lihuen Lihuen

Una pintor de poca fama recibe una muy buena oferta por completar un trabajo en la mansión de un aristócrata, que lo dejará deslumbrado por las obras de artes desplegadas en sus paredes, No obstante, las obras encierran un secreto que lo pondrán en jaque.


Fantasía Todo público.

#misterio #maldiciones
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I

No había vuelta atrás. Todos y cada uno de los miles de espectadores allí afuera lo sabían, y por esa razón, imaginó, deberían sentirse conmovidos no solo por su sacrificio sino por el sufrimiento que éste acarreaba. Inútilmente intentó moverse; su cuerpo rígido y aplomado parecía estar pegado al suelo ardiente. La desesperación le anudó la garganta pero las tan anheladas lágrimas se negaron a brotar por sus mejillas resecas; quiso evocar la juventud, la vitalidad, el movimiento y hasta el aire que en un tiempo lo animaban, pero todo era inútil; solo quedaban las ruinas de su pasado glorioso fluyendo en ríos sobre aquel páramo estéril que ya palpitaba vida; vida que olía a sangre carmesí, tan carmesí como las siluetas pinceladas próximas a existir.

………………………..

Jack se quedó inmóvil al lado del teléfono con el dedo presionando innecesariamente el botón del contestador. El mensaje que acababa de escuchar o la idea de éste, aun retumbaban en sus oídos pero su emoción era tal, que había entrado en un estado de shock que le mantenía paralizado, mientras que su corazón trotaba desenfrenado como un potro sin domar. Mas de medio millón. ¿Era posible? Inmediatamente le asaltaron las dudas y el descreimiento se apoderó de su mente oprimiéndole el pecho. ¡Era obvio que estaba siendo víctima de alguna broma! Tenía que serlo. Y no es que menospreciara su trabajo ni nada, sólo que siempre se había considerado un pintor estándar, pero sin nada especial. Al menos nada que tentara a un millonario a pagarle tanta plata por una obra. ¿O había escuchado mal? Presionó la tecla otra vez y corroboró la cantidad. ¡Eran 500.000!

De pronto y sin proponérselo, se le vinieron a la cabeza un par de eventos similares. J.K Rolling convirtiéndose en millonaria de la nada o Basuiat, artista callejero, que logró captar la atención y vender sus obras por millones. ¡Qué va! En vez de quedarse sentado a pensar debía averiguar si el cuento era cierto antes que el que sí es… o no es… o será… le explotaran el cerebro.

Jack se acomodó en una mullida silla frente un cincuentón de traje que le sonreía ampliamente mostrando una dentadura blanca. Aun no podía creer que en menos de 24 horas se hallara frente al abogado. La pulcritud del traje y el cuidado minucioso del aspecto de aquel hombre lo hicieron sentir algo incómodo, pues era como estar frente la cara opuesta a su persona, a la mismísima representación de todo lo él no era.

—Señor Sullivan—dijo el hombre con voz resonante pero agradable—debo decirle que me alegra que haya podido venir tan pronto. Estará de acuerdo conmigo, seguramente, que en este mundo lo que menos hay es tiempo. Todo va tan de prisa. —Hizo un gesto con la mano para reforzar lo dicho—. Que si uno se no se decide, pues las oportunidades pasan. —Jack asintió y el hombre sonrió—. Pues esta oferta—continuó—es una de esas oportunidades, como usted mismo lo debe haber evaluado—. Hizo una pausa y abrió una cajetilla de habanos.

—Acuerdo completamente—le respondió Jack sin apartar la vista de los puros. El aroma a tabaco le resultó muy placentero, tanto que la voz se le puso ronca por el deseo que le produciría el sabor de esa clase cigarros.

El abogado pareció leerle la mente y le alcanzó la cajetilla.

—¿Fuma?

—Por supuesto.

Jack aspiró el cigarro con vehemencia, sintiendo que la vitalidad y el buen humor volvían a su cuerpo fortaleciéndolo, como recién despertara de un largo sueño. El aire insano le despejó la mente y alivió las tensiones; y de pronto ya no se sintió incómodo en aquel lugar donde todo se fue tornando nebuloso, igual que en su hogar.

Mientras los puros se iban consumiendo, el abogado sacó unos documentos de su maletín y comenzó a leerle la propuesta de trabajo. A medida que el hombre leía las primeras cláusulas del contrato, Jack analizaba en silencio. Al parecer se le pedía finalizar la secuencia en una obra de arte que había sido abandonada por su autor hacia poco tiempo. Por lo tanto, el que retomara el trabajo debía respetar no solo el estilo y la técnica de su predecesor sino también sus ideas y deseos. Debía además mudarse a la mansión donde estaba la obra llevar el acabo en encargo con la más absoluta discreción, en otras palabras nadie debía enterarse de aquella encomienda.

—Como verá señor Sullivan, en este asunto no hay presiones de tiempo, y ¿sabe por qué?—Jack hizo una negativa silenciosa—porque lo único que desea el duque es que la pintura sea perfecta. Usted cuando tenga la posibilidad de ver y analizar la obra entenderá que deberá hacer. Allí se le clarificará todo. Y también será consiente de la magnitud de este pedido.

—¿Podré siquiera salir?—se aventuró a preguntar Jack algo preocupado. Nunca le había gustado que le digan lo que tenía que hacer ni le manejaran la vida. Quizá por eso le venía bien ser quien era, un artista independiente, sin horarios ni jefes a quien obedecer.

El abogado y asistente pareció captar sus preocupaciones y se apresuró a explicarse mejor.

—Usted podrá salir todo lo que desee mi amigo—dijo mirándolo a los ojos—pero créame, una vez dentro no querrá hacerlo. Esa mansión es un paraíso. No para gente como yo por cierto, que tenemos otros intereses, pero sí para los de su clase.

A Jack se le cruzó preguntarle que había querido decirle con eso de su clase. No obstante la curiosidad por entrar en aquella residencia ya flotaba en su mente. La idea de vivir rodeado de murallas de piedra y antigüedades comenzó a poblar sus pensamientos de toda clase de fantasías. Desde la posibilidad de ver cuadros antiguos hasta la idea de encontrase con algún fantasma vagabundo aun vestido de caballero portando una espada ensangrentada.

El abogado carraspeó haciendo desaparecer la tenebrosa visión.

—Me alegro que sea tan decidido, señor Sullivan. —Le extendió un bolígrafo dorado que relucía como una pequeña vara mágica—y lo que más me alegra, ─declaró mientas Jack firmaba—es que no haga preguntas pues las detesto sinceramente; me agrada la gente que aprecia el trabajo en cualquier circunstancia.

Jack apenas lo escuchaba pues estaba empeñado en que el garabato de su firma luciera prolijo, y mientras firmaba pensaba en que era la primera vez que se le encomendaba un encargo tan extraño, ¡pero que importaba!, siempre le habían gustado los misterios, y este era el más intrigante de todos.

25 de Agosto de 2020 a las 14:58 7 Reporte Insertar Seguir historia
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Seguiré leyendo. No sé porque se me vino a la mente El fantasma de Canterville de Oscar Wilde cuando tu narrador fantasea sobre lo que podría encontrar en la residencia. 😁
September 25, 2020, 06:15

  • Lihuen Lihuen
    ajjaja puede ser, ya se vera que pasa. Lo que si es cuento un poco largo... September 25, 2020, 15:39
  • ! ¡ ! ¡
    No te preocupes, no me intimidan las cantidades de páginas. September 25, 2020, 17:08
German Martinez German Martinez
Excelente inicio, seguiré leyendo.
August 25, 2020, 17:37

  • Lihuen Lihuen
    Genial que te guste German!! August 26, 2020, 14:17
Angélica Griffin Angélica Griffin
Hola. Ojalá nos hagamos millonarias como J.K Rowling jajajaja. Es una oferta de dinero muy interesante pero siempre viene acompañada de algo más jajajaj. Pobre Jack. Saludos.
June 10, 2020, 18:59

  • Lihuen Lihuen
    Si tal cual. Siempre hay un precio que pagar June 14, 2020, 23:49
~

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