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Donde Jungkook y Taehyung tan solo tenían que volver a pasar tiempo juntos para darse cuenta de lo que estaban dejando ir. -Alteración de edades. -Mención al YoonMin. -Historia corta. -Algo cliché xd


Fanfiction Bandas/Cantantes Sólo para mayores de 18.

#taekook #bts #kooktae #kookv
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1- Antes del viaje, parte 1.

Los dedos de Taehyung se paseaban veloces por el teclado de su notebook, terminando trabajo que le había quedado pendiente a pesar de ser sábado al mediodía.

El reloj de la sala hacia 'tic tac' a medida que las agujas se movían para marcar las doce. Estaba haciendo tiempo mientras esperaba a que Jungkook pasara por los niños, como todos los fines de semana. Amaba a sus hijos, pero a veces un poco de paz y tranquilidad era lo único que necesitaba para relajarse, olvidar todos los problemas.

Hacía un año que ya no vivían juntos, más de un año de no tocarse, ni besarse, ni darse miradas intensas como cuando eran más jóvenes. Ni siquiera llevaba su anillo de casados en el dedo anular.

Con 42 años y más de 20 años de haber estado juntos, se había atrevido a decir 'basta' y pedir el divorcio. No tenía más ganas de remar con aquello, y una nueva persona alegraba sus días, aunque a Jungkook aun le costara asimilar la idea.

Era difícil, pero se las habían arreglado para cuidar de sus hijos sin pelear. Y aunque ellos ya eran lo suficientemente grandes como para comprender que sus padres ya no se querían, seguía siendo complicado.

Hajoon tenía 14 años. Quizá el más comprensible, el que se ponía triste si veía a sus padres llorar, el que muchas veces terminaba llorando con ellos y les daba un abrazo si eso pasaba. Muy diferente a Jaehwa, la mayor de 17 años. Ella extrañaba mucho que su padre Jungkook ya no estuviera en la casa, y a veces odiaba a su padre Taehyung por ello, porque, aunque el castaño le hablara miles de veces, para Jaehwa la culpa siempre iba a ser de él.

—¿Cuándo llegara papá? —preguntó Jaehwa en cuanto llegó a su lado, molestando por décima vez.

Taehyung largó un suspiro, quitándose los lentes y tirando su cabello hacía atrás para no perder la poca paciencia que le quedaba.

Desde que habían comenzado los papeles de divorcio, Jaehwa se había encargado de hacerle más complicada la vida. La amaba y seguía siendo su pequeña, pero ella simplemente no entendía a pesar de ser la más grande y aún seguían algo peleados desde la última vez que le había hablado muy mal a su actual pareja: Ansel.

—Me dijo que estaría aquí en un rato. No te cuesta nada esperar, déjame trabajar tranquilo. —respondió Taehyung, sonando lo más sereno que pudo.

Jaehwa rodó los ojos. No veía la hora de que su padre llegara. Quería irse antes de que Ansel llegara, porque no había nada que odiara más que ver a ese intruso besar a su appa Taehyung. Él siempre iba a ser de su appa Jungkook.

La puerta sonó y Hajoon se apuró a abrir mientras terminaba de escribir algo en su móvil. Jungkook estaba allí parado, con una linda sonrisa.

—Papá. —exclamó Hajoon, abrazando a su padre.

—Hola, campeón. —dijo Jungkook, correspondiendo el gesto.

Jaehwa corrió a abrazarlo también. Se había vuelto muy sobreprotectora y celosa de su padre Jungkook. Según ella, era el único que aún se esforzaba por volver a ser la familia que alguna vez habían sido. Incluso moría de amor-tristeza cada vez que veía que aun llevaba el anillo de bodas en su mano, el cual Taehyung ya se había quitado ni bien se separaron.

—¿Cómo está mi princesa? —preguntó Jungkook, saludando también a su hija.

—Feliz de al fin irme contigo. —contestó ella, tan fuerte como fuera necesario para que Taehyung escuchara, logrando su cometido.

Taehyung largó un suspiro mientras se levantaba de su asiento. La rebeldía de Jaehwa le sacaba canas verdes, pero no había nada que le doliera más que los comentarios ofensivos que largaba de vez en cuando. Realmente creía no merecer eso.

—¿Cuándo los traerás? —preguntó Taehyung, tomándose de la puerta, viendo como sus hijos iban a tomar sus mochilas ya listas para irse.

—Más tarde, como siempre. —dijo Jungkook.

—Creí que te los llevarías todo el fin de semana...

—Me los llevo el fin de semana entonces, no hay problema. —se encogió de hombros, realmente no le importaba, aunque bien sabía que lo que Taehyung en realidad quería era tiempo libre con su pareja.

Eso aún le dolía, muy contra su voluntad.

—Mejor, porque tengo trabajo que terminar. —en parte era cierto.

—Y cómo para ti somos un estorbo cuando vas a verte con ese tipo horrible... —dijo Jaehwa en cuanto pasó por su lado.

—Ya decía yo. —dijo Jungkook. Ambos comentarios logrando que Taehyung frunciera el ceño y se cruzara de brazos.— Vámonos, niños.

—Jaehwa. —la regañó Taehyung.— Ya te dije que cuidaras tus palabras.

—No me cayó lo que pienso, no me gusta ese tipo.

—Pues vives bajo mi techo y mientras así sea tienes que hacer lo que yo te digo.

—Pues me voy con papá Jungkook que es mucho mejor que estar aquí contigo y con ese metido. —señaló el coche de Ansel que acababa de estacionar en la puerta de la casa, justo detrás del de Jungkook.

—¡Jaehwa! —volvió a exclamar, pero ella ni siquiera volteo a verlo mientras prácticamente corría hacia el coche de su padre.

—Vamos... —dijo Jungkook, viendo como Ansel bajaba del auto.

Hajoon abrazó a Taehyung antes de irse, porque lo amaba y no estaba del todo de acuerdo con las actitudes de su hermana. Más de una vez había dejado muy triste a su appa con sus comentarios y eso no le gustaba nada. Odiaba ver a su appa llorar.

—Diviértete. —dijo Taehyung, con una sonrisa leve.

—Yo si te quiero. —dijo Hajoon.

—Ya se, mi vida. Ve.

Hajoon caminó con Jungkook hasta el auto, viendo cómo se saludaba con Ansel solo asintiendo con la cabeza. Estaba consciente de que nunca cruzarían más de dos palabras, que solo se saludaban por cortesía.

Jaehwa observó con odio como Ansel saludaba con un beso en la boca a Taehyung, mientras Jungkook y Hajoon subían al coche. El pelinegro no tardó en arrancar el coche e irse rápido de ahí, pues a él tampoco le gustaba mucho ver eso.

—¿Pasa algo? —preguntó Ansel, sintiendo tenso al castaño.

—Jaehwa que anda en rebelde. No le gusta lo que está pasando.

—En algún momento lo entenderá. Tú siempre estás aquí con ellos, tienes derecho a estar solo y tener algo de diversión ahora que están más grandes. Tu hija debe entender eso. —era la más grande y la menos comprensiva. Nunca iba a entender eso, sin embargo, no la odiaba a pesar de sus malos tratos hacía su persona.

—Si, pero no va a ser fácil.

—Daré lo mejor para caerle bien. —sonrió, haciendo que Taehyung también sonriera.

Taehyung le dio un tierno beso. Por esas cosas es que le gustaba.

Ansel no era malo, de hecho, siempre era educado con los niños, les llevaba algún regalo o golosina, no opinaba sobre Jungkook ni pretendía ser un padre para ellos. Tan solo quería caerles bien, tener una convivencia sana y ser feliz junto a Taehyung.




***




Jungkook apretó los puños en el volante. No podía quitarse de la mente la imagen de Ansel dándole un beso a Taehyung al llegar. Es que había sido inevitable mirar aquella escena por el espejo retrovisor. Lo peor es que no era la primera vez que lo hacía, sintiéndose todo un masoquista.

A veces no entendía cómo habían llegado a esa situación si él aun le quería, como es que se había apagado la llama entre ambos.

Los besos ya no tenían pasión, las manos ya no picaban por tocar al otro, no existían los juegos. Ni siquiera se emocionaban al comprar un traje nuevo o un juguete con el cual pasar un momento delicioso. No salían, ni se regalaban rosas, ni se decían palabras bonitas, tampoco apodos cariñosos.

La rutina y el desinterés habían sido sus más grandes enemigos. No era culpa de terceros, era culpa de ambos, porque viendo las cosas desde afuera, Jungkook era capaz de recordar los momentos en donde tanto él como Taehyung se habían ignorado, dejando de hacer poco a poco lo que les gustaba, lo que le había enamorado del otro.

Taehyung ya no se arreglaba para él como antes, ni usaba esa ropa ajustada que tanto le gustaba. Desde que había sido padre, sus gustos por la ropa cambiaron, reemplazando prendas atrevidas por unas más holgadas. Ni siquiera las había guardado para la intimidad, algo que se había vuelto difícil de mantener con niños en la casa.

Y él, ya no lo escuchaba como debía cuando ambos volvían a casa luego de un día duro de empleo, ni se esforzaba en los detalles. Se tardaba más en el trabajo para no tener que volver a su casa, a esa aburrida y apurada rutina que se había creado, lo que le había dado unas cuantas discusiones con Taehyung por no estar nunca. Hasta había descuidado a los niños en un momento.

Los dos eran los culpables, y cuanto más pensaba en eso, más le dolía. Sabía que había podido evitar esa situación, pero era tan estúpido por no haberlo notado antes. Ahora ya no podía hacer nada. Taehyung se veía decidido con el divorcio y hasta tenía a alguien nuevo en su vida, y no había nada que pudiera hacer al respecto.

—Jaehwa, cariño, no deberías ser así con tu padre. Se que no te gusta que este con otro, pero debes entender que entre él y yo ya no hay nada. Tu papá Tae tiene derecho a estar con otro, a ser feliz. —habló Jungkook.

—Jaehwa está castigada. —dijo Hajoon, todo buchón.

—No le voy a perdonar que te esté cambiando por otro. —dijo Jaehwa, mirando por la ventana.— Yo te extraño, papá, quiero que vuelvas con nosotros. No me gusta que ese tipo llegue a la casa y quiera ocupar el lugar que te corresponde.

—Él nunca va a reemplazarme con ustedes, yo siempre seré su papá. Pero Taehyung ha decidido estar con él y deben entenderlo. Trata de llevarte bien Ansel, cariño, por favor.

—No me cae bien y nunca lo hará. —dijo decidida.

—Jaehwa le habló mal a Ansel y appa Tae la castigó una semana sin móvil. —agregó Hajoon.

—¿Qué le dijo? —preguntó Jungkook.

—Le dije que es un idiota metido destruye familias. Que se vaya, que no tiene que estar ahí. —dijo Jaehwa, contestando por sí misma, muy orgullosa de sus palabras.

—Jaehwa, no debes hablarle así a las personas, no te he enseñado a hacer esas cosas.

—Estaba enojada, no soporto verlo.

—Es bueno conmigo, pero tú eres mejor, appa. —dijo Hajoon, haciendo buena letra.

Era capaz de reconocer que Ansel no era mal tipo, incluso se aprovechaba en pedirle alguna que otra golosina que sus padres no le compraban seguido, pero jamás ocuparía el lugar de Jungkook. Él era su padre, su héroe y así iba a ser por siempre.

—Ese nunca va a ser mejor que nuestro padre. Él es el mejor de todos. —dijo Jaehwa.

—Saben que los quiero mucho y nunca van a dejar de ser mis hijos. —sonrió Jungkook. Le gustaba saber que lo amaban de ese modo.— ¿Y cómo van en el colegio? ¿Están llevando buenas notas?

—Bien. —contestó Hajoon, simple y sencillo.

—No he tenido buenas calificaciones. —suspiró Jaehwa. No podía mentir con eso, su colegio siempre pedía la firma de alguno de sus padres cuando tenía malas notas. Prefería mostrárselas a Jungkook porque él no le daba sermones de media hora como Taehyung.

—Si sigues así vas a dejar el año y casi terminas. Debes tener buenas calificaciones para poder aplicar a esa universidad que quieres. —dijo Jungkook.

—Ya sé, pero últimamente estoy distraída. No se me queda nada. —hizo un puchero.

Jungkook se quedó callado un momento. Estaba consciente de que todo el tema de la separación le estaba afectando más de lo esperado. Quizá era alguna clase de llamado de atención para ambos, no sabía, pero debía enfocarse más en eso. No quería que le pasara algo a su pequeña.

—Iremos a visitar a la abuela, hace mucho que no vamos y mañana los llevare a donde quieran antes de ir a mi casa, ¿ok? —cambió de tema, intentando alegrar un poco el ambiente.

—¡Si! —exclamó Hajoon.— Quiero verla antes de que nos vayamos de vacaciones.

—¿Se irán de vacaciones? —preguntó, totalmente crédulo.— ¿Por qué no sabía esto?

—Appa Tae dijo que quería llevarnos en sus vacaciones con Ansel y que de paso nos daría la oportunidad de conocernos más y eso.

—¿Ah sí? —intentó sonar lo más natural posible, pero la verdad es que se estaba muriendo de celos por dentro. Muy en el fondo lo odiaba. Le estaba quitando frente a su cara el hombre que amaba y él no podía hacer más que mirar.

—Yo no voy a ir. Voy a quedarme contigo, papá. —dijo Jaehwa. Ni loca se fumaba una semana al metido ese. Antes muerta, y no, no estaba exagerando.

—Vayan con ellos, niños, van a divertirse. —aseguró, aunque se notaba en su voz que no le hacía mucha gracia no estar informado sobre ese tipo de cosas.

—No, yo no voy. Papá, ¿por qué no nos vamos de vacaciones contigo?

—¡Si! —volvió a exclamar Hajoon.

—Si, vamos de vacaciones contigo, nos divertimos más. Aún recuerdo cuando fuimos a Disney los cuatro, fueron las mejores vacaciones de nuestras vidas.

—Ustedes saben que con gusto los llevo a donde ustedes me pidan, pero parece que su papá Tae ya hizo planes de vacaciones con su novio y deben ir con ellos. —dijo Jungkook.

Jaehwa se cruzó de brazos, enfadada. ¿Tan difícil era lograr tener a sus padres juntos en un mismo lugar por más de cinco minutos? Estaba segura de que si tan solo pasaran más tiempo juntos todo sería mejor y bonito, justo como lo era antes de que Taehyung mandara tantos años a la basura.

—Creí que sabias. —dijo Hajoon, esperando no haber metido la pata.

—No lo sabía. Era obvio que su papá Tae no iba a decirme, porque esas vacaciones me excluyen.

—¿Y por qué no vienes con nosotros? Tú te quedas con Hajoon y yo, y papá Tae que se vaya con ese. —dijo Jaehwa.

—No... —se carcajeo, sin poder evitarlo. Es que esa idea si era absurda. — No, niños, no creo que les guste a ellos esa idea.

Hajoon suspiró, volviendo a su móvil. Si por un momento había tenido las esperanzas de unas vacaciones juntos, ya habían vuelto a esconderse de nuevo. Por su lado, Jaehwa ya no dijo nada, totalmente ofendida. Odiaba que por culpa de Ansel no pudieran disfrutar todos juntos con Jungkook unos días.

9 de Enero de 2021 a las 18:19 0 Reporte Insertar Seguir historia
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Leer el siguiente capítulo 2- Antes del viaje, parte 2.

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