jessica_black_ Jessica Black

Noah ha pasado varios años intentando perdonarse a sí mismo por el asesinato de su primer amor. Condenado a la rutina de seducir a alguien para intentar olvidarlo, se ve envuelto en un pasional beso con su amigo Alex. La sorpresa de ambos es grande al darse cuenta de que algo en esa escena hizo que la forma en la que miraban al otro cambiara por completo. En sus ojos creció la lujuria, el deseo y un problemático romance correspondido. Quieren estar juntos, pero no va a ser fácil. El padre y la hermana de Noah están listos para destruirlo con su homofobia. La novia de Alex ha comenzado a golpearle. Inclusive sus pasados se han enredado creando serios malentendidos. Cuando todo se ve mal ¿podrá el estar juntos ayudarlos a escapar de su dolor? Ig: jess28_jess28 Obra registrada


LGBT+ No para niños menores de 13.

#romance #gay #yaoi #chicoxchico #juvenil #lgbt #bl #boyslove #romance-gay
4
511 VISITAS
Completado
tiempo de lectura
AA Compartir

PRÓLOGO

—Hola, León, mi amor —murmuró Noah sentándose—. Te traje flores. Sé que te gustan los lirios así que compre los más hermosos que tenían en la tienda. Te pensé todo el día de ayer. Te pensé todo el día de hoy y ya no lo soporté. Decidí venir a verte —sus manos temblaban con cada palabra—. Mi semana no ha sido tan interesante... Salí a pasear un rato, cocine nuevas recetas e hice pastel por primera vez en mucho tiempo. Lo vendí para poder comprar esto —enseñó el ramo con orgullo—. Valió la pena ¿Sabes? No podía venir sin traerte nada... pero... maldita sea...

En los pocos segundos que logró mentirse a sí mismo con que era feliz, la voz de Noah fue tranquila. Pero al ver al epitafio nombrar al amor de su vida, volvió a quebrarse. Lanzó las flores a un lado. Tomó la llave de su colgante. Sacó su cajetilla de cigarrillos y tras quemarse varias veces los dedos para encender uno, lo logró.
Quería morir en ese instante. El sabor hizo que se estremeciera. Nada era más delicioso que un cigarrillo lleno de veneno en las noches de depresión. Exhaló con fuerza antes de echarse a reír de sí mismo y de su debilidad.

—Odio mi vida —murmuró—. Odio tener que vivir. Odio a mi hermana. Odio a mi padre. Odio a la gente. Odio todo lo que se mueve. Odio estar aquí... Especialmente si no es contigo —gruñó— ¿Puedes decirme de qué sirve seguir vivo si no puedo verte? ¿Puedes decirme por qué me abandonaste? ¿Puedes decir algo?

El silencio de la noche fue tal que volvió a romperle el corazón en mil pedazos. Aquellos trozos se incendiaron haciéndolo sudar. Estaba enojado. Entonces reclamó:

—¿Crees poder decirme que me amas, León...?

Lágrimas heladas rodaron por sus mejillas con la intención de cortar su piel. Mordió su labio con fuerza antes de darle una probada más al cigarrillo. Como cada vez que iba, volvió a soltar sus pensamientos. No podía hablar con nadie. Solo el amor de su vida lo entendería. No importaba si estaba muerto o no.

—¿Crees que pueda ser feliz de una buena vez? Estoy harto de todo esto. Quiero ser feliz y no lo soy. Quiero alguien que me abrace y que pueda sentir el maldito calor del amor. Quiero poder soñar y reír ¿Qué no puedes hacer nada para enviarme a alguien así?

Estaba furioso, pero el momento en el que se dio cuenta de que no estaba bien lo que decía, cambió por completo sus palabras.

—¿No puedes hacer nada para volver y darme un último abrazo...?

Con gran dolor en el pecho y un deseo irremediable de ser querido de la manera correcta, dejó todo arreglado antes de volver a casa. Sus pesadillas se volvían realidad cuando caminaba por el lugar. Podía ver en todos lados un punto en el que había sido golpeado por su padre o por su hermana. Se sentía decepcionado de dejar que le hicieran todo lo que les daba la gana. Agachó la cabeza antes de subir sabiendo que no podía hacer nada.
Al día siguiente llegó temprano a la universidad para comenzar un nuevo semestre. Estaba tan enojado con todo el mundo, que el aura que emanaba era por un efectivo repelente de humanos. Alejaba a todo el que quería sentarse cerca, a todos menos uno.
Alexander entró por la puerta principal del salón, saludo a todo el mundo y acercándose al chico de cabello claro quien intentaba evitar contacto visual, se lanzó a darle un fuerte abrazo que lo dejó sin aire. No le dio la oportunidad de moverse ni un centímetro.

—¡¿Qué mierda haces, Allamand?! —gritó con odio.
—¡Solo quiero abrazarte! ¡Sabes que no vas a poder soltarte! ¡Quédate quieto! ¡Todo estará bien! ¡No nos hemos visto en mucho tiempo! ¡No puedes negar que me extrañaste!

Causándole una risa que tuvo que esconder para no ser visto, Noah se sonrojó al sentir el verdadero calor que había buscado por casi dos meses seguidos. Cerró sus ojos y lo disfruto unos cuantos segundos antes de darse cuenta lo peligroso que era. Vibraron sus rostros al mismo tiempo y sus narices chocaron haciendo a asustar a Noah de tal manera que sin medir su fuerza, lo empujó. Sabía que no debía dejar que se le acercara tanto. No debía jamás dejar que se acercara así en clase. No podía hacerlo. Le asustaba hacerlo. No quería terminar gustando de aquellas situaciones incómodas. Era solo su amigo. No podían ser nada más. Tampoco quería serlo. Apretó los dientes y viró el rostro. Se había sentido tan reconfortante ese abrazo que quiso repetirlo, pero él final lo aterraba.

Pocos segundos después se retractó de todo al escuchar la voz de una mujer y el reconocible sonido de los besuqueos. Regresó a verlos para reclamarles. Pero su integridad se hizo trizas en el momento en el que deseo ser él el que lo estuviera besando con tanta pasión apareció.
Recordó vagamente lo que había dicho la noche anterior en el cementerio. Un abrazo reconfortante y caluroso. Era lo mismo que había sentido en ese instante. Cuál inocente, imagino lo que podría ocurrir si es que pasaba algo con Alex. Un dulce beso. Otro abrazo como esos. Ciertos toques prohibidos. El roce de sus pieles. Sonrió sintiendo que parecía un adolescente idiota. Quiso olvidarlo por su cuenta, más fue obligado por otro cuando escuchó a su pareja entrar por la puerta y gritar con una sonrisa.

—¡Empezaremos en unos cuantos minutos! ¡Preparen todo! ¡Feliz inicio de semestre, chicos!

Noah no pudo ignorarlo.
Se había olvidado lo increíble que se veía su novio cuando usaba el traje de maestro de universidad. Pero no se había olvidado la razón por la cual estaba a punto de terminar toda relación con él.

22 de Abril de 2021 a las 22:18 1 Reporte Insertar Seguir historia
1
Leer el siguiente capítulo CAPÍTULO 1

Comenta algo

Publica!
Bryan Jaquez Bryan Jaquez
La forma en la que está escrita, me engancho desde que leí el primer párrafo, y los personajes, prometen mucho.
January 07, 2022, 01:58
~

¿Estás disfrutando la lectura?

¡Hey! Todavía hay 33 otros capítulos en esta historia.
Para seguir leyendo, por favor regístrate o inicia sesión. ¡Gratis!

Ingresa con Facebook Ingresa con Twitter

o usa la forma tradicional de iniciar sesión