pirra Pirra Smith

"Nunca me imaginé que podría enamorarme de otra mujer. Yo, que había sido una rompe corazones entre los hombres ahora estaba temblando ante una mujer." ¿Qué pasa cuando piensas que has sido hetero toda tu vida y de repente aparece "ella" y te cambia todos los esquemas?


LGBT+ Sólo para mayores de 18.

#sáficas #lésbico #258 #amor #sexo #erótica
2
2.9mil VISITAS
Completado
tiempo de lectura
AA Compartir

Capítulo 1

Jamás me hubiera creído, si me lo hubieran contado años o meses antes, que me sentiría atraída por otra mujer. Yo, heterosexual de pies a cabeza, con una lista de conquistas nada desdeñable me empezaba a poner nerviosa ante la presencia de ella...

Ella, tan guapa como descuidada con su aspecto. Llevaba coleta la mitad de los días. Probablemente por no arreglarse el pelo. Aún así, se ponía algo de rímel, lo que hacía sus preciosos ojos castaños aún más grandes. No era una fan de la moda. Llevaba siempre conjuntos muy bonitos pero repetía las combinaciones. Estaba segura de que alguien le había dicho cómo conjuntar las prendas para ir a la oficina.

Me perdía a menudo en sueños absurdos en los que íbamos de compras y podía disfrutar de su pequeño y delicioso cuerpo ceñido por ropa mucho más ajustada de la que solía llevar. Parecía que quisiera esconder esas curvas que se adivinaban entre las anchas ropas que solía usar.

Me reprendí a mi misma por pensar de esa forma. Yo pensaba así de los hombres y de sus cuerpos. Tíos musculosos y muy varoniles. Con sus manos grandes y uñas cortas... no pequeñas y delicada como las de ella. Me costaba decir su nombre hasta en el pensamiento porque eso me convertiría en otro tipo de persona. Alguien a quien le gustaban las chicas... una lesbiana... bueno supongo que realmente debería decir bisexual.

Todo este tiempo había disfrutado de los hombres y del sexo con ellos. De sus manos grandes en mi cuerpo, de su peso sobre mí y por supuesto de su polla.

Que jamás me había corrido solo con el mete saca. Pero tampoco mis amigas lo habían hecho. El núcleo del placer femenino está en el clítoris y sin tocarlo difícilmente hay orgasmo. Aunque tengo que reconocer que muchos hombres me habían puesto a punto con solo rozar mis puntos débiles: el cuello, los pezones, la zona entre mis muslos sin llegar más allá.

Pero ella... ¡ay ella!, se me secaba la boca solo de imaginarla desnuda. De pensar en que me hiciera ese tipo de cosas o incluso hacérselas yo. Tenía ganas de todo su cuerpo. Quería acariciarlo, morderlo y lamerlo hasta llenarme con todo su sabor.

Mi mente estaba pensando en comerse un coño y le parecía bien. ¡Qué digo bien! Lo estaba deseando. Y no entendía nada de lo que me ocurría porque jamás me había pasado nada igual con otra mujer.

Ella era especial. Tenía que admitirlo ante mí misma. Me gustaba una chica y estaba completamente avergonzada por ello.

Quería acercarme a ella, pero no sabía cómo hacerlo sin parecer una acosadora. Yo era su jefa y me preocupaba bastante la idea de meter la pata y que me denunciara a Recursos Humanos.

Lo más seguro era que ella fuera totalmente heterosexual y se molestara por mis atenciones. Yo lo habría hecho antes. Cuando no sabía que podía sentirme de esta manera.

Necesitaba a alguien con quien hablar del tema, pero me daba miedo que mis amigas me juzgaran. Al final decidí meterme en un chat con un nombre claramente falso para preguntar a otras lesbianas qué podía hacer con lo confusa que me encontraba. Alguna me propuso probar con ella primero. Recibí también propuestas para probar la experiencia con marido incluido en la ecuación... Pero a mí no me gustaban las mujeres en general. Yo la quería a ella. A mi Sofía.

3 de Octubre de 2020 a las 16:03 0 Reporte Insertar Seguir historia
0
Leer el siguiente capítulo Capítulo 2

Comenta algo

Publica!
No hay comentarios aún. ¡Conviértete en el primero en decir algo!
~

¿Estás disfrutando la lectura?

¡Hey! Todavía hay 3 otros capítulos en esta historia.
Para seguir leyendo, por favor regístrate o inicia sesión. ¡Gratis!

Ingresa con Facebook Ingresa con Twitter

o usa la forma tradicional de iniciar sesión