eliana-firpo1610837272 Eliana Firpo

Una chica se encuentra una extraña figura en las afueras de su jardín. Pronto se adentrara en una historia macabra.


Cuento Todo público.
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EL CUERPO

Un aura densa y lúgubre se apoderaba del cielo nocturno aquella noche. Los grillos parecían detener su rítmico sonar, tal vez por expectativa, tal vez por miedo.

La desolada casa de campo siempre había sido mi fiel refugio. En soledad pasaba mis días y noches escuchando los sonidos nocturnos y disfrutando de la tranquilidad de los días.

Hasta aquel día.

Mi semblante se quiebra y mi corazón palpita con fervor al recordar aquella tarde de invierno. Mis ojos se empañan y debo confesarle, lector, que ciertas lagrimas caen sobre el papel mojado al recordar el atroz acto del que tuve que ser testigo.

Mis manos aun tiemblan, mi latir se entrecorta, y mi cordura se ha ido lejos a carcajadas burlándose de mi propia existencia.

Seré breve, pues dicen que los relatos más breves son los que verdaderamente impactan al lector.

En el fondo de mi hermosa casa había un cadáver. Si, un cadáver yaciendo en una fosa en mi hermoso jardín. No sabía su procedencia, quien había cavado la fosa, ni por que se encontraba en mi territorio. Lo único que sé es que un terror inmensurable se apodero de mi alma hasta congelarla.

Era una mujer de mediana edad, morocha, desnuda, cuyos restos de su cuerpo aún permanecían relativamente fresco sin ser por el rostro que estaba carcomido por insectos y se dejaban ver pedazos del cráneo. Los ojos eran dos huecos infinitos. Las piernas estaban blancas y firmes. Los brazos delgados. El torso era una escultura estática que nunca más dedicaría movimiento alguno. Su semblante delgado y frágil fue lo que más me asusto, con unos dientes que sobresalían.

No sé qué hacia esa entidad a las afueras de mi jardín en una fosa excavada por lo absurdo. El pánico se apodero de mi ser. Pero no fue hasta que desvié la mirada que un verdadero terror se apodero de mis entrañas. Desvié la vista hasta el cielo, buscando alguna ayuda divina que sabría que jamás llegaría, y cuando regrese mi nublosa vista hacia el cadáver... sus brazos estaban sobre su pecho.

Acto extraño, pues si bien sé que estaba sumergido en un aura de implacable locura, estaba segura de que hacía un momento los brazos pálidos de la extraña e inerte mujer reposaban a los lados de su tronco. Ahora yacía como en una posición fúnebre.

Respiré hondo y me dije a mi misma, en vano, que todo era producto de mi imaginación. Cerré los ojos y respiré profundo una vez más. Pero mis manos tiemblan al escribir estas líneas y mi corazón es perpetuo del más funesto terror al recordar el siguiente echo: las piernas del cadáver estaban abiertas. Si, de una posición como en tabla y rígido paso a abrir las piernas y a moverlas con movimientos catatónicos.

Me caí de espalda. Me aleje unos pasos y quede observando a la extraña mujer inerte mientras me convencía a mí misma de que todo era producto de mi imaginación, de mi pánico. Mi razón ya se había nublado en otras ocasiones y me ha llevado a cometer delirios.

La quede observando de lejos mientras reposaba en su estrecha fosa, que encajaba justo con su cuerpo.

Me di cuenta, que a medida que me acercaba, su cuerpo inerte comenzaba a realizar movimientos sutiles. Primeros las manos. Después los brazos y finalmente, se dio vuelta.

Al acércame más vi como su cuello giro ciento ochenta grados y sus ojos se abrieron, exponiendo unos brillantes ojos color amarillo.

Caí de espalda nuevamente y entre a correr por el jardín. Di la vuelta por toda la casa y, el terror se apodero de mi cuando, al volver a la fosa donde yacía la extraña mujer me di cuenta de un detalle... no estaba.

Un grito infernal me corrompió los oídos a continuación. Mientras veía, a lo lejos, una figura demacrada y hostil acercándose a mí a paso lento, con unas afiladas garras y una boca extremadamente abierta que dejaba entrever lo más oscuro de los abismos.

Entró a correr. Yo, en desespero, entre a mi casa y con frenesí y manos temblorosas comencé a cerrar todas las puertas y ventanas.

Me quede expectante un momento. Por un tiempo todo fue silencio.

De repente comencé a escuchar ese grito desgarrador nuevamente, como si proviniera de lo más profundo del infierno. El pánico se apodero de mi nuevamente y volví a asegurarme de que todas las puertas y ventanas estuviesen cerradas. Escuche los pasos arrastrándose de la extraña figura rondando mi casa y, a continuación, en la puerta principal se escuchaban arañazos, como pretendiendo entrar.

En ese momento desperté.

19 de Enero de 2021 a las 03:02 0 Reporte Insertar Seguir historia
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