gabloved_ ᵀᴴα

Kim Taehyung vivía refugiado en la soledad para evitar tragedias, Jeon Jungkook vivía rodeado de personas y las ocasionaba. Taekook. —Taehyung Top —Jungkook Bottom —Historia ambientada en una edad media alterna. —Violencia, trata de temas religiosos y fantasía. *Leer bajo su propia responsabilidad.


Fanfiction Bandas/Cantantes No para niños menores de 13.

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Prólogo

Bring The Pain


Pues aunque conocían a Dios, no le honraron como a Dios ni le dieron gracias, sino que se hicieron vanos en sus razonamientos y su necio corazón fue entenebrecido. Profesando ser sabios, se volvieron necios, y cambiaron la gloria del Dios incorruptible por una imagen en forma de hombre corruptible, de aves, de cuadrúpedos y de reptiles.

Por consiguiente, Dios los entregó a la impureza en la lujuria de sus corazones, de modo que deshonraron entre sí sus propios cuerpos; porque cambiaron la verdad de Dios por la mentira, y adoraron y sirvieron a la criatura en lugar del Creador, quien es bendito por los siglos. Amén.

Por esta razón Dios los entregó a pasiones degradantes; porque sus mujeres cambiaron la función natural por la que es contra la naturaleza; y de la misma manera también los hombres, abandonando el uso natural de la mujer, se encendieron en su lujuria unos con otros, cometiendo hechos vergonzosos hombres con hombres, y recibiendo en sí mismos el castigo correspondiente a su extravío.

Romanos 1:21



—Señor. — El coreano mal pronunciado de aquella pequeña rubia de ojos claros inundó sus oídos, llenándole de una melodiosa armonía que interrumpió sus sueños. Se desesperezó y le dedicó una mirada dulce cuando abrió los ojos encontrándose con unas maravillosas perlas azules brillando en la oscuridad de su roída habitación.

Sus pequeñas y delicadas manos acariciaron la mejilla del trigueño y este resintió su tacto de inmediato, crispado.

— No debería acercarse tanto a mí. Se lo advertí muchas veces.

—Parece que tienes fiebre. — Responde ella con dulzura. Ya estaba acostumbrada al trato excesivamente respetuoso del moreno. El hombre se sienta en su cama y revuelve su cabello esponjoso, bostezando.

—Estoy bien. Ayer me quedé hasta muy tarde retirando la mala hierba de las parcelas. —Informó y la rubia sonrió resignada. — Cada vez crece más y más rápido. No ha llovido en semanas. Temo que...

— Incluso si no llueve yo te traeré de comer. — El mayor rio encantado cuando la pequeña se alteró ante su declaración.

—Tengo ganado para sobrevivir esta sequía. Estaré bien. — Bosteza y se para de la cama buscando su camisa vieja y sucia de siempre. La niña le sigue con la mirada, preocupada cuando nota la pigmentación negra en su piel, extendiéndose por su cuerpo, como la mala hierba que invadía sus parcelas.

—No es prudente que se quede mirando tanto, señorita. —Advierte el pelinegro, tímido. —No sabemos si pueda contagiarse incluso solo mirándome. Y no trae sus vendas.

—Así no se contagian las enfermedades señor. —Niega y suspira. Ya había pasado mucho tiempo en aquella cabaña y sus padres empezarían a buscarla. —Tengo que irme ahora. Traje algunas frutas. Las dejé en el canasto. Por favor coma todo. — El mayor asiente terminando de ponerse la camisa y suspira cuando ve a la niña ir hacia la puerta. La soledad era algo a lo que acostumbraba desde que era un niño. Sin embargo, no sabría qué sería de él si un día ella dejaba de venir.

La rubia detiene su salida cuando escuchan el pasto medio seco de la granja crujir en un crescendo que termina en un golpe seco acompañado de lamentos y sollozos.

—¡Venga conmigo! —Susurra aterrado el mayor llamando a la niña, sus manos agitándose para indicarle que se acerque y esconda lejos de la puerta. Ambos se miran con nerviosismo cuando los lamentos se transforman en maldiciones. ¿Cómo encontraron su granja? ¿Acaso alguien la había seguido?

—¡Ayuda! —Grita el intruso y el mayor toma una lampa, blandiéndola listo para atacar a quien sea aquel que invadió su territorio.

—Quédese aquí.

Temblando y con la guardia en alto el pelinegro abre la puerta recibiendo los insufribles rayos del sol en todo el rostro. Parpadea acostumbrándose al resplandor que ataca sus ojos y enfoca la vista en aquel saco humano que había caído desparramado en su jardín. Estaba vestido de blanco, con ropa de lino, blanca y nueva. Solo unas pequeñas manchas de sudor y polvo arruinaban la pulcritud de la tela fina que vestía.

Era un varón. Un varón joven de rasgos delicados e infantiles, cuerpo delgado pero fibroso y musculoso. Se veía sano y bien alimentado, aunque estuviera desmayado y no lucía herido. Se acercó lentamente con la lampa haciéndole guardia y relamió sus labios cuando estuvo a tan solo centímetros de este.

—Por favor, a-ayúdame. — Balbucea a duras penas y su voz suena como música en sus oídos. No solo se veía fino, su voz también lo era. Intrigado bajó la guardia mirándole con suma atención ante cualquier movimiento inesperado. Expectante.

—¡Es un ladrón! — Grita la niña saliendo de la cabaña, histérica. —Sus manos... — Señala con el índice y el moreno lo rodea para verlas. Estaban atadas con un objeto espinoso que se clavaba en sus muñecas, lastimándolas al punto de provocar que sangre las tiñera de rojo y un charco se formara en el suelo.

—No soy un criminal. —Repite, cansado.

—¡Niña váyase de aquí! — Grita el trigueño. La pequeña solo le mira asustada al escuchar su voz tan profunda darle la orden. Nunca le había levantado la voz.

—¡Pero!

—Que se vaya. Ahora. — Advierte por última vez volteando a verle a los ojos, amenazante. — Y no vuelva a venir, al menos no por un tiempo. — Su mirada se relaja sintiendo el peso de sus palabras si ella decidiera nunca más volver.

La niña niega con los ojos empapados en lágrimas y huye del lugar desapareciendo por el bosque. El pelinegro la sigue con la vista, su pecho ardiendo por la incertidumbre de no volver a verla, nunca más.

—Usted. ¿De dónde salió?

—Del infierno.


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La historia obviamente está inspirada en ON así que los looks de los personajes son los mismos del MV, dense una vuelta para recordarlos.


Gracias por leer.

6 de Abril de 2023 a las 06:05 0 Reporte Insertar Seguir historia
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