-Ven Max que te voy a contar un cuento
-Cuéntame uno de espantos abuelo.
-Ok. Max, cuenta la leyenda que muchos años atrás vivió en San Antonio del Táchira, una familia procedente del centro del país e integrada por el padre, la madre, dos preciosas niñas y un varoncito, el último de la prole, de escasos tres añitos al que cariñosamente llamaban "Pepito", diminutivo del nombre de su padre José.
-Ocupaban una vieja casona provista de sótano, como era frecuente construirlas en aquellos lejanos tiempos, que servía para guardar objetos y muebles de poco uso y así como escondite de personas, dinero u objetos de valor en casos de revueltas populares o invasiones armadas tan frecuentes en esa región fronteriza.
-Sucede el caso que Pepito enfermó de sarampión y pese a todos los cuidados que le prodigaron sus padres y el boticario de la población, pues no había médico, el niño se agravó y murió, siendo enterrado en el cementerio de la ciudad, sumiendo sus padres y hermanitas en la más profunda tristeza.
-Poco tiempo después la familia regresó a su lugar de origen y la casa fue ocupada por otra que también tenían entre sus hijos un pequeñín llamado Luisito, aproximadamente de la misma edad del fallecido y es el caso sorprendente que por las tardes, tomó por costumbre ir a jugar al sótano mencionado, en donde pasaba horas enteras entretenido y al preguntársele el motivo, respondió con la mayor naturalidad que la pasaba alegremente jugando con su amiguito Pepito, ante el asombro e incredulidad de sus padres que sí conocían la malograda muerte de ese niño.
-Ante esta circunstancia extraordinaria, resolvieron consultarla con el cura Párroco, que de inmediato procedió a bendecir la casa y aconsejarles mudarse a otra no muy cercana a la anterior para evitar que su hijito continuara visitándola en busca de su querido y espiritual amiguito, Pepito.
Abuelo ese es todo el cuento, no me asusto en nada, más bien era un fantasmita amigo Jii..ji..jii.
-Bueno Max ya es hora, vamos a merendar que ya son las cuatro de la tarde.
Eso abuelo yo pido una torta de chocolate Yupiii…
Gracias por leer!
Podemos mantener a Inkspired gratis al mostrar publicidad a nuestras visitas. Por favor, apóyanos poniendo en “lista blanca” o desactivando tu AdBlocker (bloqueador de publicidad).
Después de hacerlo, por favor recarga el sitio web para continuar utilizando Inkspired normalmente.