La reina... Así era como me llamaban los hombres en el club nocturno donde solía bailar, me montaba en el escenario, interpretaba algunas canciones y para el final de la noche me iba con uno de ellos a casa. En un principio, fue por necesidad, para el final, se volvió costumbre. Noche tras noche iba a la cama con un hombre distinto, para el amanecer me despertaba sola en la cama, con el pago por mis servicios al lado.
Pero llega un punto en la vida en el que la monotonía te aburre a tal punto, que quieres ser solo una persona, que lleva una "vida normal", estaba cansada del desapego con los hombres, quería enamorarme, casarme y tener hijos. Y sabía a lo que me enfrentaba, porque ¿Quién en su sano juicio, se iba a enamorar de una prostituta? ¿Quién sería capaz de aceptar mi pasado, y hacer mejor mi futuro?
La respuesta era obvia. Pero la idea de ser amada no me quitaba tanto el sueño, como la de ser madre. Soñaba con traer al mundo una criatura que me diera una razón para creer que no estaba tan rota, que aún después de todos mis errores, podía amar y ser amada por mi propia sangre....
Cuando era niña no supe lo que era ser amada... al menos no por mi madre, normalmente estaba tan drogada que ni podía distinguir a ninguno de sus 4 hijos, ni siquiera era capaz de saber quiénes eran nuestros padres. No era capaz de muchas cosas por eso la abuela nos llevó con ella, nos dio un hogar, nos protegió, nos dio amor y se preocupó por nuestra educación. Por ser la más pequeña siempre tuve su atención y como consecuencia de ello, el desapego y el odio de mis hermanas Aranza y Alexa, en cambio mi hermano Aran siempre fue distinto conmigo, para él, yo era su princesa.
Todo iba bien, hasta que una mañana sin más, la abuela no despertó, y Aranza la encontró tendida en la cama sin vida. Para ese entonces yo tenía 14 años y mis hermanos ya eran mayores, cada uno cogió por su lado e hizo su vida lejos, sin incluirme. Excepto Aran, quien de vez en mes venía a casa y traía comida, el resto del tiempo tenía que arreglármelas sola.
- No te dejare sola Amanda - me dijo antes de irse a trabajar lejos.
La abuela siempre dijo que cuando creciera sería una muchachita hermosa, con mi piel morena, cabello negro y lacio, un cuerpo lleno de muchas curvas para una niña de solo 14 años, eran cosas, para nada favorables, ya que vivía sola en una barrio donde los hombres no eran respetuosos, y para mi desgracia un tarde, cuando iba de camino a casa un degenerado sin corazón, abuso de mí, acabo con todo lo bueno que podía haber en mi mundo, se llevó hasta la última gota de inocencia que habitaba en mi ser. No fui capaz de decirle Aran ese mes cuando volvió a casa, simplemente no pude, tuve miedo por él, de que fuese a cometer una locura. Tampoco fui capaz años más tarde de decirle que su hermana menor, su princesa, trabaja como prostituta en un burdel de mala muerte.
Una de las peores decisiones que tomé en mi vida, y muchas veces desee no haberlo hecho, pero aquí estaba, semi desnuda, bailando pole dance sobre un escenario hasta que algún tipo con suficiente dinero me llevara a algún hotel. Nunca a su casa, o a la mía, no me arriesgaría a que alguien llegara y descubriera lo que tanto me avergonzaba. Con el tiempo pasó lo inevitable, sin embargo jamás imaginé que mi hermano iría a ese lugar, y me encontraba casi sin ropa, sobre las piernas de un viejo verde que me manoseaba. Si creía que ser olvidada por mi madre, haber perdido a la abuela, o ser violada era lo peor que me pudo haber pasado, estaba equivocada. Porque ver la decepción y el asco en los ojos de mi hermano, era mucho peor que todo lo demás.
Y así fue como lo perdí a él también, simplemente se alejó de mí, como todos lo hacían. Sola, a los 17 años, siendo una prostituta barata. Estoy segura de que si mi abuela estuviera viva diría "Amanda no puedes irte por la vía fácil, lo que fácil viene fácil se va" y lo sabía... Sabía que era una cobarde por irme por lo más fácil, después de ser violada, sentí que ya no era merecedora... de una vida como en los cuentos de hadas, ya no era pura, ni digna de nada.
Gracias por leer!
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