Tampoco como el techo de su dormitorio tenía un color rojo opaco, a decir verdad casi toda la habitación se encontraba de esta forma... no encontraba el motivo, ni su cabeza dando vueltas ni el sentirse pesado lograban darle una pista.
La rareza que sentía dentro de su propio cuarto se transformó en miedo propio, podía divisar un hombre vestido de traje al lado suyo... sentado en la silla de su escritorio para ser más exacto, verlo con una sonrisa lasciva y ojos fijos en él.
Al menos eso podía observar dentro de la casi oscuridad absoluta.
Pensó rápidamente en varias cosas, su cabeza no podía razonar del todo ya que empezaba a entrar en pánico.
Drogas, espíritus demoniacos, algún psicopata o hasta un ladrón...
Lo que atinó a hacer rápidamente fue taparse con su sabana lo más rápido posible, esperando que sea lo que estuviese sucediéndole dejase de serlo...
Sintió el ambiente más cálido y el corazón latirle más rápido de lo normal, pudiendo casi sentirlo salir de su pecho. Estaba realmente asustado y todo era demasiado desconcertante a decir verdad.
—¿Por qué me tienes miedo? Si por decisión tuya yo estoy aquí...
El ceño de Jeongguk se frunció al instante, el tipo tenía una voz muy ronca, un tono tan grave que puede asegurar con certeza no haber escuchado a alguien hablar tan bajo nunca.
Y por supuesto, esa afirmación que había mencionado el contrario, a que se refería con esas palabras, se encontraba seguro que no había contratado a ningún gigoló.
Peor invitar desconocidos dentro de su departamento, el vivir solo le ha enseñado a ser demasiado sobreprotector consigo mismo.
Decidió descubrir su rostro lentamente y quitó la sábana que lo cubría, pestañeó varias veces para poder divisar de mejor manera al contrario.
El mismo proyectaba un aura pesada, como si demandara o pidiese algo. Sus ojos, los cuales por alguna razón Jeongguk creía que brillaban de un color anaranjado encendido, eran lo que más se daba a notar dentro de las cuatro paredes.
Como si estuviese en realidad viviendo una película, se dio cuenta que solo el lado del dormitorio donde se hallaba el, era la única parte con luz del mismo... pese a que la misma era demasiado tenue, la presencia del tipo extraño se daba a notar.
—¿Quién... eres tú? —peguntó con la voz entrecortada y el miedo invadiendo su ser, ni siquiera pestañeaba creyendo que podía perder de vista al contrario.
—Basta de rodeos Jeongguk —el hombre de los ojos resplandecientes y sonrisa ladina se levantó de la silla en un abrir y cerrar de ojos... posicionándose en frente del mencionado, la presencia de este era imponente, podía sentir realmente como solo el oírle lo dejaba vulnerable... hasta cierto punto de sumisión.
—Estoy aquí porque tú lo quisiste así —el cabello del tipo extraño era de un color castaño intenso, mismo que juró ver cómo se encendía en llamas para transformarse en un color rojo, igual o más fuerte que el anterior.
Con un ademán de manos que pareció mover en dirección al cuerpo de Guk, la sábana que cubría a este último salió disparada hacia algún lugar del dormitorio.
El miedo en el rostro de Jeon podía notarse a leguas, se hallaba aún más pálido de lo que generalmente es... solo que no se divisaba por el tono carmín que predominaba ahí dentro.
—¡¿Q-quién mierda eres?! No he llamado a nada ni a nadie, aléjate de mi... por favor, ¡No sé que clase de ente seas pero desaparece! —luego de gritarle al contrario, sintió su cuerpo entero tensarse... no podía mover una sola extremidad, únicamente observaba fijamente como su dormitorio comenzaba a presentar un ambiente más claro, dejando ver mejor al extraño hombre frente a el.
En su mente lucía realmente perfecto, pese a lo que se encontraba viviendo en ese momento... la indescriptible belleza que el contrario poseía era digna de darse a notar.
No entendía como aquella escena en la que se encontraba viviendo pudiese realmente estar pasando.
El desconocido giró la cabeza haciendo sonar su cuello, se agachó un poco para encontrarse a la altura de la cama y ahí comenzó a gatear lentamente mientras se acercaba hacia Jeongguk. Con la mirada hizo que los brazos del pelinegro se alcen y las muñecas de este queden juntas, inmovilizándolo aún más.
Mientras los centímetros se iban acortando lentamente ya que el pelirrojo se avecinaba de una forma un tanto rara, las prendas de este comenzaron a desaparecer como si de arena se tratasen.
Jeongguk sentía su respiración acelerarse, el pánico no lo dejaba pensar con claridad y el desconocido hombre semi desnudo que se aproximaba lentamente hacia él.
Tragó fuerte cuando el contrario se posicionó encima suyo, entendiendo rápidamente lo que el contrario iba a hacerle.
Y en otra circunstancia, por supuesto que aquella situación le hubiese encantado vivirla... sino fuese por lo extraño que se encontraba sucediendo todo, otra fuese su reacción sin duda.
Había estado rogando a diario que algo parecido le sucediese, que por fin sus aburridos años de castidad dejasen de ser contados para experimentar con su cuerpo junto al de otra persona, no a solas.
El hombre o ente que se hallaba encima suyo era realmente hermoso, pese a la extraña aura que podía sentir le rodeaba... sus ojos no podían negar lo varonil y atractivo que se veía.
—Gracias...
—¿Qué?
—Gracias por pensar que soy atractivo... —sonrió lascivamente antes de morder su labio inferior.
—Pero yo...
—Puedo leer tu mente, Jeongguk... y sé que esto realmente es demasiado extraño —Fijó la mirada en la lechosa piel del cuello contrario, las pupilas de sus ojos se encendieron nuevamente brillando de un naranja oscuro, el tipo realmente estaba conteniéndose—. Pero tú mismo rogaste por esto, hace días... yo únicamente lo que hago es complacerte.
—¿Yo rogué? Pero en qué momento... —El pelinegro recordó al instante las noches pasadas, en las cuales por pura desesperación y en lo frustrado que se encontraba, le pidió a cualquiera que le escuchase su "deseo".
Estaba cansado de la vida casta que llevaba y ya el auto saciar sus deseos carnales no estaba funcionando del todo, al menos ya no lo sentía así.
—Pero no quería esto, yo no me refería a perderla de esta for..
—Ese no es mi problema en lo absoluto, tus ruegos fueron escuchados y ahora serán cumplidos... no cayó en las mejores manos la verdad —Alzó sus cejas y dirigió la mirada de manera sarcástica a un lado, burlándose de la mala suerte contraria—. Pero esto es lo que conseguiste, para la próxima se más explícito, y de esa manera un demonio como yo no habrá oído tu petición.
—¡¿Demonio?!
—Si, demonio... y ya basta de todo esto porque en serio quiero hacerte mío, vamos a comenzar.
—¡No no, espera! —Jeongguk intentaba zafarse del que ahora y más que nunca consideraba un ente malimno, el cual por supuesto no iba a dejar que escapase a ningún lado.
—Usualmente no suelo hacer esto con los que me buscan por motivos carnales pero ya que, haré que te sueltes un poco... —habló el demonio antes de juntar sus labios con los del contrario, exhalando algo parecido a vaho de un color rojo brillante.
Los ojos del menor brillaron del mismo color antes de parpadear y mezclarse con su almendrado usual.
Lo último que Jeongguk recuerda antes de sentirse demasiado caliente, era al contrario quitándole las prendas de encima para poder palparle mejor... y no comprendió por qué el estaba ayudándole con aquel cometido.
.
.
.
Respiraba agitado gracias a las embestidas que el contrario le propinaba junto a ese delicioso vaivén de caderas que imponía, sintió como sus manos se clavaban en el colchón al tratar de llevar el ritmo de Taehyung... una capa de sudor encima de los dos por el calor emitido los cubría, abría la boca al sentir como el contrario se abría paso entre sus paredes con su longitud sin reparo alguno.
Dirigió su mirada hacia la de Taehyung y pudo jurar correrse de lo bien que se veía, el demonio de rodillas sobre su colchón, con su pierna izquierda encima del hombro... amasando su muslo con las venosas manos que tiene.
Se le escapó un gemido ronco cuando agachó un poco la vista, pudiendo divisar como la pelvis contraria así mismo llena de venas se movía de un lado a otro, dejando ver a ratos como el pene entraba y salía con locura de sus entrañas.
—¡Demonios Jeongguk! Aprietas demasiado rico... —pronunció el mayor con el tono de voz más grave que de costumbre, sus gráciles hebras de cabello color carmesí se movían de un lado a otro por la longitud de estas, algunas pegándose a su frente y cuello por el sudor segregado— Quién diría que un virgen como tú podría resistir tanto, ¿Te gusta? Dime si te gusta esto...
La constancia con la que el pelirrojo lo penetraba disminuyó considerablemente, en segundos, el pene de este empezó a crecer en longitud y anchura... ahora pudiendo ver en el estómago de Guk como la forma de su falo se notaba en esta al meterlo todo.
Los gemidos de Jeon se volvieron más recurrentes y audibles, con cada lenta pero certera embestida que el contrario le daba, podía realmente sentirlo dentro suyo... abriéndose paso entre sus entrañas.
Movió la cabeza desesperadamente en son de afirmación, dejando su torso superior por completo encima del colchón y ahora situando sus manos sobre su abdomen... palpando el sugerente bulto que aparecía y desaparecía conforme el contrario lo iba penetrando.
—Más grande Taehyung, ¡Más grande! —rogaba para que el demonio aumentase el tamaño de su órgano, lo cual hizo sin dudarlo en el momento que el menor se lo pidió.
Alzó en el aire el menudo cuerpo contrario, y en ese momento empezó a agrandar su falo... debía complacer el deseo de Guk, deseaba realmente ser el único íncubo del chico.
Con la longitud que ahora poseía, podía fácilmente empalar al contrario y sin sostener su cuerpo pudo pararse con él encima del colchón mientras reanudaba el clásico movimiento de pelvis, dentro del humano, sus órganos eran masajeados constantemente por la anchura del demonio... la estimulación que le estaba brindando lo estaba llevando al punto de locura, no entendía como algo así estuviese sucediendo; pero de todas formas se encontraba disfrutándolo como nadie.
El cuerpo de Taehyung también empezó a crecer conforme su falo lo iba haciendo, este caminó con Guk en el aire hasta que la espalda de este se encontró con una de las paredes de su dormitorio, agarró las manos del contrario y las posó sobre su ahora grandes pectorales... ahí comenzó nuevamente a moverse, entrando y saliendo lo que más le permitía su pene del culo del pelinegro.
Lo estimulaba de diferentes maneras para poder complacerlo, debía de gustarle a Jeongguk para de esa forma lograr su cometido a futuro... el efecto de lujuria que impuso en él ya no se hallaba activo así que las reacciones del menor eran verdaderas.
Por su parte, Jeongguk eyaculaba ya una segunda vez en la noche mientras el contrario le penetraba.. al mismo tiempo jugaba con su glande y repartía besos junto a mordidas por todo su cuello y torso, estos quedaban con marcas de color lila y algunas goteando sangre por la fiereza que el íncubo utilizaba en ellas.
El cuerpo de Taehyung medía el doble que el de Jeongguk, lo suficiente para hacer con él lo que se le plazca.
Sintió la necesidad de vaciarse y así lo hizo, agrandó únicamente su glande para impedir que su corrida no tenga la posibilidad de salir fuera de la entrada contraria; cuando se encontró seguro, soltó una gran cantidad de semen dentro del menor... pudiendo palpar como se contraía por dentro, ansiando acaparar más su esencia y así ser fecundado, cosa que claramente no podría ser, por el momento.
Cuando el demonio sintió que había empujado bastante ya su líquido dentro del humano, sacó su pene ya un poco deshinchando de la cavidad contraria, observando como de a poco comenzaba a chorrear sobre los muslos del menor.
Este último comenzó a urgar dentro de él hasta poder embarrar sus dedos, los cuales llevó hacia su boca para saborear a su íncubo.
—Quiero más... Dame más, Taehyung.
El mencionado sonrió y en respuesta su cuerpo creció aún más junto a su miembro.
Se sentó en la cama y abrió las piernas para que el humano haga lo que desease.
El pelinegro sintió como sus ojos brillaban al divisar lo grande que el demonio se volvía cuando él lo quisiese, sentándose en frente y tratando de tomar el pene de este en sus manos, comenzó a masturbarlo.
Era tan grande que le resultaba imposible siquiera con una sola mano hacer que el prepucio de este se mueva, teniendo que usar las dos para comenzar la clásica fricción alrededor de la longitud contraria.
Su palma izquierda la mantenía firme en la base del miembro, acariciando con movimientos circulares la casi lampiña pelvis del íncubo, mientras, su mano derecha apretaba con fuerza el balano de este... logrando que chorree líquido preseminal para tratar de esparcirlo alrededor del cálido y ancho tronco.
A ratos, jugaba con la corona del glande, sobando con sus dedos entre el prepucio y esta, tocando la circunferencia de este donde sabe es más sensible al tacto.
Incluso metió su índice en el meato urinario, el cual era lo suficientemente amplio y grande como para albergar su dígito... movió este en círculos dentro de la rosácea cabeza, teniendo al contrario gruñendo en alto por el estímulo brindado.
Lo siguiente que el azabache supo fue que chorros de esperma comenzaron a caerle en el rostro y torso, sintiendo lo tibio que este se encontraba empezó a tomarlo en manos para poder saborear más de este.
Sobó su rostro en el carnoso glande una y otra vez apretando este hasta encontrarse seguro que no quedase líquido por salir... solamente ahí se dignó a levantarse, posicionándose encima del falo contrario, específicamente colocándolo entre los cachetes de su culo.
—Esta vez párteme en dos, Taehyung... dentro de mí no dejes ni un espacio vacío sin ser tocado por tu venosa polla, préñame con tu tibio semen y deposita en mí a tus crías... haz posible que de a luz y tómame en cada momento hasta que mi cuerpo no pueda más.
El íncubo sonrió en demasía, Jeongguk se había prendado de él en esas horas... realmente ahora era suyo, y por supuesto iba a crearle un útero falso para poder preñarle.
La ancha punta comenzó a entrar nuevamente en el culo de Jeongguk, brillando ahora sus partes de un blanco intenso.
Los dos obtenían lo que al final de cuentas querían, Guk dejó de ser casto y comenzaría su vida sexual activa, de eso estaba seguro... aunque la manera en la que lo obtuvo dista de ser realmente normal.
Y Taehyung encontró a su humano perfecto para poder traer al mundo a varios cambión normales.
Su amo estaría orgulloso de lo que lograría.
Aunque ninguno de los dos sabía que después desarrollarían sentimientos por el contrario, los cuales traerían problemas para ellos... pero claramente, eso no es importante ahora.
El menor suspiró cuando tuvo dentro todo el falo, sintiendo como sus órganos eran ultrajado internamente... se sentía bien, y eso era lo importante en ese momento.
—Sé mi deseo eterno Taehyung, y vuélveme tuyo por siempre —le indicó al contrario mientras se corría de nueva cuenta y sentía que el mencionado lo llenaba también de su esencia.
.
.
.
Abrió los ojos asustado, sintiendo pesado el cuerpo al tratar de levantarse.
Movió la cabeza de un lado a otro, buscándolo como si en serio su falta de presencia realmente le hiciera falta.
Frunció el ceño colocando la mano derecha en su vientre mientras con la otra se ayudaba a sentarse, estaba demasiado abultado, como si estuviese esperando...
Empezó a gritar hasta que de su garganta no pudo salir más su voz, y por más que lo hacía, nadie llegaba en su rescate... estaba solo, como siempre... pero ahora con bebés dentro de él.
Las crías del íncubo con el que se acostó... el que esperaría regrese en su auxilio, para que le brinde una respuesta a todo.
Al fin y al cabo, él era su deseo... y tenía a sus hijos creciendo en su interior, mismos que lastimaría si Taehyung no regresase.
Se cubrió con su sábana y abrazó su cuerpo mientras esperaba por Tae, añorando que al despertar este se encuentre a su lado.
Holis ^^ este shot sería una segunda parte de la serie "Shots bizarros" Como el del tritón x humano :D
Espero les haya gustado, si gustan siganme en Twitter (@deseesaw) para interactuar, estaré subiendo aus por ahí ^^
Gracias por leer!
Podemos mantener a Inkspired gratis al mostrar publicidad a nuestras visitas. Por favor, apóyanos poniendo en “lista blanca” o desactivando tu AdBlocker (bloqueador de publicidad).
Después de hacerlo, por favor recarga el sitio web para continuar utilizando Inkspired normalmente.