¿Y están todos los hijos destinados a convertirse en la copia de sus padres?

Fue su destrucción: «Descubrir que la persona que más amaba, al fin y al cabo, era la que más la odiaba»

Una flor roja abrió sus hermosos pétalos, intentando cautivar. Muy extrañada, se fijó que nadie la admiraba. Miró a su alrededor con confusión. ¿Qué era este lugar tan atroz? Muy pronto, se emocionó cuando un hombre cubierto de sangre se acercó a ella y la observó. El hombre estiró la mano y la flor, deseosa de su caricia, se preparó para recibir su tierno toqué. Fue aplastada sin consideración. Una flor en un campo de batalla llamaría la atención.

—¿Piensas que te dejare ser feliz? ¡Que creador más iluso! Yo, tú vil engendro, busqué el amor entre los de tu raza; pero, al final…¿Qué recibí? Odio. Rechazo. ¡Oh, cuán miserable me sentí! No tengo padre, ¡porqué tú, mi creador, me odia más que nadie! Te suplique una compañera y la destruiste. Ahora, ¿qué me queda? Este odio que me consume por dentro.Nadie pudo ver más allá que este exterior horrible. Al final, perdí la fe en la humanidad, por culpa de ustedes, ¡lloré lágrimas de sangre!

Habían talado miles de árboles sin compasión. La mujer observó el escenario con horror. Ella se preguntó: ¿Qué sería del mundo sí la tierra dejara de ser fértil y todas las plantas murieran? ¿Qué seria del mundo sí todos los peces en el mar murieran, si las aves en el cielo cayeran? ¿Lo has imaginado? Le preguntó a un árbol talado. Y la naturaleza, al ver su dolor, le contestó: —La sangre en sus venas se evaporaria, su  respiración sucumbiria y su existencia al final... terminaría.

¡Amor multiuniversal! La luna se llena de estrellas, ¿acaso son sus lágrimas de desamor? El sol ilumina el mundo, ¿es acaso su ardiente pasión? ¿Que alumbra hasta los más recónditos lugares? ¡Que masculino es su fervor!

¿Te imaginas que el sol se encontrará con la Luna? Es como si dos amantes, de los cuales su amor está prohibido, cruzaran sus miradas por una milésima de segundo. ¡Que codicioso es el destino! ¿Acaso, estos dos amantes estarán malditos? Quizás, estos dos astros enamorados,quienes no pudieron cumplir libremente su deseo de amarse crearon a sus iguales: Hombre y mujer, personificaciones del sol y la luna; al menos de ese modo..., ¿pudieron ver su deseo cumplido?

En la cúspide del conocimiento el humano encuentra el tormento.

El viejo sabio observó el manantial con aura apacible y misteriosa. Sus discípulos, curiosos por el interés de su maestro, le preguntaron lo siguiente: —¿Que contempla, maestro? Un silencio, demasiado postergado, procedió sus palabras. —El origen de la vida.

Y fue dejado allí, a la intemperie; con el frío de la noche y el consuelo de la luna. El niño comenzó a sollozar, pero aquella madre que lo había abandonado ya no lo escuchaba más. Aquel día, pudo oír los desgarradores gritos del universo y sin poder intervenir, se quedó allí, esperando en silencio... Nunca más volvió a creer en la humanidad. Todo estaba tan mal.

El conejito blanco sacó de su chaleco un reloj de bolsillo, Alicia, sorprendida por tal escena, se levantó de un salto. Impulsada por la curiosidad, echó a correr detrás del conejito y observó justo a tiempo como se precipitaba en una madriguera de aspecto siniestro. Antes de pensar en las consecuencias, ella lo siguió; al final de aquel profundo túnel, se encontró con una puerta entreabierta. El siguiente mensaje apareció frente a ella: "bienvenida al inframundo" Alicia nunca salió.

La taza se quedó varada en el filo del acantilado; el sinuoso borde de su porcelana inmaculada temblaba. Si caía, el vacío se la tragaria y se rompería: sería otra taza partida. — ¿Por qué está mi taza favorita al borde de la mesa...? Se congeló, allá quedaron los gritos desenfrenados y los insultos sin reparo. La taza se destrozó frente a sus ojos. Su tranquilidad se desgarró; después de todo, la taza sólo era el reflejo de una fantasía. Gritó. Porqué ella fue quién se rompió.

Era un acto inédito: una hermosa mujer había retado a Hércules a un duelo de pulsos. El héroe invicto sonreía nervioso, contemplando a la mujer con confusión. Antes de comenzar el duelo... La mujer sonrió, sus labios carmesis dibujando una curva pecaminosa, deslizó sus largas uñas por su fuerte brazo... Hércules perdió.

El Arcangel Rafael le susurró a su protegida las siguientes palabras: —No existen y no existirán personas completamente buenas; así como no existen y no existirán personas completamente malas. Sí quieres evolucionar, es una verdad que debes aceptar.

—Si logras hallar la salida del laberinto, encontrarás a tu verdadero amor. Se perdió.

Si destruyes la naturaleza. El mundo te condena.

—¡Contemplar la furia del mar!—Exclamó el capitan— ¡Si seguimos así, nos hundiremos como Atlantis, mi buen señor! —¿Acaso te olvidaste que soy Poseidón? Sólo estoy de buen humor.

¡Cuánto poder tienen los lectores! ¿Saben ellos que ocultan un terrible poder? ¿Cuán poderosos son cuando leen un libro? ¡Jueces! ¡Aliados! ¡Enemigos! ¡Héroes! Un lector encarna todo a la vez. Un escritor es el dueño de su libro... pero un lector no puede ser comparado ni rechazado. ¿Como podrías luchar contra eso? Tú...escritor, que estás leyendo esto.

—Romeo. —¿Sí, Julieta? —¿Por qué eres tan feo? Y así... El amor entre ellos terminó. Ninguno de los dos murió.

—Permanece cuerdo. Le dijó el loco al terapeuta.

Tienes un talento ilimitado. Sólo hay un obstáculo: tú mismo.

Sigue tu sueño. Si en tu caso, ese sueño radica en lanzarte y dejarlo todo, hazlo sin dudarlo... ¿sabes por qué? Allí encontrarás el paraíso que siempre has soñado.

Las caperucitas discutieron por largos días. El plan se llamó: "Caperucita y el Lobo Feroz". Despues de ejecutar el plan a la perfección, la ley fue aceptada y la guerra entre las dos razas inició. Fue un final devastador. 2\2

La emisión de la ley contra los lobos feroces fue puesta sobre la mesa, todas las caperucitas rojas discutían fervientemente que todos los lobos debían ser enjaulados y encadenados. —No podemos permitir que ningún lobo ande suelto por allí. Para que ésta ley sea aceptada, debemos idear un plan para hundirlos a todos y aprovechar el refrán de "por uno pagan todos". Así las demás pensarán que todos son bestias. 1\2

—Te amo—confesó la hermosa mujer; su figura y rostro celestial podían conquistar a cualquier hombre sobre la faz de la tierra. El dictador, famoso por su locura, la contempló sin mucho interés. —¿Dices amar a un dictador que ha asesinado a millones de personas?—Ella dudo ante sus palabras, así que prosiguió—¿Estas loca? —No... ¿por qué lo dice? —Porqué sólo una loca puede amarme, después de todo, soy el loco más grande.

—Tú, pequeña niña, eres un Dios hecho en carne... ¿Aún sabiendo eso cómo no puedes amarte? Esa fue mi respuesta y para mí sorpresa, yo siempre fui la niña juguetona y resuelta. Fin. 👉 4\4 Este microrelato se llama, ¿lo sabes? Y esta dedicado a todas esas personitas maravillosas que a veces piensan de la manera que aquí se relata. Di todo en este relato, y siento en lo más profundo de mi ser, que fue escrito para dar un mensaje a ti, que estás leyendo esto. 😌

— ¿Por qué  no los puedes ver?—La niña apuntó algo encima de ella—Ellos estan allí, junto a ti, todos los días, cada dia. Las personas los confundieron con dioses, con ángeles. Pero ellos son los únicos que lo saben. Sólo necesitas creer..., ¡creé, por favor! ¡No importa si no creés en Dios, no importa si no creés en nada ni nadie! Lo único que abré esa puerta, niña,  es una sola cosa: creé en ti misma, ámate como nunca amarás a nadie. Hizo una pausa y después agregó: 👉(3\4)

—¿Lo sabes? —Le cuestionó la pequeña, sus ojos tan puros como el océano—Estuviste ciega y sorda por mucho tiempo; más de la mitad de tu vida, así fue que llegué a comprenderlo: es increíble como el humano, frente al dolor, se hace ciego y sordo, hasta que se convierte en una incapacidad emocional. ¿Sabes lo que descubrí? ¿Tú que eres yo? No estás sóla.., ¡escúcha mis palabras, por favor! Ninguno de nosotros lo está. La niña se acercó, rompiendo todas las capas llenas de dolor 👉(2\4)

El payaso se levantó frente al tribunal. —Si existiera el juicio final, señor Juez, sería planeado por nosotros mismos. Una conmoción agitó la sala. —¿Que payasadas estas diciendo? —Nosotros somos, por naturaleza, el verdugo y la víctima. ¿Sabe cuál va a ser el mayor pecado de todos? —Sonrió—¡No aceptarse a uno mismo! Después de todo, ¿no es esa la verdadera razón detrás de todas las calamidades? ¡Incluso un payaso como yo lo sabe!

El pintor sonrió pese a su profunda tristeza. De la nada, confesó: —Dame una razón para creer —la copa se deslizó de sus manos, rompiéndose en miles de pedazos—. Te buscó en mis pinturas y no te encuentro. ¡Hoy no te he pintado! ¡Hoy  no...! ¿Estas escuchando...? ¡Esa pintura ha sido considerada una obra maestra! ¡Una pintura donde no estabas! ¡Ja! —Carcajeó, pero un tiempo después, sus hombros  temblaron cuando los sollozos desgarraron su pecho— Me rompió tanto el corazón...

Vi a tal engendro retorcerse: era un monstruo con tentáculos espumosos, viscosos y de un verde enfermizo. Su cuerpo estaba recubierto con miles de agujas venenosas. Me devolvió la mirada, sus ojos eran del color de la obsidiana. Con un estallido de risa, toqué al monstruo con las puntas de mis dedos. Era mi reflejo.

—Oye—dijo la escritora. Era rara la oportunidad. Nunca estaba plenamente conciente cuando el alma de su libro se personificaba frente a ella. Flotó a su alrededor y se apretujó junto a su oído, susurrandole la continuidad de la historia. —Gracias por elegirme—confesó— y perdóname si algunas veces mis oídos no llegan a escuchar tu voz—hizo una pausa—, si un día no te escuchó más, espero que elijas a alguien más apto...porque no deseo que mueras entre mis manos.

La menuda escritora tenía sudores fríos, temblaba y hasta hiperventilaba mientras—sentada en una silla— observaba con nerviosismo como todos los personajes de sus libros (creados y no creados) la taladraban con los ojos,  preguntándole: —¿Cuándo me tocará a mi? —¿Y a mí? —Y a mí, y a mí, y a mí, y a mí, y a mí, y a mí, , y a mí, y a mí, y a mí, y a mí, , y a mí, y a mí, y a mí, y a mí...

—Te esperaré—le prometió el tiempo al destino, un tanto apasionado. —No es necesario—respondió—, odio esperar.

En el último momento, la pluma del escritor tembló y se preguntó lo siguiente: "¿Que sería de su vida sin la escritura? ¿Sin aquel estado que lo embargaba como si fuera el más afortunado de los talentos? Una lágrima cayó sobre el papel, diluyendo la tinta. ¡Oh, cuán bendecido se sentía! ¡Si la literatura fuera una mujer de carne y hueso, se postraría a sus pies y le juraría amor eterno! Porque un amor como aquel traspasaría la barrera del espacio y tiempo. Ni siquiera Dios podría detenerlo.

Un Robots + —No tienes que acompañarme—le advertió la mujer—fuiste creado con un propósito mundano: para ser desechado. ⁣ La máquina se inclinó, su voz mecánica contestó:⁣ —Cuando eso pase, ¿seguiré a tu lado? ¿No fue ése el verdadero motivo por el que he sido creado? ⁣ ⁣

Es increíble. Fiódor Dostoyevski lo tiene todo. Me sorprende esta obra; no puedo parar de leerla. Además, no pensé que me reiría tanto; me enamoré de Aliocha en primera instancia; pero fue Fiodor Pavlovitch él que más me sorprendió con sus argumentos, su astucia y su convicciones futuristas. No soy de las que tiene ni autor ni libros preferidos; sin embargo, después de tanto tiempo lo encontré. ¿Por qué no lo había leído antes? Es oro puro.

Hey, mamá. ¿Por qué me abandonaste?

—Ayúdame —le suplicó el hombre. Se arrodilló ante la celestial criatura y rompió a llorar—ayúdame, por favor... Le decían el hombre sin corazón. La criatura se inclinó, desplegando sus alas multicolor; tocó sus lágrimas y sus manos luminosas acariciaron el hueco en su pecho.  Sonrió con afecto, arrancandose su corazón en el acto. Se lo entregó. El hombre, por primera vez, sonrió. Y la hermosa criatura murió. Era su último corazón.

En el mundo de los sueños, ella se vio a sí misma cuando era una niña; jugaba con alegría, reía, sin nada que la aplastará. Ella en cambio, estaba acabada. —Me odio—le confesó a la niña—, soy una inútil.  No soy suficiente, ni para mí ni para nadie... Primera parte. (1\4)

La mente galopante es la más atroz, susurra en la oscuridad: «Sí ya eres el caballo más veloz...¿por qué te esfuerzas en conquistar la meta?» Sí incluso ésa meta ya le he conquistado yo.

—¡Que efímero eres! —Se burló el sol del ocaso, dio media vuelta y se ocultó.

—No te aconsejo que mueras—recomendó el shinigami con una hoz en las manos. — ¿No eres tú la muerte? —Interrogó pensativo el muchacho. Nunca se hubiera imaginado que la muerte misma le estuviera advirtiendo—¿Por que dices algo tan descabellado? —Porque yo no puedo morir. Aquel día, al muchacho le dio un paro cardíaco, todo por culpa del estallido de risa que lo terminó matando. Al final la muerte terminó ganando. ¿Fue truco o trato?