Está acostumbrada a tener los ojos de todos puestos en ella, le gusta la atención, ¿su rostro?, porcelana y seda. Sus caderas se mueven sensitivas, su mirada es intrigante, arrebatadora, era fuego en el escenario, se lleva con ella el paroxismo de todo el que la observa. Brillaba más que las luces parpadeantes, era más que solo una chica de cabaret, su mirada profunda llena de amor. En un cabaret de Venecia, la conocí.

Camino en la cuerda floja que sostienes, no vuelves, y yo tampoco, ¿dónde me quedo, contigo o sin ti?, ya no respondas a la pregunta, porque decido quedarme sin ti, del otro lado del abismo y lejos de ti, de tu adictivo juego de pasiones. Lo tóxico nos arropa y prefiero perderte y amarme a tenerte y odiarme.

Y vuelves, tus caricias, tus beso, tu eres fuego que quema por dentro, destruyendo todo mi interior, entonces, ¿dónde me quedo, contigo o sin ti?, aclara mis dudas ojos mieles, volátil marfil.

Soy ajena a lo malo que es, te vas y vuelves cuando ambos necesitamos más, más de este amor tóxico que no es amor. Me tienes colgando del hilo rojo que lo sostienen tus manos, si me dejas caer estaré tan perdida como ahora o peor. No quiero más de esto que me hace daño, pero vuelvo con los ojos vendados, al hilo rojo que sostienen tus manos y que sin darme cuenta me llena de dolor, olvido lo peligroso que es estar colgando en medio del abismo de tu gran atracción.

Me arrebatas la conciencia con cada trago que tomo de ti en cada beso de pasión, me llevas a tu plano en cada toque, ¿no te das cuenta que tóxico se vuelve cada encuentro entre tu y yo?, pero ahí estoy, día y noche me quemas para luego apaciguar el fuego y solo repetir el ciclo de esta irrevocable dirección.

El dulce sabor que salpica en mis labios como miel y limón, quema, envenena pero gusta. Me traes como un trompo de aquí para allá y de allá para acá, por fin, ¿dónde me quedo, contigo o sin ti? Me quemas y destruyes todo mi interior con tu seductora mirada rebosada de ternura que engaña con traicion. Labios mojados y embriagados de ilusión. Eres poderoso, un arma destructora pero adictiva que nubla mi buen juicio, siendo incapaz de responder a tu poder sobre mi.