturas, pero no se mucho apenas estoy aprendiendo a distinguirlas, tu olor humano es casi nulo — asiento, siempre me sentí diferente, oía cosas que mis compañeros no, también escuchaba y era más fuerte que ellos, por eso me odian.


Llevaré a este niño a su casa y seguiré mi camino — Vamos, hace unas horas miré un pequeño lago, podemos seguirlo río arriba y nos llevará a las montañas.









Seguimos caminando unas tres horas más cuando noto que el niño empieza a caminar tambaleante y lento, minutos después se toca el estómago. Nos detenemos debajo de un árbol.


Lo miro un poco preocupada, no tenía lesiones, me indica que tiene sed, le extiendo uno de los frutos jugosos que me quedan, las rechaza — no es de ese tipo de sed — abro mucho los ojos cuando me doy cuenta de que lo que quiere es sangre.


Me alejo de él, sin antes indicarle que volveré, busco, pero no encuentro nada, ningún animal, diablos, donde están esas ardillas que siempre aparecen en las películas.


Observo un mapache en la rama de un árbol, con cuidado lo rodeo, cuando voy a tomarlo este se escapa, salto para tratar de alcanzarlo, es escurridizo y las ramas delgadas que me arañan no ayudan, se me escapa.


Vuelvo y Theo ahora está acostado, al verme se sienta.


—Lo siento, nunca he cazado, soy un fracaso — suelta una risita, pero se queda quieto, mirando mi brazo, se aleja poco, sigo su mirada, uno de los aruñones aún no ha sanado y sangra ligero, me da una idea, es arriesgado, le extiendo mi brazo, niega con la cabeza y los ojos llorosos — anda — le digo con voz suave, vuelve a negar, con voz dura le digo — si no lo haces puedes morir, tu parte lobo no te salvara, aun no despierta, ¿verdad? —.


— puedo matarte si no me detengo —.


— con un humano, recuerda que no soy del todo — vuelvo a extenderle mi brazo, lo toma con duda, le doy una sonrisa, sin despegar sus ojos de mi muerde mi brazo y empieza a succionar, siento como poco a poco mis fuerzas se van gastando, lo que parecen minutos, Theo se despega de mi brazo, ahora está llorando, como puedo lo atraigo a mí en un abrazo, es solo un niño asustado.


— quiero a mi mamá— sigue llorando, mientras me voy durmiendo un poco, me concentro en su voz — no debí haber escapado— sobo su cabello con mi otra mano, lo animo a seguir hablando, necesito quedarme despierta, él no se puede proteger solo, — tuve una pelea con mis padres, ellos tendrán otro bebe, ya no me van a querer, los adultos solo quieren a los bebes, ellos no causan líos — sus sollozos son menos que antes.


— yo nunca he tenido familia, crecí en un orfanato, debes estar contento de que tendrás a alguien con quien jugar, ese bebe te verá como un héroe si así lo quieres, no creo que tus padres te dejen de querer, los bebes requieren mayor cuidado, pero no significa que no te amaran menos. —


— una señora me dijo que ni se acordarían de mí —.


— te mintió, cuando encontremos tu hogar habla con ellos, te aseguro que te deben de estar buscando — voltea haberme esperanzado, ruego para que sea cierto y lo estén buscando, y que sus padres sean buenos, es educado, no creo que sean malos padres.


No escucho su respuesta, ya que me sumerjo en un sueño profundo.


🐺🐺🐺🐺🐺🐺



Despierto de un sobresalto, ya está oscureciendo, mis energías están renovadas, miro mi brazo, una pequeña cicatriz apenas se nota. Miro a Theo, está atento al interior del bosque, la luna desde ya está alumbrándonos con su luz intensa. Escucho pisadas rápidas, le ayudo a Theo a subir al árbol, me quedo un poco alejada unas ramas debajo de él. Tres personas emergen del bosque, puedo notar su olor, son vampiros. El miedo se hace presente y lo ignoro, me debo concentrar en que no dañen al niño, sé pelear, lo aprendí para defenderme de los otros niños del orfanato, pero nunca he peleado con vampiros, hace unas horas pensaba que era solo cuentos.


— Salgan de ahí, puedo escuchar sus corazones latir, les prometemos que su muerte será rápida — suelta una risa tenebrosa. Le hago señas a Theo que se quede en su lugar, niega y sus lágrimas se derraman de sus ojos. “Quédate ahí" le artículo con labios seguido pongo mi dedo en mi labio indicándole que guarde silencio. Salto del árbol, caigo de pie.


— miren que nos trajo la tarde, una rica cena — se acerca aspirando mi olor, no retrocedo, no quiero que piense que tengo miedo. — ¿Una brujita? O talvez una lobita, no distingo bien tu olor, dime preciosa, ¿Qué eres? — toma un mechón de mi cabello, apartándolo y dejando expuesto mi cuello, me hago a un lado, deshaciéndome de su toque. — ruda, me gusta, como no quieres contestar, te dolerá —.


Antes de que tome mi brazo, me aparto y le doy una patada en la espalda, los otros dos se aproximan a velocidad, me empujan y choco con un árbol, el golpe me saca el aire, abro los ojos y los veo acercarse, tomo una rama quebrada y con fuerza se la clavó en la cabeza a uno, veo como cae, no puedo entrar en shock porque veo como uno de ellos se acerca al árbol donde esta Theo.


Un calor se extiende desde mi pecho a todas partes dentro de mi cuerpo, todo pasa rápido, tomo la rama de la cabeza del tipo y corro hacia el otro, Theo se ha golpeado, el vampiro logro bajarlo de donde estaba, le grito y al voltear le incrusto la rama en el pecho, caigo encima de él, le incrusto más hasta que su cuerpo pierde color y sus ojos se vuelven negros, muerto.


Siento un golpe en la cabeza, un hilo de sangre cae de mi frente, mareada, me levanto y peleo con el último vampiro, le intento dar una patada, pero detiene mi pie y lo aprieta hasta que escucho un crujido, lo suelta, no puedo moverlo, hace lo mismo con mi brazo izquierdo, grito de dolor, esta sobre mí golpeando mi estómago y cara, mis energías cada vez son menos, de repente el tipo se queda quieto y su rostro pálido se cae a un lado, es ahí cuando noto una rama incrustada en su pecho, el niño me ha salvado, me arrastro hasta un árbol, con su ayuda me pongo de pie.


Estoy comprobando que no tiene ningún rasguño cuando escucho pisadas aproximándose.


No, no más, de esta no salgo.


Estoy por decirle al niño que corra, cuando ya están aquí, no me queda de otra que tomar una rama con la mano que aún tengo sana, pongo a Theo detrás de mí, un lobo grande negro con ojos rojos llega a toda prisa, aprieto la rama, trato de dar un paso para atacar, cuando más lobos aparecen y uno de ellos se abalanza contra mí, logro darle con la rama y esta se parte a pedazos el lobo se queda lloriqueando.


El lobo negro gruñe mostrando sus dientes, da un paso para atacar, pero Theo se interpone y grita — NO — el lobo detiene sus movimientos — también te extrañe papá — ¿Papá? Corre a abrazar al lobo negro, este hace un sonido que creo que es de felicidad y los demás lobos aúllan.


No puedo seguir el hilo de la conversación porque siento mi cuerpo débil y caigo al suelo, escucho a Theo gritar antes de perder el conocimiento.


🐺🐺🐺🐺🐺🐺



Puedo escuchar voces lejanas, una luz incandescente, noto el olor a alcohol y otros medicamentos, ¿estoy en un hospital?


— Veo que ya estas despiertan — abro los ojos y noto a un señor de casi más de 30 años, pelo color negro, ojos azul profundo, es guapo — Soy Samuel Turner, alfa de la manada Claro de Luz, te encuentras en el hospital de la manada. ¿Recuerdas lo que paso? —.


Recuerdos viene a mi mente, siendo seguida, encuentro a Theo, los vampiros — ¿Dónde está Theo? ¿Se encuentra bien? —.


El alfa esboza una sonrisa — me alegra que te preocupes por mi hijo, está con mi esposa — me mira a los ojos — gracias por salvarlo, nos contó todo lo que hiciste por él, enfrentarte a eso vampiros, darle de tu sangre para alimentarlo, en serio lo aprecio, estaré siempre en deuda contigo —.


— Solo hice lo que me hubiera gustado que alguien hubiera hecho por mí — me siento en la cama, mi cuerpo casi no duele, solo me incomoda el vendaje.


— no pude evitar notar tu olor, más bien la falta de este, no había visto un caso igual antes, por lo que me contó mi hijo, tampoco sabes que eres —niego ante su aclaración, continúa hablando — podemos ayudarte, solo si tú quieres, un simple humano no se enfrenta a vampiros y gana, también sé que no tienes familia, aquí puedes encontrar una si así te parece, con entrenamiento podrás ser tan fuerte como nuestros guerreros, por cierto, quiero pedir una disculpa en nombre de mi beta, solo estaba intentando llegar hacía Theo y pensó que eras enemigo —.


Suelto una risita — creo que le quedo claro que me puedo defender — suelta una carcajada. — quisiera quedarme, pero — muerdo mi labio inferior en signo de nerviosismo — no quiero ponerlos en riesgo.


— no entiendo — dice sin un semblante en su rostro y con pose en defensa.

Tengo que ser honesta con él, si aun después me quiere en su manada, me quedaré.


— yo... estaba en el bosque porque me estaba siguiendo — siento como se tensa y aprieta la mandíbula. Con la mirada me indica que sigua. Por fin tengo con quien desahogarme de todo lo que pase estos años, no controlo las lágrimas que salen, mientras relato mi infancia y adolescencia, mucho para una joven de 16 años.


Después de contarle mi vida y calmar mi llanto dice — nadie te dañará mientras estés en esta manada, aquí todos somos una familia y la familia se protege — escucho aullidos por todas partes mientras el alfa pronuncia — Bienvenida a la manada Claro de Luz — y me regala una sonrisa.


Por fin tendré un hogar una familia, por fin seré feliz.

15 de Agosto de 2021 a las 06:36 0 Reporte Insertar Seguir historia
0
Continuará…

Conoce al autor

Comenta algo

Publica!
No hay comentarios aún. ¡Conviértete en el primero en decir algo!
~