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Un día común y corriente pasa a ser el comienzo de un nuevo mundo lleno de niebla y seres monstruosos que viven dentro de ella. Carmen intentará proteger a su hermano menor, Diego, y su madre, Emilia, llevandolos a un lugar seguro.


Post-apocalíptico No para niños menores de 13.

#402 #muertes #asesinatos #magia
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Una extraña niebla se empezó a formar en la superficie del agua de mar el primer sábado de octubre a las doce de la noche. Esto ocurrió en todas partes del mundo a la vez. Esta fue aumentando y esparciéndose por la superficie del mar. Para la siguiente noche, la niebla llegó a las costas. Algunas personas que paseaban por la playa o se encontraban mirando hacia el mar tuvieron la oportunidad de ver como aquella niebla comenzaba a cubrir la arena. Dependiendo de la zona en la que aquellas personas estuviesen lo vieron como algo común o como algo insólito. Algunos de los que se sorprendieron lo grabaron. Bastantes lo subieron a sus redes sociales para compartir con el mundo aquel extraño fenómeno. Los comentarios no se hicieron esperar, preguntas de todo tipo y afirmaciones desde el desconocimiento.

La difusión de los videos se extendió rápidamente llegando hasta las manos de científicos expertos en el clima, los cuales revisaron las condiciones meteorológicas por si algo extraño había pasado por la noche. Para las siete de la mañana los medios ya estaban difundiendo las imágenes. Más tarde, los presentadores de las noticias en directo preguntaron a los expertos en el clima: ¿qué es lo que podía estar pasando para que en ciertas zonas donde no debería de haber niebla y que cada vez hubiese más? Los que enviaron a algún reportero pudieron grabar en directo como la niebla se expandía y se iba haciendo cada vez más espesa lentamente pero imparable. Como nadie supo cómo se produjo la niebla, ni cuánto tiempo iba a durar, varios gobiernos dieron instaurar la alerta máxima en las zonas costeras. No tardaron ni media mañana en desalojar a los ciudadanos de la costa antes de que la niebla fuese tan densa que no pudiesen ver nada más que el blanco y fuese peligroso salir de sus casas.

-MAMÁ- gritó Diego horrorizado desde su habitación después de haber leído hilos de las personas a las que seguía sobre lo que estaba pasando según ellos.

Él era un crio de tan solo trece años acabados de cumplir que apenas sabía un poco sobre el mundo. Además, la gente solía describirlo como un chico demasiado inocente y crédulo. Generalmente se creía cualquier teoría absurda sobre conspiraciones que se inventaban.

Diego corrió por el pasillo en busca de su madre y se detuvo en la cocina, donde se encontraba su madre cocinando mientras escuchaba una de las tertulias matutinas. Antes de que él pudiese decir nada, la asistenta se supo a discutir con la madre al ver lo sucia que estaba dejando la cocina. En pocos segundos la discusión escaló hasta los gritos y alaridos por parte de la asistenta frente a la impasividad su jefa: Emilia. Ella en ningún momento se enfadó por los gritos o dejo de cocinar pero todos tienen un límite.

-¡Antonia ya está bien de tanto jaleo! Así no puedo cocinar, tienes hasta el miércoles libre. Anda y ve a tu puta casa- dijo Emilia en un tono bajo, agradable y dulce cuando se cansó de los gritos. No parecía estar realmente enfadada, en realidad, solo estaba molesta porque no la dejaba cocinar tranquilamente-. No te preocupes por eso, yo lo limpiare todo cuando termine de cocinar. Para el miércoles lo tienes todo limpio- dijo intentando tranquilizarla un poco para que fuese más cooperativa. Luego colocó sus manos sobre la asistenta y la empujó hacia la salida.

A pesar de ser ambas de la misma altura (ambas baja, y con una constitución parecida), Emilia fue capaz de arrastrarla sin problemas hasta la salida, colocarle el abrigo, el bolso, darle dinero extra por las molestias y sacarla fuera de su casa.

-¡MAMÁ!- Diego esa vez gritó por miedo. Él no sabía que estaba pasándole a la olla, la cual estaba escupiendo mucho humo y algo de espuma.

Emilia corrió alarmada por el grito de su hijo menor y, al ver que tan solo era el agua que había puesto a calentar con algunas verduras, se tranquilizó. Pensaba que lo que había dejado en la sartén se estaba quemando (que en realidad sí que se había quemado). Después de reducir el fuego, poner más verduras en la olla y poner la sartén con lo que hubiese dentro a remojo decidió que le faltaban ingredientes, a pesar de tener tanta comida por todos lados. Emilia decidió salir a comprar por lo que se fue a la entrada, se colocó la chaqueta, cogió su bolso e intentó marcharse pero su hijo le bloqueaba la puerta.

-¿Qué pasa Diego?- pregunto perpleja.

-Los delfines quieren invadir el mundo y destruir a la humanidad porque hemos destruido su medio ambiente y ofendido a su dios- dijo Diego muy serio.

-¿Cariño no te dije que dejases de seguir a esas personas y que leyeses documentos científicos? Los estudios científicos tienen todo el sentido del mundo, las historias de conspiración extrañas de esas personas que no tienen ni puta idea no tienen ninguna credibilidad ni ningún sentido. No quiero volver a castigarte. Recuerda que a la tercera, iras al internado al que fue tu hermana mayor. A ver si te vuelves una persona de provecho como ella. Porque con esas tonterías que lees o escuchas te vas a volver tonto, como lo fue tú hermana. Ahora apártate y déjame ir a comprar- le dijo con una sonrisa en la cara y mucho cariño mientras miraba si le cabía un paraguas plegable dentro del bolso. Diego no pudo aguantar el tono con el que su madre le había amenazado y se apartó. No sabía muy bien como replicarle a su madre sin que lo enviase a una academia militar-. Voy a ir a comprar, ¿te vienes?- Diego negó efusivamente con la cabeza- Está bien, ¿está lloviendo?

Diego fue corriendo a la sala de estar para mirar por la ventara y vio que había un poco de niebla por la calle. Estuvo a punto de gritar que no debía de ir porque los delfines la matarían pero al ver la cara de su madre, aquella cara que siempre tenía una sonrisa amable (la misma sonrisa con la que dejó a su hija mayor en una academia militar), decidió no decir nada sobre sus teorías.

-No. ¿En el tiempo ponía que había probabilidades de niebla?

-No, no lo he escuchado. En la aplicación solo ponía que a las doce habría un sesenta por ciento de probabilidades de lluvia. Pero no te preocupes, por esta época del año, cuando yo era pequeña, solía pasar. Sin embargo, con el cambio climático dejo de haber niebla por la mañana. Debe de ser una buena señal que vuelva a haber niebla. Por cierto, tu hermana estará aquí a las doce, intenta estar atento para que no te asustes si escuchas a alguien por casa- dijo ya cansada de intentar meter el paraguas en el bolso por lo que dejó el paraguas en su sitio. Al final decidió salir sin llevárselo; se arriesgaría a mojarse. Antes de cerrar la puerta le dijo a Diego:- Te quiero.

-Y yo a ti- murmuro Diego.

Nada más salir Emilia de la casa, Diego fue directo a la ventana del salón para mirar cómo iba la niebla. Él vio cómo su madre cruzaba la calle con cuidado, ya que los coches no se podían ver venir igual que antes. Y continuó mirándola hasta que giró la calle. Él vio como la calle iba lentamente volviéndose blanca a los pocos minutos. No pudo evitar mirar las redes sociales, sobre todo los comentarios de las personas a las que seguía, aquellas personas que creían que se trataba de una invasión de los delfines. Al leer todos aquellos comentarios sobre el fin del mundo y del resurgir de Cthulhu, se asustó tanto que se olvidó completamente del enfado que tenía con su mejor amigo, el cual conocía desde que tenía pañales, y fue corriendo a su habitación.

Cuando eran pequeños, descubrieron que sus habitaciones eran contiguas. La pared de la derecha de su habitación daba con el dormitorio de su amigo. Diego golpeaba repetidamente la pared durante unos segundos y luego esperaba una respuesta; como hacía desde pequeño para llamar la atención de su amigo. Ellos ya no se hablaban como antes porque tuvieron una discusión fuerte. Estaba muy enfadado por lo que había pasado entre ellos, pero estaba demasiado preocupado como para continuar estando enfadado. Estuvo así un buen rato hasta que consiguió que le devolviese el golpe. En ese momento cogió el Walky Talky que tenía guardado en el primer cajón de su mesita y dijo:

-Hagamos una tregua por el momento. He leído que la niebla es peligrosa. Espero que no hayas abierto ninguna ventana, dicen que es peligroso. He leído que se trata de un agente químico usado por los delfines para asfixiarnos a todos por haber contaminado sus aguas- dijo Diego rápidamente. Estaba temblando de miedo. Apenas era capaz de mantenerse quieto. Él se quedó callado esperando una respuesta pero nada pasó-. Sé que debes de estar muy enfadado por lo que pasó entre nosotros. Sí para que me hables en este momento tengo que disculparme por lo que pasó, lo haré. Siento mucho lo que pasó. Por favor, háblame, dime que estás bien- volvió a esperar por una respuesta pero no hubo ninguna-. Si quieres diré que sí, pero dime si estás bien.

Diego esperó una respuesta pero no hubo ninguna por el Walky Talky, lo que sí que hubo (como signo de vida al otro lado de la pared) fueron unos golpes a su pared. Eran golpes flojos pero constantes, como si llamasen tranquilamente a una puerta. Por lo que sabía, eso no era un signo de socorro porque se estaba muriendo su mejor amigo. Aquellos golpes pararon repentinamente y, antes de poder volver a hablar por el Walky Talky, escuchó el timbre sonar repetidamente y sin parar. Diego se alegró enormemente de escucharlo. Como estaba más tranquilo porqué su amigo había mostrado signos de vida, se fue corriendo feliz a abrir la puerta. Él abrió emocionado la puerta, gritó de felicidad y abalanzó para darle un fuerte abrazo a su hermana.

Al abrazarla notó que se había puesto más fuerte que la última vez y estaba más morena que la última vez. Era una versión morena, alta y fuerte de su madre. Por otra parte, Diego era una versión masculina de Emilia: bajito, blanco y flaco. Aunque Carmen aún tenía las esperanzas de que Diego creciese y mejorase su cuerpo durante la adolescencia. Carmen pensó: “Ahora que voy a pasar mucho tiempo en casa, voy a encargarme de hacerlo fuerte”.

-¡Peque, que grande te has vuelto y que fuerte!- dijo Carmen devolviéndole el abrazo y levantándolo del suelo. Para ambos fue como si aquellos dos años no hubiesen pasado-. ¿Qué estabas haciendo?

-He intentado advertir a todos sobre la niebla. ¡Los delfines nos atacan!

-Diego piensa un poco, los delfines son listos pero no tienen manos, ¿cómo van a atacarnos fuera del agua?

-Con reactivos. Los unen en el agua y estos se evaporan para dar esa niebla.

-Primero, y repito, ¿los delfines no tienen manos cómo van a hacerlo? Segundo, ¿no crees que se habrán muerto porque los reactivos reaccionan en el medio en el que viven? Tercero, ¿qué reactivos son esos? No me puedes responder a nada, ¿verdad? Eso es porque eres un niño que no sabe nada. Es una simple niebla, no te preocupes y vayamos a jugar un rato a un video juego. Espera, ¿y mamá?

-Mamá me ha dicho que iba a comprar más comida. Se ha pasado como una semana preparando un monto de comida para ti.

-No debería de haberse ido. Me ha costado mucho llegar hasta aquí por culpa de la niebla. Seguramente ya le hayan dado el estado de alarma al interior por la niebla y pidan a todos los ciudadanos que no salgan de casa por el momento- comentó Carmen mientras sacaba del bolsillo de su chaqueta su teléfono para revisar sus redes sociales-. Lo que yo pensaba- dijo mostrándole a Diego la alerta roja-. Voy a llamar a mamá para ver si se encuentra cerca, a lo mejor puede llegar a casa sin problemas. Si no es así, iré a por ella- Carmen fue directa a la ventana de la sala de estar para ver la calle y se encontró con un muro de densa niebla blanca-. Mejor voy a llamar a mis superiores a ver cuál será la forma de actuar a partir de ahora.

Carmen se marchó a otra habitación para tener algo de privacidad y así discutir varios asuntos con sus superiores desde su teléfono; mientras, Diego se puso a ver diversos videos de lo que estaba pasando en aquel mismo momento en todo el mundo. Desde todas las partes del mundo se podían ver los mismos videos de personas abriendo la puerta o una ventana para mostrar la niebla y como está, extrañamente, no se adentraba al interior de las viviendas. También leyó comentarios de personas que esperaban que todo aquello se solucionase pronto; se habían quedado atrapados en lugares donde no había ni agua ni comida suficiente. Tampoco había mantas o calefacción por lo que iban a morir lentamente.

Los accidentes no se hicieron esperar: los aviones no podían aterrizar por culpa de la niebla (algunos aviones chocaron contra edificios al intentar aterrizar y otros cayeron al quedarse sin combustible, en el mejor de los casos el accidente solo afectaba al avión), los accidentes de tráfico fueron los más comunes (sobre todo en las ciudades; a muchos de los conductores les pillo la niebla desprevenidos e intentaron llegar a casa cuanto antes, la mayoría aparcó donde pudo y se marchó andando), algunos trenes descarrilaron (pero fueron pocos ya que al ver la niebla se espesaba, se empezaron a cancelar y algunos pararon en medio de las vías) y muchos otros accidentes graves que afectaron a una gran mayoría de personas. Los servicios de urgencias estaban abarrotados de gente moribunda. Los médicos iban de arriba abajo sin pararse ni un segundo a descansar ya que había demasiadas personas en un estado grave. Lo que resultó más extraño para a las personas, y que algunos de los familiares de los pacientes denunciaron, fue que había vacas en medio del camino. Estos subían fotos a sus redes sociales y las que más extrañas eran se trataban de las que tenían grandes mordiscos en las piernas estando ellos en ciudades donde no había zoológicos ni animales peligrosos cerca. Esas marcas de dientes se parecían a muchas de las que había por todo el mundo en personas de todas partes. Algunos se atrevieron a subir fotos de animales con estas mismas marcas de dientes por el cuerpo.

Diego se asustó tanto que no pudo evitar ir corriendo hacia Carmen para que lo tranquilizase, para que le abrazase y le reconfortase. Sin embargo, al verlo, Carmen lo miró de una forma que a Diego se le heló la sangre. Lo miró como si fuese a matarlo cuando cruzase el umbral de la puerta. Ella estaba hablando en otro idioma, uno que Diego no conocía, y parecía estar muy enfadada. Diego cerró la puerta y se fue lentamente hacia su habitación mientras se le caían las lágrimas. Al llegar a su habitación, cerró la puerta lentamente, se echó en su cama, abrazó su almohada y se puso a llorar.

Después de un rato llorando desconsoladamente por el miedo que le había dado su hermana, escuchó los golpes en la pared derecha de su habitación. Él volvió a hablar por el Walky Talky sin conseguir que le respondiese nada más que golpes. Al final se le ocurrió que podría ser que no tuviese su Walky Talky, por lo que decidió acercar la oreja a la pared para escuchar si decía algo. Escuchó unos susurros, los cuales creían que provenían de Tommy (su mejor amigo) y los cuales no entendió. Él pensó que era porque la pared era muy gruesa. Aunque nunca lo pudo escuchar si le intentaba hablar sin un walky talky. Diego fue moviéndose por la pared con la oreja pegada intentando escuchar mejor lo susurros. Después de varias vueltas, terminó de pie sobre la cama buscando el punto en el que se podía escuchar mejor lo que estaba susurrando. Cuando por fin encontró el punto donde podía escuchar los susurros claramente, Carmen abrió la puerta.

-¿Qué haces?- preguntó extrañada Carmen al verlo prácticamente de puntillas sobre el borde de la esquina derecha de la cama, prácticamente a punto de caerse si no fuese porque se estaba agarrando de la estantería.

-Intento escuchar mejor a Tommy. Me ha vuelto a hablar- contestó ilusionado.

-Apártate inmediatamente de la pared y ve a lavarte las manos, vamos a comer- dijo enfadada. Ella sabía sobre el tema y no le agradaba nada que su hermano continuase queriendo ser amigo de aquel chico.

-Sabes lo que pasó entre nosotros- dijo Diego mustio.

-Sí no comprende lo que tú sientes, si no respeta lo que tú sientes hacia él, mejor que no se te acerque. Vamos.

-Sí…

Diego bajó con dificultad de la cama y se fue al baño a lavarse las manos. Mientras, Carmen se acercó a la pared a ver si escuchaba algo. Ella no escuchó los susurros, solo podía escuchar su propia respiración y el latido de su corazón. Aquello era algo que cualquier persona normal habría ignorado sin pensárselo mucho, pero Carmen no era una persona normal, ella era una mujer excéntrica (aunque sus compañeros la llamaban paranoica). Gracias a su paranoia, no solo se salvó ella, sino a todo su escuadrón. Gracias a su paranoia que había conseguido, no solo cumplir sus misiones a la perfección, sin ningún error ni inconveniente, sino que se había arriesgado en los momentos oportunos para conseguir más información u objetos para próximas misiones. Por su carácter y sus actos, su expediente era impecable. Por algo la habían ascendido rápidamente a coronel, ella no tenía más de veinticuatro años. Por su paranoia decidió no dejar que su hermano se quedase a dormir a aquella habitación.

Después de la comida, mientras Carmen se dedicaba a trasladar las cosas de su hermano hacia su habitación para que ambos durmiesen juntos y así tenerlo vigilado. Diego se dedicó a ver las sus redes sociales y se encontró con un link a un directo de unos adolescentes que iban a grabar como salían. Diego no dudó ni dos segundos en pulsar el link y colocarse los auriculares para escucharlo sin que su hermana se enterase de nada porque sabía que se lo quitaría en el momento en que se diese cuenta de lo que estaba mirando. Ella y su madre creían que estaba obsesionado con lo paranormal y las teorías sobre conspiraciones paranormales.

-Todos hemos visto por redes sociales comentarios como: “Escuchó ruidos extraños cerca de mi casa, como si un animal salvaje la estuviese rondando”. Y hemos visto que hay mucha gente subiendo fotos sobre lo incidentes extraños con animales extraños que los habían atacado. Nosotros no nos creemos nada de eso por lo que vamos a demostrar que todo es mentira. Por los alrededores de nuestra casase han escuchado sonidos extraños, como gruñidos, pasos o golpes. Voy a salir fuera de casa para demostrar que es totalmente seguro y que se trata de un perro callejero en busca de comida de los contenedores.

El chico que acababa de hablar se giró y fue a abrir la puerta. Al abrirla, se vio perfectamente como la niebla no entraba en la habitación, se quedaba como un bloque sólido.

-Parece una pared blanca- comentó el chico que hacía de cámara.

El otro se adentró un poco en la niebla. Con tan solo unos pasos hacia el exterior ya no se podía ver la figura del chico. Él tuvo que volver y quedarse a un paso de la entrada para que lo viesen. Se quedó un rato allí contestando preguntas que su amigo le leía de los que se encontraban en el directo. Todo iba bien hasta que algo le agarró de la pierna y se la partió. Todos pudieron ver perfectamente la sangre salpicarlo todo y escuchar el grito de dolor que salió de su garganta. El amigo soltó inmediatamente el teléfono y fue a socorrerlo. El móvil quedó de tal forma que se vio sangre volar manchándolo todo y la niebla adentrarse en la casa pocos segundos después de que los gritos de dolor y de auxilio de los chicos parasen. Diego no puco evitar gritar horrorizado al ver la sangre. Algunos en el chat decían que todo era un montaje pero al ver que la niebla se volvía densa y no se cortaba la transmisión en ningún momento, cambiaron de idea y se alarmaron.

Carmen fue corriendo a ver qué había pasado y se encontró con su hermano llorando horrorizado. Ella lo abrazó inmediatamente y lo intentó calmar. De reojo, se dio cuenta de lo que había estado mirando su hermano y se puso a leer los comentarios mientras este lloraba en su hombro. En uno de los comentarios ponía que pusiesen la televisión que estaban dando un comunicado importante. Al poner cualquier canal aparecía lo mismo, un general diciendo:

-No sabemos muy bien lo que ha pasado. Puede que se trate de un ataque alienígena o un suceso paranormal. Nadie lo sabe. Lo único que podemos decir con certeza es que hay animales peligrosos entre la niebla que no dudaran en atacar a las personas sin dudarlo. Por ello se prohíbe salir de casa bajo ninguna circunstancia, si sus hijos están solos en casa o su familiar enfermo se encuentra solo en su casa, no salga. Nosotros veremos cómo llegar hasta ellos y llevarlos a un lugar seguro. También pedimos a la población que compartan sus suministros y que intenten no caer en la locura porque creen que es el fin del mundo. Os prometo que todo esto lo solucionaremos lo mejor que podamos dentro de poco. Tenemos a todos los científicos del mundo trabajando en el asunto. También pedimos a nuestros agentes que se encuentren en sus casas por un permiso o que hubiesen sido relegados de su cargo, que ayuden a mantener el orden y a las personas que se encuentren en un apuro. Con la ayuda de todos podremos superar esta situación sin pérdidas elevadas. Ya hemos perdido a varias personas por culpa de los animales que se encuentran en la niebla. Intentaremos ir informados de todo lo que averigüemos para que sea más fácil su supervivencia.

12 de Diciembre de 2020 a las 20:36 0 Reporte Insertar Seguir historia
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