El chico que apareció en la pantalla se veia salvaje. Pero a Martina le parecía tan apuesto, que prosiguió presentándose y, luego, lo hizo él: -Cain? Enserio? Y tu hermano es Abel? El asintió. Y ella pensó que era broma. Pero cambió de opinion cuando le mostró a los angeles que custodioban el jardin. A los dias, Martina decidió hacerse entender con un dibujo: -No mates a Abel-le pidió-. No lo mates! La bateria se les acabó y ya no hablaron. Sin embargo, aquella llamada cambiaría la historia...

—¿Quieres contestar el teléfono?, por favor —me preguntó con sus ojos brillosos. Asentí —Es de parte de Luis, dice que no olvides estar tres horas antes en el aeropuerto —le dije. —Bien, tengo todo conmigo —se mira en el espejo—, espero le guste. —Si no lo hace, está mal de la cabeza —le ayudo con las maletas en el portaequipaje del taxi y beso su mejilla—. Espero disfrutes tu estadía en México. —Te escribo a lo que llegue. Nos despedimos.

Llevaba soñandote por meses. Aún no comprendo como logras escabullirte cada noche y logras llenarme la realidad con recuerdos cargados de nostalgia. Hoy no pude evitar llamarte y preguntarte como estabas, una llamada que esperaba que durará cinco minutos, terminó en una llamada de tres horas con veinte minutos. No quería colgar porque sabía que volveriamos a la realidad en donde no estas.

#2 Otro día. —¿Hola? —Hola, dime —responde al teléfono en la madrugada, somnoliento —¿Estás despierto? —Amigo, sí. —Tengo algo que contarte. —Dime. —Hoy en la calle encontré un sujetador para el pelo. —Ok ¿Y para qué lo quieres? Tu pelo es corto. —Sólo lo tomé porque sí. —Oh. —Tengo algo más, también encontré una moneda. —Eso da suerte. —Sí~, la usaré para comprarme algo. —Amigo, en serio —sonríe—no puedes comprar nada con una moneda, es absurdo. —Lo sé, lo soy.

Odio los cumpleaños, especialmente los míos. No sé que clase de maníaco narcisista se le ocurrió tal invento para ser motivo de celebración anual, la excusa perfecta para que seres, con los que apenas convives te llamen y digan entre líneas que recuerdan tu existencia. Como cada año, el teléfono de la casa retumbaba entre los horribles tonos y yo no quería saber de nadie, hasta que la melódica insistencia del aparato me puso en contacto con la única la voz que quería oír, la muerte.

A pelo menos dois anos, venho digitando um livro, mas infelizmente empaquei, não sei como terminar, mas indo para psicologa. Essa inspiração veio e se foi rapidamente. Por um lado, o bloqueio está indo embora, por outro parece que ele não irá totalmente. Que Deus me der forças e que eu finalmente consiga terminar meu livro.

-Buenas, se comunica con soporte técnico. -Buenas noches, soy el señor John. -Diganos, Señor John, ¿a que se debe su llamada? -Ocurrió de nuevo. -¿El reinicio? -Sí, por favor, ahora le pido que... Un ruido ensordecedor se escuchó desde la otra línea. -¿Señor John? -¿Bueno? -¿Con quien tengo el placer? -Línea temporal americana de 1950, Jefferson City, ven, ahora. -¿Pero con quién estoy hablando? Colgó.

Me metí en la cama de mi madre y me recosté al lado de ella, al sentirme se giró y me tocó el hombro; sin saber que estaba hecha pedazos, me abrazó y me volvió la vida. Mientras escuchaba su corazón entendí que para una madre los hijos no crecen, y para los hijos una madre nunca pasa de moda. Protegida, segura y amada en cuestión de segundos, es ahí donde me di cuenta que no hay mejor lugar donde estar que en los brazos de tu madre.

Cuando una sonrisa, puede mostrar tanta resignación, al saber que en estos años la persona amada; avanzo y logró sus metas. Sonrisa de doble sentimiento de resignación y felicidad, porque aunque estén separados, siempre deseo lo mejor para él.