hectorf0609 Hector Flores

Un viernes por la tarde un joven repartidor de fideos se topa con la rueda del destino para conocer a Janet, una oficinista de un edificio nuevo que sin duda alguna traera cualquier cantidad de emociones a la vida del joven repartidor....


Romance Romance adulto joven Todo público.

#drama #amor #destino #aventura #suspenso #comedia #258 #emociones
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Capítulo 1: conociendo mi cruel destino

Probablemente estén acostumbrados a que las historias comiencen explicando los detalles de quien las escribe. como su edad por ejemplo o su nombre, sin embargo, creo que es más apasionante si nos vamos conociendo en el camino.

Mi vida no era tan divertida, me había graduado en una carrera de comunicaciones por lo que no soy tan malo con el uso de la palabra, sin embargo, aunque tenía el título, aun no había podido ejercer. Tenía 22 años, logre conseguir un empleo de repartidor en un restaurante de comida china, no era gran cosa, pero ganaba lo suficiente para comer, pagar el alquiler y de vez en cuando comprar cerveza.

Me gustaba mi empleo, a pesar de las circunstancias vivía en paz, recorría los lugares en motocicleta y de vez en cuando ¡aleluya! O algún corazón bondadoso me otorgaba algo de propina o algún otro apresurado se iba sin esperar a que llegara su pedido y podía quedarme con los fideos, la vida era tranquila hasta que abrieron esa nueva empresa de bienes raíces a 5 cuadras, aquí comienzan el viaje en nuestra montaña rusa.

Mi jefe, el día de la inauguración llego feliz a trabajar, un edificio de 5 pisos lleno de oficinistas solo podía representar más dinero, más pedidos, en fin, una gran oportunidad de llenar sus bolsillos. Al día siguiente, como era de esperarse, comenzaron los pedidos extra del gran edificio de 5 pisos, 2 o 3 cuando mucho hasta que se empiece a conocer el restaurante en el edificio.

El tercer día pidieron del edificio 20 cajas, me decía a mí mismo que lo más probable era una broma de mal gusto que sin dudas pondría de muy mal humor al jefe y me tocaría escucharlo gritar toda la tarde, pero al mal paso darle prisa, las 20 cajas iban de camino al edificio. llegue a la recepción, una chica de más o menos mi edad me atendió, su nombre era Sofía, sin embargo, el papel de la entrega decía que quien pagaría era alguien de nombre Janet, la política de mi trabajo me impedía darle el pedido si no aparecía la persona que iba a pagar.

Sofía trataba de llamar a Janet, pero no tenía resultado exitoso, mi corazón decía que algo no estaba bien y mi madre siempre me decía que no debía ignorar esas cosas, pasados 30 minutos de espera y discusión con Sofía, alguien con furor abre una puerta tras la recepción y con un rugido se atrevió a decir:

- Desconocida: ¿Qué ocurre con el sujeto de la comida china? ¡El edificio muere de hambre, son más de las 12:00, como de costumbre el servicio es pésimo o el idiota del repartidor se perdió en el camino!!!

Sentí una puñalada en el pecho, no hiriéndome, al contrario, me llenaba de ira y ganas de tirarle los fideos en la cara a la bruja que se atrevió a llamarme idiota, sin embargo, respiré para conservar mi empleo y con toda la arrogancia del mundo le dije:

- Repartidor: El “idiota” de los fideos llego hace más de media hora, puede hacerle reclamos a la señorita Janet, que de no ser por su ineptitud e incompetencia al no dejar con la recepcionista el dinero del pedido usted estaría disfrutando de su delicioso almuerzo.

La mujer se quedó helada, yo parecía serio, pero dentro de mi había una sonrisa maligna que me decía ¡bien hecho! Sin saber que la celebración de victoria me duraría muy poco. La mujer tomo su cartera y saco unos cuantos billetes, los puso sobre la mesa y le dijo a Sofía que quería la comida lo más pronto posible en el comedor, dio media vuelta y se fue sin decir nada.

Cuando se cerró la puerta me empecé a reír y volviendo a ver a Sofía que extrañamente no se reía conmigo le dije:

- Repartidor: ¿puedes tratar de llamar de nuevo a Janet? Los fideos se enfrían

A lo que ella respondió:

- Sofía: La que acaba de marcharse es Janet, creo que el dinero que dejo sobre la mesa es para ti

¿has escuchado un tazón o un vaso de vidrio hacerse añicos en el suelo? Así se reventaba mi sonrisa cuando me preguntaba a mí mismo ¿Qué acabas de hacer?

- Repartidor: ¿Por qué no me dijiste que ella era Janet? Debí quedar mal, ¡ella le va a decir a mi jefe y me van a despedir!

Nuestra querida amiga Sofía solo me dijo

- Sofía: El mejor consejo que te puedo dar es que tomes el dinero, guardes el cambio y vayas donde tu jefe, si tratas de hablarle probablemente deba llamar una patrulla no para llevarte preso si no para que te ayuden a defenderte de ella

Con remordimiento y sin dudarlo tomé el dinero y me fui al restaurante con el miedo de ser el plato fuerte del día siguiente después de morir y ser cocinado a manos de mi jefe.

Después de terminar el resto de entregas llegue al restaurante, antes de entrar me convencí a mí mismo de guardar la calma, tal vez solo era exageración de parte mía y mi jefe no lo tomaría tan mal, puede que tan siquiera supiera nada, bueno, hasta que se empiece a preguntar por qué no hay más pedidos del edificio. por otro lado, había algo en mi cabeza me decía que el agua ya hervía esperándome, fuese cual fuese la situación, el protocolo era entrar, entregar todo como de costumbre y escapar lo más rápido posible:

- Repartidor: ¡hey Manny!, aquí está el dinero y la lista de los pedidos, los dejo en la registradora, nos vemos mañana, ¡adiós!

- Manny: ¿no se te olvida algo?

El solo hecho de que lo mencionara me hizo saber que la bruja llamo a quejarse, el no terminaba de decirlo cuando yo ya estaba pensando en cual periódico debía comprar con la fe de encontrar un nuevo empleo, con una plegaria esperando que entendiera empezaron a brotar palabras de mi boca

- Repartidor: Manny, te puedo explicar, ella me hizo salir de las casillas, yo no quería decirle lo que le dije, pero, hombre, ponte en mi lugar, si es necesario que vaya al edificio y me disculpe con esa vieja bruja lo hare, pero por favor, sabes que necesito el empleo, además me gusta trabajar para ti

- Manny: ¿de qué demonios me estás hablando? Hoy es viernes y te decía que se te estaba olvidando sacar la basura, pero más vale que me des una buena explicación de lo que está ocurriendo, espero que no hayas dañado el negocio del nuevo edificio porque te juro que para mañana estarás en las calles buscando un nuevo empleo, cualquier idiota podría hacer tu trabajo y no tendré remordimiento en reemplazarte…

¡fantástico! La vieja bruja no había llamado y yo me eche al agua de cabeza solito, ahora debía reparar las cosas o si no sería un desempleado más en el país, eso no es todo, ya me habían llamado idiota dos veces en el día y estaba comenzando a creérmelo, termine por contarle todo lo ocurrido a Manny y prometiéndole que al día siguiente antes de ir al trabajo iría a ese cochino edificio y pediría disculpas a la bruja, bueno no le puedo decir bruja, voy a tener que mentalizarme toda la noche de que se llama Janet antes de que meta la pata más hondo.

Ni el día de mi graduación me había sentido tan nervioso, no me di cuenta cuando me quede dormido de estar pensando en que le diría a la vieja bru… no no perdón, a Janet, a Janet, incluso en la ducha, el desayuno y mientras me lavaba los dientes seguía pensando en que le diría

- Repartidor: “señorita Janet, Doña Janet… estimada Janet…” ¿Cómo le digo sin que se enoje?, “Janet, quisiera disculparme por lo ocurrido ayer a pesar de que usted tuvo la culpa, pero si no me disculpo y usted no compra más fideos me despiden”, no, creo que muy sincero, “su real majestad Janet, me gustaría tener el privilegio de dirigir mi insignificante existencia hacia su majestuosa presencia con el fin de ofrecer excusa por los acontecimientos de anoche, le imploro no ignore mis palabras y…” jajajaja, no puedo con esto, lo seguiré pensando en el camino.

Recuerdo muy bien que el día estaba muy bonito, eso me daba esperanza de que todo saliera bien, llegue hasta el edificio y Sofía me volvió a ver con sorpresa

- Sofía: ¡vaya! No creía que alguien tuviera el valor de volver a aparecer después de haber tenido una pelea con la jefa ¿a quién quieres que llame? ¿a la patrulla o a los bomberos?

- Repartidor: querida Sofía, no creas que esto me hace feliz, o me disculpo o pierdo el empleo, total, cualquiera de los dos caminos me lleva a la muerte, uno por hambre, otro por violencia, pero por lo menos si me disculpo me voy con la conciencia limpia así que ¿podrías llamarla?

Sofía sonrió, parecía que le gustaban los espectáculos, levanto el teléfono, marcó y comenzó a hablar

- Sofía: ¿hola? Señorita Janet, la busca el repartidor de ayer… si exacto, el idiota… como usted ordene señorita Janet

El punto bueno es que ya sabía cómo decirle, lo malo es que de nuevo me llamaron idiota, escuche unos pasos de tacón y sabía que ella venia, sin embargo, cuando se abrió la puerta no era la misma mujer de ayer, bueno, si era Janet, pero por la ira que tenía ayer no me había fijado en lo bella que era la mujer, tenía un bonito cuerpo, ropa elegante de oficina, una coleta que dejaba ver su cabello arrepentido, castaño, ojos negros, lentes, 172 de altura, unos 25 años tal vez y un lunar al en su mejilla izquierda, o yo estaba muy distraído ayer o me cambiaron a la bruja, pero en ese momento, en vez de tener ira o miedo me dio un quién sabe qué, que me hizo sentir pena y tragando grueso le dije:

- Repartidor: emmm… señorita Janet, yo quisiera, bueno no sé si usted me dejara, es que vera, como le explico, yo soy el idiota de ayer, bueno, no me llamo idiota, me, llamo Daniel, pero…

- Janet: si, ya se Daniel, por favor acompáñeme a mi oficina, allí se sentirá más tranquilo…

¡Está loca! La presencia de Sofía me daba algo de seguridad y compañía, camino a su oficina por lo contrario me siento de camino al matadero, yo he sido un buen muchacho Dios mío ¿Por qué a mí?

12 de Junio de 2021 a las 09:34 0 Reporte Insertar Seguir historia
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