El sonido del galope avanza rápidamente, los caminos aguardan viajeros solitarios que deseen aventurarse. El sonido del galope avanza rápidamente, no sabes de dónde viene, pero no hay sombra dónde esconderse. El sonido del galope avanza rápidamente, la hoja resuena lejos, está en busca de otro cuello. El sonido del galope avanza rápidamente, el aire se corta con violencia a tus espaldas, ya viene. El sonido del galope se aleja rápidamente, carne y hueso para la tierra, nueva flor en los caminos.

Yo también te mataré si me arrestan, ¿a donde quieres ir?, ¿será más ilegal que pasar la noche en un McDonalds? No quiero encontrarme con algún cadáver Jaune, sabes que casi me cago cuando encontraron bolsas negras cerca de la última casa que grabamos. Tengo la tarde libre mañana, planifiquemos las rutas en tu casa. ¿Pollo o pizza?

Oye Nate, ¿ya entregaste tu ensayo?, voy a necesitar a mi escudero éste fin de semana. Apuesto a que no adivinas a donde iremos ésta vez, definitivamente es el sitio más ilegal y espeluznante en el que nos hemos metido hasta ahora. Y lo será por un tiempo, tía Lori me matará si se entera que te arrestaron por acompañarme. ¿Estás vivo?, solo bromeaba, no van a arrestar a nadie. Entraremos rápido y en silencio, ni los muertos nos oirán llegar. La cámara está lista amigo, dime si podrás.

— Amor... — Dime cariño. — ¿Aún quieres casarte conmigo? — Claro que si, ¿por qué no querría hacerlo? — Porque soy bajita y rechoncha. — Eras bajita y rechoncha cuando me enamore de ti. — También tengo mal humor y soy celosa. — Tenías mal humor y eras celosa cuando me enamoré de ti. — Me muevo mucho al dormir y suelo quedarme con las mantas. — Anoche me has empujado fuera de la cama y he pescado un resfriado. — Lo lamento amor, ¿y aún quieres casarte conmigo? — ... — ¿Amor?

Estoy en silencio, sin inquilinos que puedan perturbar esta paz, estoy en silencio. Pensando en las nuevas libertades que este fin de semana traerá, libertades que nadie desde fuera escuchará. Estoy en silencio, buscando en mis recuerdos a dos amantes que en agitado silencio culminaron su encuentro. Sintiendo ardor en mis dedos, recuerdo el tabú que fue roto en profundo silencio. La vergüenza se ha ido, la culpa se ha ido. Sin inquilinos en casa, sintiendo ardor en mis dedos, estoy en silencio.

Quiero abrir mi regalo de nochebuena. Los minutos avanzan e imagino verte cruzando esa puerta mal cerrada. Ya es tiempo, el agua de la ducha ha dejado de caer, mis pies comienzan a adormecerse. Siento tus pasos acercarse con seguridad, no sé que llevas puesto, pero el sonido revela muslos descubiertos y latex alrededor de las caderas. Con tu dedo en mi barbilla me muestras el camino, siento calor en mis mejillas. Abriré mi regalo de nochebuena y con las manos atadas, solo puedo usar mi lengua.

Quince minutos restan para volver a repetir el ciclo, no hay tiempo suficiente para todo. Catorce minutos restan para volver a reprocharme el escaso progreso, necesito un momento. Trece minutos restan para pasar la vida en modo automático, es menos tedioso que vivir cada momento. Doce minutos restan para mirarme al espejo y calcular cuántos kilos he ganado el fin de semana, hay un exceso de grasa en la comida. Once minutos restan y no tengo tiempo para ésto, el tiempo no espera a nadie.