Extraño al amor de mi vida. Cada día que paso sin ella es como ver morir mi vida varias veces hasta quedar seco como una pasa. Pero cuando se que volverá a encontrarse conmigo, mi alma vuelve a regocijarse una vez más y mis nueve muertes terminan convirtiéndose una vez más en nueve vidas. Pronto la veré y mi anhelo finalmente se cumplirá.

Heme aquí, esperando en el andén la llegada de mi amada mujer, con una rosa roja envuelta en un bouquet del mismo color de la pasión, lleno de expectativa y de felicidad. Ya fueron muchos días sin tenerla cerca, y aunque la familia intenta suplir su falta, la presencia de estos solo me incomoda, pues más me importa estar con ella que con otras personas, que poco y nada comprenden acerca de estar enamorado. Ahora espero a mi mujer y ahora nada podrá privarme de este momento tan dichoso.