Pasado el tiempo lo recordé, sucedió cuando, derrotado, con la cabeza recostada en el vidrio, ví lo que había olvidado, aquel par de amigos tan cercanos lo irradiaba, era la pura indiferencia a todo lo demás que evocaba desde su felicidad. Voltee la vista al frente y desde atrás me sentí rezagado, podía ver cabello, pero ningún rostro, hasta que a lo lejos, nuestros ojos coincidieron y capturaron una sonrisa nostálgica, de pronto no necesité recordar nada, pude sentir el sol del ayer.

Hoy me ví obligado a tomar el bus por primera vez en años, tanto así que ya no recordaba como pedir la parada. Afortunadamente la chica que se encontraba esperándolo antes que yo supo hacer la señal para detenerlo. Fui tras ella y tome asiento en la retaguardia, solo entonces me di cuenta que no sabía el destino de aquella ruta. Arrancó, todo vibró y el ruido del motor llenó el interior de vida, ya no había lugar a dudas, tenía la certeza de querer recorrer aquel camino hasta el final.