Ni que se te hubiera muerto el perro. Ese sentimiento de que te falta algo. Solo los verdaderos futboleros entenderán el dolor de no tener un buen futbol redentor para mirar un rato. Porque hinchas puede haber muchos, pero futboleros futboleros, de esos que te miran un Patronato vs Villa Dalmine por la Copa Argentina un martes de junio a las 21 hs, de esos como el Trinche que de viejo le preguntaron si quisiera volver a jugar, y pidió 45 minutos, (¡no los 90 reglamentarios!), 45 pidió y que de ahí lo lleven, que lo entierren nomás, que ya estaba, personas así que admiran a este deporte más allá del amor por los colores de un club, no hay tantos. Y todos sufren, es verdad. Pero el futbolero más. Es como si te hubieran borrado las estrofas de un libro, y sólo te queda el libro en blanco, y ahora es el libro el que te mira y te dice: ¿Y, maestro…?.
Y el fulbito que jugás, ese duele más. Porque ahí cualquiera se siente un poco Platini, Perfumo, Palermo, cualquiera con un pantalón corto y un par de timbo o incluso zapatillas puede participar de un picado. Sentir el olor del manto verde, el ruido de las redes con el viento, la conjunción única en donde puesta la pelota a rodar, se igualan todas las diferencias que la sociedad moderna propone, y dónde, talentos, esfuerzos y azar mediante, todo puede ocurrir. Sentir que sos un poco Dios, o su sucedáneo, que podés decidir junto a un equipo aunque sea por unos minutos los designios del quehacer mundano, batallando, corriendo cada pelota, muriendo en cada intento.
Y eso hoy no está.
Desafíos que nos impuso la cuarentena. Recapitular. Ver jugadas viejas, recachutadas por Instagram. Escuchar los dichos de Ruggeri como si el mismísimo fútbol personificado te hablara. Compartir con algún otro futbolero en algún grupo de whatsapp afín el sufrimiento y de esa manera dividirlo, minimizarlo. En fin, al futbol lo enterraron unos días y habrá que esperar que resucite, como buen samaritano del dolor del mundo.
Y rezar para que el 3er tiempo renazca entre las cenizas (del último asado).
Gracias por leer!
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