Cuento corto
1
796 VISITAS
Completado
tiempo de lectura
AA Compartir

BE ALRIGHT

Me llamas y me dices la frase que teme cualquiera que tenga pareja: “Tenemos que hablar”. Me citas en nuestro antiguo banco, ese en el que nos conocimos, el mismo que vio nuestro primer beso, y como yo me declaraba. Intento ir lo más rápido que puedo, estoy en un estado de ansiedad por saber lo que tienes que decirme… Lo único que puedo pensar es que no quiero que te alejes de mí, que eres el amor de mi vida y no podría perderte. Aunque claro, eso jamás te lo diría a la cara, por orgullo quizá, o simplemente porque no soy muy bueno con las palabras.

Al llegar tú aún no has llegado, y eso hace que me ponga más nervioso. Me enciendo un cigarro para paliar la espera, y entonces te veo venir de lejos.

Te miro y lo único que puedo ver son tus tristes y llorosos ojos.

—Hola cariño. ¿Qué pasa? —pregunto con toda la calma que me sale.

No contestas, lo que haces es apartar la mirada de mí, y entonces sé que estás intentando ocultarme algo. Después de tantos años juntos es normal que sepa interpretar tus reacciones.

Intento cogerte de la mano, está fría y reaccionas alejándote de mí. Joder, ¿qué estás pensando?

Te miro y lo único que veo son tus ojos

—Yo… lo siento tanto. He cometido un error, un estúpido error… —dices temblando, y con la voz prácticamente rota.

—Cuéntamelo, lo arreglaremos. —digo, más para mí que para ti.

—¿Recuerdas el otro día en mi casa? Viste unos cigarros encima de mi mesilla de noche… —empieza.

—Sí, eran de tu amiga —contesto y empiezas a llorar más.

—No Dean, eran de tu amigo…eran de Derek —terminas de decir.

Empiezo a entender las cosas, lo que estas intentándome decir…me has traicionado. Siento como el color desaparece de mi cara por momentos. No puedo ni mirarte a la cara, así que me voy sin decirte nada.

Cuando llego a casa está mi compañero de piso Marc. Al ver mi expresión ve que algo va mal. Me derrumbo en el suelo, no puedo más. Estoy completamente saturado mentalmente. Viene corriendo hacia mí y me levanta del suelo, me lleva al sofá y yo no puedo parar de llorar.

—¿Qué coño ha pasado con Alice? —pregunta preocupado.

—Derek, él es lo que ha pasado. Se han acostado y no sé ni cuantas veces. Lo que sé es que yo llegué a casa de Alice y vi un paquete de tabaco encima de la mesita de noche. Ya sabes que lo odia, no podían ser de ella. Me dijo que eran de una amiga suya, pero…

—Pero eran de Derek —finaliza Marc por mí.

—El muy cabrón ha venido aquí después de eso. Ha sido capaz de mirarme a la cara, de fingir ser mi amigo…

Han pasado dos semanas desde que hablé con Alice. Me manda mensajes constantemente, al igual que el otro. Estoy jugando a un videojuego cuando vuelve a sonarme el móvil.

—¿Es ella? —pregunta a lo que asiento con la cabeza — Sé que la quieres Dean, de verdad, pero se ha acabado colega. No importa, de verdad pon el teléfono lejos, tienes que cambiar de numero o hablar con ella para que no vuelva a escribirte. Nunca es fácil alejarse, pero si quieres estar bien tienes que dejarla ir. Todo saldrá bien.

—Lo sé. Hablaré con ella.

Quedo con Alice para terminar de cerrar el capítulo, es hora terminar definitivamente y que cada uno haga su vida. Lo necesito yo y probablemente lo necesita ella. La veo llegar de lejos y odio decirlo, pero a pesar de estar destrozada está preciosa. Casi parece que no haya pasado nada y vaya a venir corriendo hacia mí como siempre, a besar mis labios y después cogernos de la mano para dar uno de esos paseos románticos que tanto le encantan.

—Hey —es todo lo que se me ocurre decir, y automáticamente ella empieza a llorar —¿Qué pasa?

—No sabes cuanto lo siento Dean... me odio tanto a mi misma por lo que te he hecho, por lo que nos he hecho —dice con la cara empapada de lágrimas. No puedo evitar abrazarla.

—No puedes seguir mandándome todos esos mensajes, hace que me explote la cabeza —digo lo más dulce que me sale, acariciando su cara.

—Lo sé. Sé que no puedes perdonarme… —en ese momento lo noto, tengo la sensación de que ella ya ha pasado página.

—No es el hecho de que lo besaras o lo que hicieras con él, es el sentimiento de traición. Eras la persona en la que más confiaba, quién creía que no me iba a traicionar nunca. Y lo peor es que ha sido con un buen amigo… —digo atragantándome con las lágrimas —Necesito dejarte ir.

—¿Ya no me quieres? —tiene el valor de preguntar.

—Todo lo que sé me dice que debo alejarme de ti, y lo único que quiero es quedarme. Te pido por favor que no me lo pongas más difícil. —digo a lo que ella asiente con la cabeza.

—Solo déjame decirte una cosa más, luego puedes irte y dejarme. —implora.

—De acuerdo.

—Va a doler muchísimo por un tiempo, pero no quiero que estés mal. Quiero que te animes, que salgas con tus amigos. Que olvides lo que pasó esa noche y no le des más vueltas. Dean, quiero que lo que ha pasado conmigo no te haga tenerle miedo al amor, debes rehacer tu vida, conocer a una chica que sepa cuidarte como no he sabido yo. Quiero que seas feliz. No puedes dejar que ese idiota y yo te robemos el amor que has nacido para encontrar —dice, y sé que cada palabra la ha dicho de corazón.

—Te perdono —digo casa sin pensar.

—¿Qué? —dice entre confundida y emocionada.

—Si aun me quieres, si quieres arreglarlo. Te perdono. —sentencio.

21 de Enero de 2021 a las 21:57 0 Reporte Insertar Seguir historia
2
Fin

Conoce al autor

Davina Reedus Los libros son mi vida. Desde muy pequeña empecé a leer y a escribir. Me paso el día soñando con historias que poder plasmar, para hacer que quién lo esté leyendo se evada del mundo real, al final, ese es el poder de un buen libro. Libro favorito: After-Anna Todd Ciudad favorita: ¡No puedo elegir! Barcelona, Edimburgo y Nueva York. Serie favorita: Grey's Anatomy y The walking dead ¿Mi sueño más profundo? Ser cirujana de trauma.

Comenta algo

Publica!
No hay comentarios aún. ¡Conviértete en el primero en decir algo!
~