TEMBLOR Seguir historia

-Ven Max y Mateo, que les voy a contar un cuento de tu bisabuelo Papillo.

-Ajá abuelo ¿Y qué le pasó a Papillo?

-Bueno siéntense ahí, para que lo oigan.

-Okey listo abuelo, empieza dice Max.

-Era una tarde soleada, despejada y calurosa del mes de mayo como las que suele haber en San Antonio del Táchira, mi papá “Papillo”, tenía como unos 10 años cuando se llevó el gran susto de su vida según él me contó.

-Él me dijo así:

-En esa época se acostumbraba comer "El Puntal", de los gochos que era la merienda de las 4 de la tarde, me habían servido un “pocillo” de café con leche que tomé presuroso y me habían dado un “mojicón”, un pan torcido típico de la región el que me llevé para comérmelo encaramado en un árbol de “Tampaco” o “Copey” como también le dicen, pero su nombre científico es un “Clusia rosea jacq”, al que me subía todas las tardes y era mi refugio personal, mi castillo en el aire desde allí divisaba gran parte del pueblo, entretenido estaba comiendo mi mojicón.

-Cuando de improviso un fuerte ruido se oyó, oí que se acercaba como un tropel de ganado cuando empezó a sacudirse fuertemente el Tampaco, me agarré como un mono a una de las ramas del árbol, cuando vi salir a mi mamá la Nona Lucina junto a la vieja cocinera Criselda, corriendo hacia el patio donde me encontraba yo.

-Ellas gritaban:

¡Misericordia señor...!

¡Misericordia Señor...!

¡Jesús María y José fin de mundooo..!

¿Virgencita de la Luz protégenos…!

-Era la virgen patrona de San Antonio del Táchira.

-Más asustado estaba yo, cuándo empezó a moverse violentamente el árbol, se mecía de lado a lado, agarrado estaba a una gruesa rama que crujía amenazando reventarse, terminó el fuerte temblor y continuaba balanceándome de lado a lado.

-Para algunos entendidos fue un sismo de 6 grados en la escala de Richter, pero para mí fue como de cien.

-Lo que sí sé.

-Fue que nunca más me volví a subir a ese árbol, ese fue mi mayor susto que pasé con un temblor

-La casa se agrietó y cayeron pañetes del techo y paredes, mi abuelo tu tatarabuelo “Papá Ché” y mi padre tu bisabuelo Papillo armaron una improvisada carpa en el patio de atrás con lonas y sábanas, donde dormimos por espacio de varios días, ya que sucedieron una serie de pequeños temblores durante más de una semana.

-Uno de los entendidos decía que los temblores estaban asociados a las aguas termales cercanas a San Antonio del Táchira, ese temblor ocurrió el día cuatro de noviembre de 1933.

-Recuerdo ese día se sucedieron dos fuertes sismos de gran intensidad.

-El primero lo sentí en el árbol y el segundo temblor, estaba al lado de mi mamá, todos estábamos reunidos en el centro del solar, en un gran terreno con árboles frutales que había en la vieja casona, donde estaban también las vacas que se arrodillaban y daban mugidos lastimeros, los caballos relinchaban, los perros ladraban y corrían de un lado a otro y los gatos también salieron corriendo y no los vi más, sino hasta el otro día que regresaron a la casa, todos los animales se mostraban muy inquietos y nerviosos, ese fue el susto de espanto y brinco más grande que había tenido.

Jii…jii…jii…

-Pobrecito mi tatarabuelo y mi bisabuelo Papillo, dijo Max riendo.

-Abuelo ¿Tú has sentido fuerte sismos?

-Sí Max, el terremoto de Coquimbo el 16 de septiembre del 2015, con magnitud de momento de 8.4, pero eso es otro cuento que dejaremos para otro día, ahora vamos a merendar que ya son las cuatro de la tarde.

-Yupiii abuelo yo voy a comerme un trozo de torta de chocolate..

-Y yo también exclamó Mateo.

Jii…jii…jii…