Hola Jungkookie!
Sé que ha pasado mucho tiempo desde la última vez que nos vimos, y también sé que nos despedimos, no de la mejor manera por eso te escribo esta carta, aquí te diré muchas cosas que nunca te dije, y bueno, me despediré de ti para siempre.
¿Te acuerdas cuando nos conocimos? ¡yo sí! Era quinto grado, ambos éramos nuevos estudiantes y teníamos mucho miedo de la nueva escuela, pero entonces tú te acercaste a mí, y me preguntaste si quería ser tu amigo. Mi corazón latió muy fuerte ese momento, nunca me habían preguntado aquello, así que me sentí muy feliz.
Nuestra amistad fue creciendo con el tiempo, y cuando cumplimos los trece años, nuestros sentimientos comenzaron a confundirse, podría decirse que comenzaron a florecer.
Ahh, me da mucha nostalgia recordar lo lindo que eras conmigo. Dios, extraño tanto recordar cuando nos mirábamos a los ojos, y sin darnos cuenta, nuestras mejillas se acaloraban mucho.
Eras mi príncipe...¿lo recuerdas?
Transcurrieron los años, ya teníamos 18, 18!! Ninguno de los dos lo creía, habíamos crecido juntos Kookie.
¿Sabes? En momentos pesaba que tú sentías algo por mí, lo sentía en mi corazón, es que cada vez que me mirabas, y tus orbes negros brillaban como una preciosa luna llena sobre la inmensidad del mar; cada vez que me sonreías y podía sentir tu felicidad envolver mi corazón de una manera inexplicable; cada vez que me abrazabas, y me sostenías en tus brazos con delicadeza, con cariño, y besabas mi cabellera para después darme muchitos mimos; cada vez que nos acercábamos más de lo debido, como si quisiéramos tocar el cielo en los labios del otro.
Todo eso se fue acumulando en mi corazón, y lloraba todas las noches por ello, porque no quería equivocarme contigo, no quería arruinar nuestra amistad, no quería perderte, no podría soportarlo.
Pero toda esa tempestad se disolvió cuando fue el baile de fin de año. Jamás olvidaré ese día, ¿sabes por qué? ¡porque ese día me dijiste que yo te gustaba!
Ah, nuestros recuerdos juntos se han vuelto mi fiesta y mi duelo.
Ese día también me besaste, fue como materializar un hermoso sueño que por mucho tiempo me persiguió. Tus labios estaban sobre los míos, los latidos de mi corazón yacían por los aires, sentía mi cara tan roja, mi cuerpo temblar, pero estaba muy feliz, demasiado feliz.
Esa noche dormí con una enorme sonrisa en mi cara, sintiendo alegres mariposas revolotear en mi barriguita; fue la sensación más hermosa de mi vida. Aún no encuentro palabras para describir esa precioso momento.
Mi vida estaba marchando a la perfección. Tú y yo estábamos dándonos una oportunidad, yo no podía estar más agradecido y alegre por eso. Se lo dije a mi mami, a mis compañeros más cercanos, ¡a medio mundo! ¡Es que estaba tan feliz, Jungkook! Podría repetirlo una y mil veces, y jamás me cansaría. Tu fuiste sinónimo de felicidad.
—Gracias p-por existir en mi vida Taehyungie, gracias por hacerme f-feliz. Kookie te amo, t-te ama mucho mucho muchísimo, y así será siempre.
¿Recuerdas tu cumpleaños número 20? Pasamos todo el día juntos, y al final nos entregamos al otro. ¿Lo recuerdas cierto? recuerdas que esa noche me tocaste como si yo fuera una frágil figurita de papel, o quizá una delicada y suave rosa. Me besaste como nunca antes lo habías hecho, de tal forma que si recuerdo...aún puedo sentir la pasión en tus labios. Me hiciste tuyo Jungkookie, me hiciste el amor, me entregaste todo lo maravilloso del universo esa noche.
Justo ahora quiero gritar, quiero llorar, quiero tantas cosas Kookie.
—¿T-te gustó?
—Me encantó Jungkook, ¡me encantó mucho!
—Hagámoslo otra vez...s-si quieres. Prometo darte besitos hasta que cierres tus ojos.
Estoy sonriendo como un idiota ahora, lo siento
Mi mundo se volvió un paraíso de eterna felicidad.
Pasaron los meses, meses en los que me trataste como a un príncipe, como tú príncipe; meses en los que me escribiste canciones, me hiciste dibujitos, ¡muchas cosas! que por cierto me hicieron llorar mares durante muchísimos días, ¿cómo podías ser tan lindo conmigo? ¡¿cómo?!
Te juro que...creí que esa perfecta felicidad perduraría por siempre, pero como dice la gente, las cosas buenas no son eternas.
30 de diciembre, mi cumpleaños número 22, día que recuerdo con dolor a la perfección. Ese día preparé mucha comida, arreglé mi casita, decoré mi habitación, pues pasaríamos la noche y el fin de semana juntos. Pero ese día no apareciste, y me quedé dormido con el teléfono en la mano, esperando en vano un llamada de tu parte.
Al día siguiente, pasó lo que siempre temí que pasara. Mi corazón de cristal se quebró en mil pedazos...
—¿Q-qué?...J-Jungkook, mi amor-
—No Tae, p-por favor, esto...terminó ¿si?
—P-p-pero Kookie, no-
—Nunca te amé.
No lo procesaba, no lo creía, no podía asimilar como mi hermoso mundo se estaba desmoronando a tus pies.
—H-hablemos por favor, Jungkook, no...n-no te vayas, amor, amor p-por favor no me dejes.
—Basta Taehyung, suéltame, por favor d-déjame ir.
—¿C-cómo te ves tan tranquilo? e-estás rompiendo mi corazón, estás d-destruyendo a TaeTae, a tu TaeTae.
Aún puedo sentir el dolor en mis rodillas cuando caí al suelo para suplicarte, el temblor en mis manos cuando quise tomar tus piernas para impedir que te fueras de mi vida, la frialdad de mis lágrimas mojar mis cachetes, el desgarrador dolor que estalló en mi alma cuando cruzaste la puerta...y te fuiste.
Te fuiste de mí...
Simplemente te fuiste, te fuiste...aún cuando juraste que jamás lo harías.
Entonces me ahogué en la melancolía de la soledad, en la tormentosa tristeza que llevaba tu esencia, tu nombre. Así fue como tú, mi adorado príncipe Jungkook, me destruyó, me rompió el corazón, me desarmó mi alma.
Hace poco me enteré de que te comprometiste con la hermosa modelo Lalisa Manoban y que ella está embarazada, duele mucho ¿sabes?, duele como no lo imaginas; pero bueno..., solo me queda desearte mucha felicidad.
Mi querido Jungkookie, te conozco desde que éramos niños, y sé que eres una personita con un valioso corazón de oro, una preciosa personita que merece ser eternamente feliz. Deseo de todo corazón que la felicidad te abrace muy fuerte hasta el último día de tu vida, que tu sonrisita de conejito jamás sea forzada, que le sonrías a la vida con la dulzura que te caracteriza, que el brillo en tus ojitos de Bambi nunca se apague, que siempre estés muy muy muy bien y nunca sientas tristeza, porque créeme que es lo peor. Cuídate mucho ¿si? come sano, abrígate bien porque pronto vendrá la época de frío; estoy seguro de que serás el mejor esposo del mundo, también el mejor padre, ¡sé muy feliz por favor!
Bueno Jungkookie, es momento de despedirme. Gracias por los buenos momentos, por tu compañía durante tantos años, porque en un momento de mi vida me hiciste la persona más feliz del universo, de la galaxia. Te ama mucho Kim Taehyung, adiós amor de mi vida.
El castaño terminó de escribir la carta para su amado, luego salió de su casa para ir a entregársela a alguien que sabía con seguridad que se la haría llegar a Jungkook.
Con una débil sonrisa y lágrimas en sus ojos, condujo sus vagos pasos hacia el famoso río Han, en donde admiró la vista por unos minutos, recordando todo lo que vivió con su primer y eterno amor, para después cerrar sus ojos con tristeza y dejarse caer al agua.
—T-te perdono Jungkook...
Gracias por leer!
Podemos mantener a Inkspired gratis al mostrar publicidad a nuestras visitas. Por favor, apóyanos poniendo en “lista blanca” o desactivando tu AdBlocker (bloqueador de publicidad).
Después de hacerlo, por favor recarga el sitio web para continuar utilizando Inkspired normalmente.