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Exilio

Daphne Adams, el nombre de la extraña mujer que vivía sobre la colina, era todo lo que los aldeanos sabían de ella. Nadie sabía bien en qué año llegó a estas áridas tierras tan lejos de Inglaterra. Solo un día apareció en el pueblo comprando víveres, con los cabellos como fuego, rizados y salvajes al largo de la cintura, la piel blanca como una perla aún bañada por el agua. A pesar de la obvia ceguera que mantenía sus ojos como dos pozos lechosos, la mujer se desenvolvía muy bien sola, jamás tropezaba. nunca hablaba con nadie, si no fuese por los ocasionales “Gracias” al comprar algo, pasaría por muda. En el pueblo algunos le temían , pero la gran mayoría la respetaban, diciendo que era una Bruja Blanca.

Una noche, en que la luna brillaba en lo más alto del cielo, Daphne descansaba sentada en una butaca en la sala de su enorme casa. Nunca dormía en la cama, siempre tenía que estar lista por si algo perturbaba su sueño. Justo como esa noche, aunque no fue lo que ella pensaba. Cuando la manecilla más corta del reloj marcaba las once un fuerte estruendo la sacó de su sueño. El ruido provenía de la parte trasera de la casa. La mujer no lo dudo más y con mucha gracia se puso en pie y se dirigió hacia la fuente del ruido. Al abrir la puerta dos niños yacían en el suelo. Como muchos antes que ellos, atraídos por la curiosidad de ver a la “Bruja del pueblo”

A pesar de que ella no podía verlos, no de la forma tradicional, sabía exactamente dónde estaban y que uno de ellos tenía la pierna herida y sangre ya comenzaba a salir de ella. Cuando el pequeño Abdul y Hassan levantaron la vista, sus cuerpos se petrificaron. Ante ellos, vestida con un camisón blanco que se mimetizaba con su piel estaba la mujer, y antes de que pudieran siquiera gritar, esta ya los estaba arrastrando dentro de su casa. Una vez a dentro la oscuridad los invadió. No había luces ni velas porque ella no las necesitaba.
—Tienen que irse — dijo la mujer. Su voz sonaba joven y extrañamente asustada.—Tú —señaló al niño que no estaba herido—cárgalo y sácalo de aquí ¡Ahora!

El niño, temblando y empapado en sudor, se apresuró hacer lo que la mujer le indicaba, pero cuando se dirigían a la puerta, a escasos centímetros de ella, una risa, invadió el lugar.

"Oh no, demasiado tarde"

Los sollozos de los niños hacían eco en el enorme lugar, pero se detuvieron al unísono cuando delante de ellos, tres sombras negras aparecieron. El olor a azufre se impregnó en cada rincón. Las sombras comenzaron a moverse al rededor de ellos, las puertas de la casa se abrían y cerraban con brusquedad, los muebles salieron disparados , el suelo temblaba, hasta que la mujer dio un paso delante.

— ¡Alto!
—¡No! Has roto el acuerdo, —Habló una voz rasposa, antigua—, hay humanos en tu casa. La noche en que devoramos a tu familia, te dejamos viva con la condición de que vivieras exiliada, lejos de tu tierra y sola, te quitamos la vista, pero te dimos el don de ver lo sobrenatural. Atormentada y sola, ese era tu castigo, el mismo castigo que tu padre nos impuso cuando nos expulsó, pero has roto tu promesa.
— Mátame a mi y deja que ellos se vayan

— ¿ Matarte? Ese es un castigo muy benevolente. No, tu sufrirás.

En un rápido movimiento la sombra más grande levantó a los dos niños por las piernas, dejándolos de cabeza. Las otras dos sombras, se acercaron a la mujer sujetándola por los brazos, y la cabeza. Obligaron que fijara su rostro en los niños. En un impulso ella cerró los ojos, pero casi rasgando su rostro, una de las cosas que la sujetaba la obligó abrirlos. Murmurando un conjuro en una lengua desconocida para ella, de sus ojos empezaron a salir pequeñas luces blancas que viajaron hasta los niños. Pudo ver detalle a detalle como los dos pequeños cuerpos se envejecían hasta convertirse en huesos. Luego la luz regresó a ella. Su piel se volvió más tersa y su cabello más brillante.

—Vivirás por siempre, cada vez que desobedezcas, tu castigo será la vida de ellos.
y sin decir más las sombras desaparecieron, dejando los huesos de lo que antes eran un par de niños. 200 años después, aún se ve a la mujer de cabellos rojos vagar por la colina.

23 de Octubre de 2020 a las 16:57 0 Reporte Insertar Seguir historia
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Fin

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Lechuza Oscura ¡Hola! Bienvenidos a este rincón de oscuridad y fantasía. Espero mis relatos sean de tu agrado. No olvides dejarme tu reseña y comentarios. :)

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