ivis Ivana Simón

De niño me habían enseñado a mantenerme alejado de las Iyawas, también conocidas cómo sirenas, porque encantaban con su belleza para luego arrancarte la piel. Había crecido escuchando historias de grandes marineros, cómo mi padre y mi abuelo; ya había cumplido 18 años y había terminado mi primer bote. La prueba del marinero para convertirse en hombre era pasar una noche en el mar pescando en la balsa y volver con un pescado que me gustara y el resto devolverlo al mar. Estaba emocionado y quería salir lo antes posible...


Fantasía Épico No para niños menores de 13.

#sirena #astros #Escorpio #marinero #343 #mar #mares #corazón-agitado #magia #217 #love #amor #amistad #lazos
Cuento corto
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Un cuento de ultramar

¿Quieres saber porqué se crearon los primeros objetos sumergibles? ¿Te gustaría saber cómo apareció el primer submarino y quién lo hizo? Tal vez no conteste todas tus dudas ahora... pero te aseguro que en el momento debido ya no habrá más misterio.

No es necesario que te indique un tiempo y un lugar, pues la historia transcurrió en un pequeño pueblo de marineros que daba a una costa extensa para luego dar con el mar más azul y precioso que podrías llegar a imaginar.


— I —


En aquel poblado había un niño llamado Yohei, que significaba mar en calma, era un pequeño amable y juguetón, soñaba con cómo sería el primer bote que construyera mientras que buscaba maderas pequeñas en la costa para hacer prototipos en miniatura.

—¡Yohei a comer! — exclamó Yanil, su amorosa madre

—Ya voy mamá — respondió mientras corría hacia ella para darle un abrazo

Su padre, Brishon miraba desde la mesa esperándolos, mientras contemplaba con ternura aquel cuadro de madre e hijo, que le recordaba tanto a como él trataba a su madre.

El almuerzo era una sopa de pescado con trozos de pan tostado para remojar, tres niños y dos adultos estaban sentados a la mesa, Yohei miró fijamente a su padre. Luego de unos segundos sus miradas se encontraron y el hombre no pudo evitar sonreír al ver la terquedad de su pequeño niño día tras día.

—¿Quieres que vuelva a contar la historia? — preguntó mientras sonreía

Los tres niños miraron con felicidad, mientras se acomodaban mejor en sus asientos, mirando expectantes a sus padres. Quienes cruzaron sus miradas y se sonrojaron.

—Hace unos doce años yo era más joven — empezó contando Brishon — y al igual que los jóvenes de mi época yo quería cazar una sirena para venderla a un gran precio y convertirme en un hombre rico. Antes detestaba estar aquí pues estaba aburrido y lo único que hacía desde los dieciocho años era navegar en mi bote tratando de encontrar un místico ser. Cada día empezaba y terminaba igual, hasta que un día me dormí y mi bote encalló, por el golpe me estaba por desmayar y morir ahogado, cuando fui rescatado por un ser precioso a quien confundí con una sirena y cuando ya me había arrastrado a la costa la agarré con lo que me quedaban de fuerzas y no la solté hasta sentirme mejor. En mi interior estaba satisfecho, pensé que había logrado mi cometido, a su vez estaba sorprendido, era una sirena muy fuerte quien no paraba de golpearme las costillas.


Los niños reían disimuladamente mientras trataban de seguir comienzo, su padre los miró con picardía y tomó unos sorbos de sopa antes de continuar.


—Pasaron varios minutos antes de que recuperara mi visión y me di cuenta que a quien tenía al lado no era una sirena, sino una joven mujer a quien sostenía impetuosamente de su cintura baja. Ella estaba muy molesta y cuando la solté no aguardó ni un minuto para incorporarse, patearme y salir corriendo — contaba mientras aguataba de mostrar una gran sonrisa — era una mujer muy hermosa y ágil, en ese momento las sirenas me dejaron de importar, abandonar el pueblo ya no era mi objetivo, lo único que quería era volver a verla... pero pasaron varios meses hasta que finalmente pude acercarme más a ella, luego de un dos años nos casamos y tres años después nació nuestro primer hijo... desde entonces sentí que no me faltaba nada, realmente ya tenía todo lo que quería y podría haber pedido algo mejor...


Tomó la mano a su esposa y dulcemente le dio un beso en la mejilla mientras los niños se escandalizaban. Yohei tenía seis años, mientras que Galia y Nhala tenían cuatro años; eran gemelas traviesas y escurridizas que hacían asustar a sus padres cuando se tiraban al mar a nadar.

Sus padres les habían explicado pacientemente los peligros del mar, cuando las olas cambiaran de color no tendrían que entrar hasta que fueran adultos y aún así tendrían que tener mucho cuidado.


Cada día al llegar la noche los niños se dirigían a sus habitaciones, las niñas compartían una habitación mientras que Yohei tenía otra por aparte. La casa no era muy grande, sólo había tres habitaciones, un baño y un living-cocina que todos compartían en cada comida del día.

Durante el día cada uno tenía sus actividades, a la mañana los niños se preparaban para ir a la escuela y almorzaban allí, al volver ayudaban con los quehaceres de la casa por unas horas y luego re retiraban a terminar sus tareas para la escuela.


La niñez de los pequeños transcurrió sin sobresaltos, a los diez años Yohei había empezado a ayudar a su padre en la preparación de los botes.

—Padre ¿Porqué los botes no se hunden? — preguntó Yohei con total seriedad

—Porque están preparados para que no les entre agua estando el altamar - contestó Brishon

—Pero mi pequeño bote se hundió apenas lo puse en el agua — replicó el pequeño con una expresión de frustración

Brishon lo miró con ternura y seriedad, se agachó y puso sus grandes manos en el pequeño hombro del niño, levantó su mentón con un dedo para que este lo mirara a los ojos.

—A lo largo de tu vida vas a ver a tus botes hundirse, vas a perderlos pero tu no tienes que hundirte con ellos, con cada uno aprenderás algo nuevo y así podrás ver el horizonte de fuego a tus dieciocho años...

—¿También podré ver un hijo de la luna?

Brishon lo miró con confusión y se puso de pie de un salto para luego agarrarse la cabeza y volver a agacharse para ver a su hijo directo a los ojos.

—Las Iyawas son las hijas e hijos de la madre de doce caras, cada uno nace con las características que le otorga una de las caras; algunas son más agresivas que otras pero todas son peligrosas, nunca lo olvides... — expresó su padre para terminar diciendo — las sirenas son tabú, no hables de eso con extraños por favor...

—Si padre — respondió tranquilamente


Yohei realizaba sus tareas diligentemente y con el tiempo fue mirando cada vez menos hacia sus fantasías y se centró en tener listo su bote para que cuando cumpliera dieciocho años pudiera continuar con la tradición del pueblo. Y así los años pasaron...


— II —


—¡Hermano! — gritó enérgicamente Nhala

—Ya voy — respondió

—¿Te falta menos?¿Me llevarás en tu primer viaje?

—Aún tengo que probarlo para estar completamente seguro que no te pasará nada — respondió sonriendo

—Que aburrido eres — replicó entre pucheros

Yohei levantó a su hermana para hacerla girar por los aires, luego de unos minutos de diversión ambos se dirigieron a casa para almorzar.

Esperaron sentados en sus respectivos lugares hasta que llegó Brishon quien se disculpó por hacerlos esperar, se quitó su gorro y luego de lavarse se sentó en la mesa. Janil sirvió los platos mientras escuchaba sobre la buena pesca y venta que habían tenido en la mañana.

Mientras comían Brishon hizo una pausa y su mirada triste mostraba toneladas de preocupación, comía lento y no hablaba mucho.

—¿Qué más ocurrió? — preguntó Janil a su esposo una vez que estaban solos

—El mar se está tornando violeta y dorado, llegará en dos semanas a la costa...

—Pero en dos semanas será el cumpleaños número dieciocho de Yohei...

—Sí... — contestó Brishon mientras se masajeaba la frente

El silencio se apoderó del lugar y un portazo los hizo estremecer, Galia estaba parada en la entrada de la habitación de sus padres, sus mejillas estaban coloradas y las lágrimas mojaban sus pecas.

—No pueden dejarlo ir... no pueden... — sollozó

—No podemos impedirlo... — respondió Brishon con voz cansada — posiblemente ya lo sabe...

—Ta vez no sea tan mala por ser joven...

—El tiempo es distinto para ellas... no tienen edad y han existido desde los inicios del mundo, sólo que esta recién llegará al mar en dos semanas... — respondió a su hija mientras movía sus manos ansiosamente.


Los días pasaron y Galia había prometido no decir nada a Nhala hasta que ella se diera cuenta sola; los hermanos eran muy unidos pero la idea de que Yohei tuviera que pasar una noche en el mar, justo cuando llegara un nuevo ser místico no era para nada reconfortante.

Aquel ser seria una hija de la luna Ariana, potente, salvaje e imprudente. Las hijas de aquella luna eran conocidas por su nivel de agresividad incalculable, cada una había iniciado cobrando la vida de la primera persona con la que se toparan.

Los colores morados en el mar indicaban un nacimiento, mientras que las líneas doradas decían que era una hija, si estas eran plateadas se trataría de un hijo. Mientras que si el mar de tornaba negro querría decir que algún ser místico había muerto o había sido apresado para nunca más acercarse a la superficie.


— III —


—Feliz cumpleaños a ti... — cantaron sin poder ocultar su tristeza y preocupación

Yohei miró a su familia y los abrazó uno por uno, trataba de calmar sus miedos pues el ya los había sustituido por curiosidad.

—Tranquilos voy a estar bien — expresó con la intensión de darles un poco de paz — es más... me aseguraré de traer algo muy especial para que podamos recordar este día con la alegría que es debida

Todos sonrieron pues no quería arruinar su día especial; el pescado asado y el pan de huevo eran muy sabrosos, Brishon había comprado una cerveza para tomarla con su hijo luego de almorzar. Galia y Nhala habían preparado una cesta llena de frutas para que Yohei se llevara en su viaje.

Según la tradición tendría que adentrarse en el mar en un bote construido únicamente por él y debía pasar desde la tarde del día de su cumpleaños hasta la tarde del día siguiente pescando.


Yohei tenía todo listo desde los días previos, unas horas antes cargó el cesto con frutas, lo que quedaba de pescado asado, el pan y abundante agua. En su bolso había guardado los crayones al oleo y su cuaderno de pinturas que había comprado trabajando para el dueño del almacén del pueblo.

También tenía dos mudas de ropa y una manta por si refrescaba mucho en la noche. La ropa que tenía puesta era liviana y en su costado izquierdo tenía una daga larga, que sus amigos le habían regalado en su cumpleaños anterior.


Antes de partir volvió a abrazar a cada uno y les prometió que volvería sano con muchas historias por contar. Todos miraron con amor mientras una daga atravesaba sus corazones. Rezaban que no sea una sirena la que llegara al mar, rogaban por la seguridad del joven hombre quien había nacido bajo el sol de Piscis y la luna Taurina.


— IV —

Yohei subió al bote mostrando la mayor serenidad posible, estaba ansioso pero lo que más clamaba su corazón era iniciar aquel viaje. Se estaba lazando al mar con vehemencia, tal vez algo de imprudencia pero era lo que más anhelaba.

Los músculos de sus brazos se marcaban mientras remaba, la tela delgada se humedeció por la bruma del mar y luego de remar por media hora hizo una pausa para descansar.

Aún era temprano y el calor del sol lo hacía sudar, antes de comer se lavó la cara con el agua que tenía en una botella, pero al mirar al mar pudo captar los efusivos colores morados decorados de líneas doradas en el fondo del mar, los cuales subían y bajaban de la superficie.

Ante tal belleza Yohei se tentó de intentar tocar aquellos colores, hipnotizado sumergió la mano sin pensarlo, el dorado se sintió como agujas clavadas mientras que el morado eran caliente y ardía. Sin moverse rápidamente sacó su mano del agua y la miró detenidamente, no había marca alguna y la sensación de ardor y dolor había desaparecido.

Luego de comer casó sus crayones al oleo y pintó los colores del mar junto con el sol ardiente en el horizonte. Al terminar vio que había empezado a atardecer y se apresuró para remar por una hora más y llegar al punto que había estimado.

Las olas habían ayudado a que se internada cada vez más, durante todas esas horas las olas lo habían adentrado al mar al punto que veía la costa como una marca casi invisible en el horizonte.

Cuando se disponía a pescar pudo ver como el cielo se oscureció en un instante y la luna tornándose roja largó un destello de luz al costado del bote de Yohei, de las profundidades del mar, grandes animales de luz morada emergieron y lo rodearon, nadando en círculos perfectos, cada uno en una distinta órbita se unió al conjunto siguiendo un ritmo.

De las profundidades del mar se sentía retumbantes sonidos como tambores, los animales emitían distintos sonidos al compas de los demás.

Unas ballenas inmensas aparecieron, el gris plateado de sus cuerpos era lo más llamativo junto con las líneas azules de sus espaldas; ellas se unieron con movimientos lentos a los demás y largaron chorros de agua por sus espaldas, lo más extraño es que el agua era dorada y quedaba en suspensión mientras giraba en sentido contrario a los animales.

Yohei estaba absorto, sin saber que pensar, sin mover un sólo músculo de su cuerpo, quería recordarlo todo para poder dibujarlo, quería atesorar ese momento en su memoria y su corazón.

No estaba seguro de cuanto tiempo había pasado pero cuando el espectáculo mágico terminó sintió que habría querido que durara un poco más.

En el mismo orden en que aquellos fenómenos habían ocurrido es que se retiraron, primero la luna dejó de emitir un fuerte destello y los animales volvieron a las profundidades en silencio.

Pero ese no era el final y las aguas comenzaron a moverse violentamente...


—V—

15 de Marzo de 2021 a las 01:43 3 Reporte Insertar Seguir historia
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Continuará…

Conoce al autor

Ivana Simón Aquí Ivis, escritora y ardua lectora de ciencia ficción, misterio y romance. Me gusta indagar en distintos géneros literarios tanto para leer cómo para escribir. Mi Instagram: _ivi_simon_ Facebook: Ivana Simón (Ivis)

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Carolina P. Carolina P.
Es una hermosa historia, necesito el final jaja
January 29, 2024, 14:52
Elly Castro Elly Castro
Muy interesante. La lectura es muy fluida.
September 21, 2021, 19:54

  • Ivana Simón Ivana Simón
    Muchas gracias por tu apoyo. Espero ya terminar de revisar el resto del cuento y subirlo (人 •͈ᴗ•͈) September 21, 2021, 21:22
~