En el laboratorio lleno de cápsulas de agua llenas de mutantes con la espalda curvada, dientes afilados, ojos rojos y piel blanca que era sus huesos que le cubrían el cuerpo. El ciego era el único humano entre ellos, flotando en la capsula transparente, escuchaba gritos que le eran familiares. Abrió los ojos para verlos, pero, no podía ver y no sabía por qué. Al intentar cerrarlos no sabía cómo hacerlo, el sin saber cerrarlos se quedó flotando esperando recordar los gritos, y no recordába nada.

No podía soltarme de la cuerda que me ataban las manos y pies al despertarme. Sorprendido, enfrente mía tenía a un sádico de 2 metros trayendo siempre un cubo lleno de sangre y cada día les cortaba con un cuchillo de cocina a mis padres y a mi hermano pequeño sus extremidades mientras que a mi me ignoraba. Estaba llorando-¿por que no a mi?-temblando de miedo me acerco a mi familia arrastrándome del charco de sangre q cubría toda la cocina y el viéndome simplemente me apartó y yo sonreí.

El perro levantando su pequeña cabeza me miro con seriedad con esos ojos azules volviéndose en su apariencia humana mientras me miraba sin apartar su mirada dejando al final un impulso de viento a su alrededor que me hizo volar atrás, yo aterrizando a 5 metros de el cubriéndome los ojos con los dos brazos. Su cabello hielo, con su gran chaqueta abierta negra que le llegaba hasta las rodillas, vestido de negro y sus ojos azules como el cielo estaban centrados en mi, baje las manos paralizado.

Alcé la mirada al escuchar esa voz mordaz. Su aspecto de dos metros intimidaba bastante, iba vestido como un paciente de hospital con la ropa rasgada, con la boca que sobresalía de la cara y mostrando sus colmillos afilados. Sus ojos eran redondos y del tamaño de una moneda, tenia el cuerpo anormalmente musculado y no tenía pelo en el cuerpo. Al intentar huir al verle, me di cuenta q estaba atado a una silla sin una pierna desde ahí empeze a gritar inútilmente, el babeando y gimiendo de placer

Alejandro a la edad de 16 años supero a su hermano mayor de 18, a ser el sucesor del trono. Lo superó desafiandolo a un duelo a su hermano mayor al que amaba para impresionarlo y el acepto. Estaban en el jardín de dentro del castillo. Solo estaban los dos cuando el hermano mayor dio el primer paso, sacando su gran espada de su espalda. Alejandro, sin piedad fue a la velocidad de la luz del rayo, dejando el suelo destrozado en el que se dirigía y le estampó contra el suelo, desde arriba.

Llevado por la ambulancia no veía nadie de mi familia sentada a mi lado, solo estaban los trabajadores de ambulancia intentando mantener mi pulso. Sobreviví solo lleno de quemaduras en mis brazos y piernas q dejaban al descubierto mis musculos, causados por mi poder logrando salvar a mi hermano. Recorde por un momento los gritos del monstruo llamándome "Salvación" y de a ver descubierto los grandes mitos humanos. Sabiendo eso me di cuenta de que soy una especie de semi monstruo y humano.